El pelirosado seguía en la cama, algo dormido aun y sin querer hacerle caso al despertador, su cabeza daba vueltas sobre cierto asunto que no le dejaba tranquilo. En ese momento en el que uno se encuentra entre dormido y despierto su mente no dejaba de recordarle aquella dolorosa escena pasada. A penas hace un año, sentía como su corazón se hacía trizas y las lágrimas inundaban su cara mientras observaba a aquel castaño marcharse del lugar abandonándolo de golpe. Finalmente despertó con los ojos llorosos y dejando escapar algunas lágrimas, las secó rápidamente y se golpeo el mismo.
–No tengo tiempo para esto, hoy es el partido. – Se recordó apretamdo con fuerza las sabanas. – Pero es justo contra él... Hanamiya.
Esa mañana los chicos de Shotsuko se reunieron como siempre frente al instituto y rápidamente emprendieron viaje hacia el lugar donde se realizaría el partido. El viaje era algo largo así que era normal que no se quedaran quietos: Seiji los ignoraba a todos mientras leía un libro y con la mano sobrante jugaba ajedrez contra Kazuo, este por su parte se irritaba cada vez más ya que su compañero no ponía el menor interés y aun así iba ganando; Tsubaki miraba sus revista y gritaba de la emoción anotando conjuntos que deseaba comprarse e insistiéndole a Adako para dejarla hacerse cargo de su ropa también; Nai iba sentado al fondo comiendo sus golosinas y escuchando música mientras su mano no se despegaba del celular; Aoi se había quedado profundamente dormida en el regazo de su hermano y este le acariciaba los cabellos con dulzura; por su parte Tsubasa moría de ganas de tirarse sobre su pelirrojo favorito pero seguramente la peliceleste despertaría y lo mataría, resignándose a aguantarse hasta que pudiera tener a Leon para el solo se dejó caer en su asiento y fue cuando notó a Ritsu algo decaído yrápidamente fue a hacerle compañía.
– ¿Y ahora quien murió? – Preguntó en broma al sentarse a su lado golpeando con "delicadeza" la cabeza de su amigo para sacarlo de sus pensamientos.
– ¡¡Eso me dolió!! Tienes la mano pesada, idiota. – Le gritó el más bajo frotándose adolorido la cabeza.
– No es cierto, es solo que tú eres delicado, ahora ya en serio ¿Qué te ocurre? – Reiteró la pregunta pero en un tono más serio.
Ritsu se rió amargamente y desvió la mirada al suelo. – Nada, en serio ¿Acaso debería pasarme algo?
– Eres un pésimo mentiroso. – Le espetó secamente. – Te conozco desde que tu madre estaba embarazada, escúpelo ¿Qué te pasa?
– Nada, simplemente estoy nervioso por el partido, el oponente es duro, sin mencionar que revisando los datos al parecer todos los equipos contra los que jugaron terminando teniendo graves heridas. – Se excusó cruzándose de brazos y esperando que el rubio se rindiera pronto.
Tsubasa suspiró, no se iba a conformar con esa pobre excusa pero entendía que el menor debía tener sus razones. – Si no quieres decírmelo está bien, pero cuando ya no puedas más dime, para eso están los amigos. – Le recordó con una sonrisa revolviéndole el cabello.
– ¡Deja de hacer eso! Te crees mucho solo porque me llevas dos años y algunos centímetros. – Se defendió intentando apartar la mano del moreno, pero esta vez una pequeña sonrisa se había formado en su rostro.
Tsubasa divertido con aquello le sacó la lengua aplastándole con un poco más de fuerza la cabeza. – Te llevo dos años y tres meses y unos 12 cm.
– ¡¡Sabes a lo que me refiero!! No molestes. – Le reclamó inflando las mejillas mientras el rubio le seguía molestando.
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Para Superarte
Fiksi PenggemarYa han pasado varios años, pero en el mundo del basket aun hay una leyenda que sigue vigente: La Generación de los Milagros. Sus seis miembros originales y el séptimo hombre que alcanzo el mismo titulo formaron una leyenda que aun prevalece. Ahora...