El partido ya estaba por comenzar, ambos equipos se encontraban en la cancha calentando antes del juego. Por su parte los miembros de Arkeryo examinaban cada movimiento de su contrincante, enfocándose sobre todo en los tres más fuertes que practicaban con notable emoción. El que más destacaba era Byakuya, el albino no solía jugar mucho durante los partidos así que era muy raro que lo dejaran ser un inicial.
– Byakyu cálmate un poco, estas asustando a nuestros jugadores más de lo habitual. – Le indicó Mori pidiéndole que bajara un poco el ritmo.
– Perdón Mori pero no puedo contenerme, ya hace un año que no jugaba un partido entero, siempre me ponían los últimos cinco minutos y si es que me ponían, por eso no puedo evitar emocionarme. – Respondió retomando la práctica de dribbleo y dando una clavada.
– Yo también estoy muy emocionada, ya quiero acabar este mendigo juego para ir a celebrar, ya quiero comer. – Exclamó Kaoru jugando con el balón.
Byakuya hizo girar el balón en sus manos y apuntó a la cabeza de la pelinegra dándole con fuerza. – ¿Qué solo piensas en comida, sesos de musculo?
– ¡¿Qué dijiste pelo desteñido?! – Le gritó molesta, pero decidió calmarse al ver a Mori sacar su silbato en advertencia. – Simplemente quiero comer, como no vendrá a ver el juego mi padre prometió llevarme a comer cuando ganemos y dijo que ustedes estaban invitados también. – Explicó sobándose la cabeza.
– ¿En serio? Tu padre es muy amable, incluso nos presta su gimnasio para entrenar y ahora esto. – Comentó Mori con una cálida sonrisa.
– Bien ya está decidido entonces, terminamos esto rápido para ir a comer. – Afirmó el albino jugando despreocupado con el balón para luego arrojarlo de espaldas encestando.
Kaoru lo miró con reproche chistando por lo bajo. – Presumido, nosotros también somos fuertes así que no te creas importante.
En ese momento, justo antes de que el partido empezara, llegaron los chicos de Shotsuko, inmediatamente los primeros en adelantarse a ver los equipos fueron Ritsu y Nai aliviados de que aun no hubiera comenzado.
– Justo a tiempo. – Dejó salir Ritsu junto a un suspiro para luego girarse molesto hacia su mejor amigo. – ¡Tsubasa créeme que te mataba si llegábamos tarde!
– No es mi culpa ¿A quién demonios se le ocurre el hacer un partido un sábado por la mañana? – Se justificó el rubio cruzándose de brazos. – Además en todo caso Aoi también se quedó dormida, no solo eso ¡¡Aun sigue dormida!! – Gritó señalándola fastidiado mientras esta aun dormía cómodamente en la espalda de su hermano.
– Shh la vas a despertar, no seas malo Tsubasa, si a ti te cuesta despertarte imagínate a ella, ya en unos minutos se levantará. – Prometió Leon intentando no despertar a su hermana.
Sin embargo, para sorpresa de muchos, Adako intervino poniéndose del lado de Tsubasa. – Tsubasa tiene razón, no vinimos de visita sino a estudiar al enemigo, ella debería despertar ahora.
– Adako no seas tan estricta y deja que Aoi duerma, se despertará cuando las cosas se pongan más interesantes. – Argumentó Seiji, si bien lo hizo en un tono amable también dejó ver que así se harina las cosas y no aceptaba replicas.
– Eres demasiado flexible con ella y con Tsubaki, tienen que aprender algo de disciplina. – Le reprochó Kazuo molesto con la actitud permisiva que tenía el mayor con las chicas de su equipo.
ESTÁS LEYENDO
Para Superarte
FanfictionYa han pasado varios años, pero en el mundo del basket aun hay una leyenda que sigue vigente: La Generación de los Milagros. Sus seis miembros originales y el séptimo hombre que alcanzo el mismo titulo formaron una leyenda que aun prevalece. Ahora...