The Little Girl Is Gone⌠Supernatural⌡

Capítulo 20

—Nos sentimos muy, muy conmovidos por los testimonios en línea.— dice Sam, fingiendo admiración por aquel lugar, Canyon Valley, al cual las personas acudían para bajar de peso y según el vídeo de presentación de su página web, sin dietas y ejercicios extremos; pero lo que había llamado la atención de los tres cazadores fue que recientes muertes fueron por extremadas pérdidas de peso, los cuerpos de los fallecidos tenían una marca de succión y al encontrarse con otras personas, esta vez con vida, que también tenían esa marca, los guiaron hasta aquí, ahora solo debían averiguar quién exactamente era el causante de todo.

  —Sí.— afirma Molly con una sonrisa, sentada en un pequeño y notablemente costoso sillón entre ambos hermanos.—Fue inspirador. Si a los cuarenta engordo, ya sé a quién acudir.— ríe al igual que Maritza y Larry, los dueños de esa empresa, quienes se encontraban sentados juntos frente a los cazadores. 

 —Entonces, ¿ustedes son entrenadores personales certificados? — pregunta la mujer aún manteniendo una amable y profesional sonrisa.

  —Sí, entrenadores personales y hermanos.— responde Dean siguiendo con la mentira.— Algo así como Hans y Franz, pero menos alemán.— ríe y recibe las miradas extrañadas de Sam y Molly. 

  —Y ustedes se certificaron en...— habla el esposo de Maritza más como si fuera una pregunta.

  —¡Hacer sudar personas!— exclama el mayor de los hermanos. Ambos castaños intentaron disimular una sonrisa.— Sí, ¡pateamos traseros! ¡Así es como lo hacemos!— dio un pequeño golpe a la mesa.

  —Ah... para aclarar lo que mi hermano dijo— empieza Sam tornándose un poco serio para calmar lo que había dicho Dean.—   es que tenemos pasión por el fitness y ayudar personas.

  —También nosotros.— dice la pelinegra con orgullo.— De hecho, así es como nos conocimos.— toma las manos de su esposo. 

  —Fui el primer cliente de Maritza, en Perú.— cuenta el hombre.— Estaba con una visa de estudiante. Tenía nostalgia, estaba estresado, comiéndome is problemas.

 —Era del tamaño de una casa.— añade la pelinegra con humor. 

—Es cierto.— acepta riendo.— Estaba a una empanada de un ataque cardiaco.

 —Gomas.— susurra Molly casi inaudible. 

—Pero luego,— mira con ternura a su esposa.— esta hermosa enviada de Dios, me hizo la esbelta y malvada máquina que soy hoy.— y de pronto empezó a hacer movimientos de  kun fu, los cuales sorprendieron a los cazadores, ocasionando que se alejaran un poco. Cuando terminó con su demostración, sonrió.—Pero estoy divagando. La buena noticia es que estamos buscando personal.—mira a Sam.—La mala es que solo tenemos  lugar para un entrenador.— Dean miró con superioridad a su hermano.—Usted, señorita,—dirige su mirada a Molly.— podría ser de mucha ayuda para Derek, como asistente de uno de nuestros mejores entrenadores.—la castaña sonrió y asintió con la cabeza. El menor de los hermanos frunció el ceño.—¿No te interesaría trabajar en otro departamento?— pregunta esta vez a Dean, quien lo observó confundido.

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