ESPECIAL de - SAN VALENTIN -

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El año tenía poco de haber empezado y Kaoru ya quería mandar las clases al averno, al pensar que estaba en primer año y que aun debía soportar dos años más de lo mismo tampoco ayudaba. Sin embargo su tediosa rutina no duro demasiado, en medio de la hora de descanso la sorprendió la llamada de Kaname. No había hablado mucho con él desde año nuevo, bueno se habían mantenido en contacto mediante mensajes de texto ya que estando en la Winter Cup los entrenamientos ocupaban el tiempo de ambos impidiéndoles verse en persona, por lo mismo la propuesta que acababa de hacerle el rubio la dejo en shock ¡¿Una cita por San Valentín?! Kaname le había pedido una cita el fin de semana, justo el día de los enamorados, y decirle que no a aquel chico era una misión imposible, con su tentadora voz y el tono que empleaba delatándolo con que seguramente estaría poniendo esa mirada de cachorro que sabía hacer tan bien.

Al llegar la hora del almuerzo la pelinegra se dirigió a la azotea donde solía comer con sus dos amigos, llego arrastrando los pies y con la cabeza gacha en clara señal de derrota dejándose caer en el regazo de Mori sin pronunciar palabra alguna.

– ¿Kaokyu te encuentras bien? ¿Te sientes mal? ¿Tienes fiebre o algo? – Cuestiono preocupado acariciando sus cabellos y dejándola recostarse más cómodamente.

– ¡Oye Bakaoru, Mori no es ninguna almohada! – Le reprendió el albino devorando el almuerzo que el pelinegro le había preparado.

– No estoy de humor canoso... acabo de cometer la peor estupidez de mi vida. – Se lamento la pelinegra abrazándose a la cintura de Mori.

Mori la miro con una tierna sonrisa maternal y acaricio sus cabellos con dulzura. – Ya, ya, lo que sea que haya pasado no puede ser tan malo. Vamos explícame lo ocurrido y veremos si podemos solucionarlo juntos. ¿Si? – Prepuso con calma levantando a la chica y quitándole el cabello del rostro.

Byakuya no pudo evitar sonreír ante aquello, sin importar que, Mori era una madre por naturaleza. – Los instintos maternales de Mori ya se activaron. Bien Kaoru ¿Qué demonios te pasó? Porque tendrás que ser bien especifica, haces muchas estupideces. – Bromeo esperando que la chica comenzará a insultarlo como siempre pero para su sorpresa Kaoru simplemente rehuyó a su mirada susurrando un casi inaudible "Perdón". – Bien ya me estas asustando ¡¿En qué mierda me metiste?! – Exigió saber adivinando que fuera lo que fuese que estaba ocurriendo seguramente la pelinegra lo arrastraría a ello.

– ¡Tranquilízate! No es algo tan malo... creo. Bueno en todo caso no te perjudica tanto. – Se justificó a la defensiva.

– ¿A quién mataste? – Aventuro el albino.

– ¡Ya basta, saben que no me gusta esa temática negra! – Le recrimino Mori preocupado.

– No he matado a nadie. – Protestó Kaoru intentando no perder la paciencia. – Me llamo Kaname hace un rato y... bueno entre en pánico, perdón canoso.

– A ver, si te perdono o te mato depende de que hayas hecho, ¿Que pasó exactamente? ¿Qué te dijo ese rubio?

– ¡Me invito a salir! ¡Y en San Valentín! Eso fue lo que hizo. – Confeso con cierta vergüenza.

– ¡¿Qué?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Cómo?! – Preguntaba Mori bastante shockeado por la noticia.

– Ah... ¿Y eso en que me afecta? – Pregunto por su parte el albino sin interés alguno.

– En que entre en pánico y tendrás que acompañarme. – Le recrimino ya sin vergüenza sino mas bien molestia por el desinterés de su amigo.

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