Capitulo 42: "Something new"

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Una vez que el partido y las rondas preliminares acabaron cada quien regreso a su hogar salvo por una pareja. Nai había invitado a Byakuya a pasar la noche en su casa, cosa que no le sentó muy bien a cierta madre sobreprotectora. Al llegar el albino tuvo que pasar por un exhaustivo interrogatorio policial por parte de Himuro mientras que Atsushi y Nai intentaban bajo todo los medios tranquilizar al pelinegro.

– Está bien, iré a hacer la cena, Atsushi no les quites los ojos de encima, si se pasa llámame. ¿Entendido? – Le ordeno con severidad a su marido quien se vio obligado a aceptar para no hacer enfadar más a su esposo.

Byakua volvió a respirar con normalidad una vez que el pelinegro despareció en la cocina, se dejo caer en el sillón de la sala mirando la nada misma. – Vaya, por un momento creí que Himuro-san se me aventaría encima y me estrangularía.

– En verdad lo lamento con el alma, mom siempre exagera así con todo. – Se disculpo Nai arrepentido y avergonzado por lo ocurrido. – Eres demasiado bueno como para aguantar todo esto.

– No digas eso. – Le regaño el mayor con cariño acariciando su rostro y tomándolo del mentón atrayéndolo a él. – Yo por ti iría hasta el infierno o caminaría descalzo sobre vidrios rotos, no hay nada en este mundo que me haga dejar de amarte. Seguiré a tu lado así fueran tres Himuro-san los que me atosigaran.

El mayor se sentó comiendo un poco y observando con una sonrisa a la joven pareja. –Eso sería suicidio Byaku-chin, si hubiera más Muro-chin no estarías vivo... y Na-chin tendría más hermanos...

– Dad dejémoslo así, ¿Está bien? – Propuso el pequeño pelimorado riendo. – Aun así estoy muy feliz de que hayas venido, y sé que mom es estricto pero creo que el hecho de que te deje quedarte a dormir es un gran avance ¿No?

– Sí, aunque probablemente me ate con cadenas y grilletes al sofá de la sala, aun así estar bajo el mismo techo es suficiente para mí. – Aun mimando a su novio cuando se detuvo de golpe . – Ah, perdone Murasakibara-san, seguramente debo ponerlo incomodo. – Se apresuro a disculparse con el mayor apartándose un poco de su novio.

– Por mi está bien. – Contesto el mayor abriendo una bolsa de caramelos. – Amas a Na-chin así que con eso me basta, además cuando el amor no se demuestra muere dentro de uno y se transforma en dolor, yo sé de eso. Por eso siempre y cuando ames a mi hijo no habrá nada que pueda molestarme. – Finalizo el ex titán de Yousen con una sonrisa de lado y metiéndose otro puñado de dulces a la boca.

– Murasakibara-san... ¡Muchas gracias! Prometo que cuidare mucho de su hijo, más que a mi vida si es necesario. – Prometió el mayor agradecido por la confianza.

– Mmm ok, pero puedes llamarme "Atsushi-san" si quieres, mi apellido es demasiado largo. – Contesto relajado mientras comía.

– No sé si se lo están tomando muy en serio o muy a la ligera. – Comentó Nai soltando otra pequeña risita.

Se oyeron los gritos de Himuro desde la cocina advirtiéndole al albino no sobrepasarse y entre risas y suspiros Atsushi se levanto para abrazar a su esposo pidiéndole de paso a los dos menores que pusieran la mesa para que Himuro no se quejara por dejarlos solos. La cena siguió como si nada, luego de un rato el pelinegro pareció bajar la guardia y comenzó a hablar con normalidad con el albino llegando a preguntarle cosas como sobre como andaba en los estudios y entrenamientos.

– ¿Y ya has penado que estudiar? Ya casi acaba el año y pronto estarás en tercero ¿No? ¿Tienes idea de que harás? – Pregunto Himuro con verdadero interés intentando relajarse.

– Bueno, tengo algunas cosas en mente pero aun no lo sé bien. Supongo que cuando el momento llegue veré. – Se limito a contestar el albino dando otro bocado a la deliciosa carne que cenaba.

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