Capítulo 9

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—Pero no terminan juntos, ¿quién escribe algo tan cruel?— cuestiona Molly mirando al proyector con lagrimas queriendo salir de sus ojos.

—Tranquila, niña, es solo el Titanic.— calma Dean comiendo palomitas del tazón.

—No es justo.— dice secándose las lágrimas. —De todas formas, Leonardo es guapo y el mundo lo sabe.

Sam rió por el comentario. El celular de Molly empezó a vibrar y a timbrar.

—Oh, por favor.— dice el rubio y le lanza unas cuantas palomitas a la castaña en la cara, quien se hizo la ofendida y se levantó para luego salir de la pequeña sala con su celular en mano.

—«Recibiendo llamada de Austin»— lee en voz alta. Frunció el ceño y luego contestó colocándolo en su oreja derecha.

—Hey, Sarah, ¿qué tal? ¿Por qué no has respondido mis llamadas, otra vez?

—Hola, Austin, ahh, yo. Ya te dije que no puedo decirte. ¿Y tú estás bien?

Sí, sin mi única mejor amiga; pero sobrevivo.

Molly rió.

—¿Por qué no me dejas al menos verte para saber que estás bien?

—Eso no es posible, no ahora.

—Sarah, por favor. ¿Qué tal si nos encontramos mañana en algún restaurante? No me digas dónde estás quedándote, simplemente déjame verte, ¿sí?— pide con notable melancolía.

—Austin, yo...

Sarah.

—Bien, pero con la condición de que yo no responda todas tus preguntas, ¿está bien?

Perfecto.

—Te enviaré la dirección del lugar por mensaje, mañana a las 10: 00 a.m.

(...)

En las afueras de Kansas, 10 a.m

Molly caminaba en aquel restaurante, viendo a cada mesa, buscando a su mejor amigo. Entonces llegó a la última mesa y estaba vacía, hizo una mueca, aún eran las diez de la mañana, de seguro vendría en un rato.

—¿En serio creíste que llegaría tarde?— preguntaron detrás de ella.

Volteó rápidamente y se encontró con Austin, quien le sonreía y tenía los brazos abiertos. Molly caminó hasta él y lo abrazó lo suficientemente fuerte para que se note que lo extrañó y lo suficientemente débil como para no partirlo en dos. Cuando se separaron aún se sonreían de lo alegres que estaban de por fin volver a verse.

—No puedo creer que estás aquí.— dice Molly acercándose a una silla, pero antes que pudiera jalarla, su amigo lo hizo por ella.

—Hey, no fui yo el desaparecido.— se excusa sentándose frente a la castaña. —De todas formas, me alegra verte sonriendo. Donde sea que estés, ¿estás bien?

Molly asintió con la cabeza. —Tengo nuevos amigos, de hecho, son familia.

—Por alguna razón me sentí reemplazado; pero, si estás bien, es perfecto.— dice el castaño.

The Little Girl Is Gone⌠Supernatural⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora