El receso había acabado y el segundo cuarto estaba por comenzar, la atmosfera dentro de la cancha estaba cargada de tensión y ansiedad, sin duda ninguno tenía intenciones de retroceder. Al igual que durante el primer cuarto las posiciones parecían no variar sin embargo el ritmo estaba completamente invertido. Ginsei que había comenzado con un ataque rápido y poderoso por parte de Asamu y Kita ahora se apoyaba casi en su totalidad en la defensa de Zhen como pivot y los feroces contraataques de Atsuka en los rebotes.
Seiji sonrió de lado claramente emocionado, siempre le había resultado divertido comparar los partidos con juegos de ajedrez, ambos equipos con piezas poderosas que mover en el tablero combinando estrategia y talento para lograr la victoria. Ginsei sin duda tenia buenas piezas y más de una forma de combinarlas y usarlas, aquellas estrategias bien ensambladas y listas para cambiar y adaptarse a cualquier situación eran dignas de escuelas proclamadas como las "elites" de aquel deporte, poder jugar contra ellas, medirse ante aquellas jugadas realmente emocionaba al pelinegro.
– Hace rato te veo sonreír ¿Has encontrado algo divertido o ya comenzaste a perder las esperanzas? – Cuestiono curioso Mamoru.
– Ni uno ni lo otro. – Se limito a responder Seiji. – Solo que las cosas están por ponerse interesantes.
Atsuka por su parte parecía más bien aburrido, según las indicaciones del entrenador su deber era permanecer cerca de la canasta contraria para estar atento a cualquier rebote o pase pero eso ya lo estaba hartando. No solo debía lidiar con el problemático pelivioleta, que a cada intento le costaba más sobrepasar, sino que además de eso Leon era también muy molesto. Cada vez que el moreno intentaba conseguir un rebote luego de evadir con éxito al gigante allí estaba él, intentando bloquear su tiro o quedarse con el rebote. – Tch, ambos son un dolor en el trasero. – Se quejó enojado.
– Lo lamento pero no puedo dejar que te quedes con los rebotes, Seiji me ordeno encargarme de ti así que no te dejare salirte con la tuya. – Sentencio el pelirrojo con total seriedad.
– Realmente me enferman todos ustedes pero supongo que no me queda otra que soportarte. Si abandono mi posición bajo la red luego con ese gigante como barrera humana me será imposible volver a acercarme, además tampoco me apetece ayudar a Kita o recibir sus pases. – Protesto maldiciendo por lo bajo.
– Se que quizá no debería entrometerme pero, creo que deberías tratar mejor a tus compañeros de equipo, uno no puede hacer todo por su cuenta. – Aconsejó Leon al contrario que a cada momento empeoraba su expresión de fastidio.
– Pues nadie te pidió opinión. – Le respondió bruscamente fijando su atención en sus compañeros, como venia el partido los únicos que podrían anotar serian Asamu y Kita siendo los triples la mejor opción, sin embargo los tiros del pelirrojo si bien entraban cada vez lo hacían con más dificultad y Atsuka sabía bien la razón. – Mierda, si sus tiros dejan de entrar tendré demasiados problemas, maldito, ni que lo hiciera a propósito.
Durante el segundo tiempo el partido había pasado a convertirse en una guerra de rebotes entre Leon y Atsuka, los increíbles saltos del pelirrojo le daban la ventaja a la hora de conseguir el balón mas la velocidad y la fuerza bruta del mayor eran abrumadoras. Como si aquello no fuera poco el enfrentamiento entre Kazuo y Asamu también estaba bastante parejo, gracias a Seiji Mamoru no podía moverse por lo que Kita y Asamu eran los únicos capaces de atacar.
Había algo que definitivamente estaba mal, Kazuo no podía sacarse ese pensamiento de la cabeza. En cada enfrentamiento que tenia con Asamu podía notar como sus tiros eran cada vez menos certeros, pero aun así sus movimientos y fintas eran los de siempre, como si algo anduviera mal únicamente con el lanzamiento. El peliverde aprovecho aquello, el momento en el que el menor se posicionaba para lanzar, estaba tardando más de la cuanta en hacerlo y eso sumado a la diferencia de altura le permitía al mayor robar el balón sin problemas.
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Para Superarte
FanficYa han pasado varios años, pero en el mundo del basket aun hay una leyenda que sigue vigente: La Generación de los Milagros. Sus seis miembros originales y el séptimo hombre que alcanzo el mismo titulo formaron una leyenda que aun prevalece. Ahora...