Capítulo 14

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La fría mañana llegó, y como de costumbre, los tres cazadores ya se encontraban despiertos y compartiendo el desayuno en la mesa que se hallaba en la cocina del búnker.

Molly aún estaba acostumbrándose a todo el asunto de levantarse muy temprano o como ella lo había llamado una vez "Levantarse antes que un gallo" y sumándole el hecho de que no pudo dormir pensando en lo ocurrido la noche anterior, la muchacha no había pegado un ojo, por lo tanto, escuchaba un poco adormilada a Dean, quien les contaba lo sucedido con Crowley mientras ella y Sam no estaban.

—Entonces, ¿Crowley ahora es un adicto a la sangre?— pregunta Sam después de haber escuchado la explicación de su hermano.

—Y el hechizo de Metratón es irreversible.— continúa Molly apoyando un codo en la mesa y con su mano, su cabeza, mientras daba vueltas a su plato de cereal con la cuchara.

—Como lo escucharon, ese maldito tenía todo planeado.— les dice el rubio sirviéndose cereal en un plato hondo.

—¿Vas a decirle a Cas?— pregunta el castaño a su hermano, quien hizo una mueca.

—No aún.— niega y para no pensar en eso, decidió cambiar el tema.— Molly, ¿qué tal estuvo el beso?

A la nephilim se le quitó el sueño y se sentó correctamente en la silla.
—¿Qué?— lo miró haciéndose la extrañada.— ¿Qué beso? Creo que no te oí bien.— se acomodó el cabello con nerviosismo.

Sam levantó un poco las cejas y Dean la miró confundido.

—Que si me pasas el queso.— repitió el mayor.

—Ahh,— se relajó y buscó con la mirada el queso, cuando lo hizo, se lo entregó.— es que estoy un poco... Cansada.

—Ajá.— dijo Dean y no le tomó mucha importancia.— Ahora, ¿qué tan besado estuvo el caso?

—¡¿Qué?!— exclamó la muchacha con sorpresa. Sam miró un poco preocupado a la chica.

—Que qué tan pesado estuvo el caso.— dijo el rubio esta vez un poco sobresaltado por la reacción de Molly, quien volvió a relajarse al escuchar la aclaración.— ¿estás bien, Mol?

—Sí, lo estoy. Solo estaba un poco distraída, lo siento. Yo, ahh. Encontramos a una bruja.— empezó y aclaró su voz.— Ella vendió una pata de conejo, y al parecer también el amuleto de tiempo que cambió nuestras vidas.

—Luego Molly le disparó.— continúa Sam. —Y quemó su casa, con ella adentro.

—Molly, ¿tú la mataste?— cuestiona Dean frunciendo el ceño.

—Sí, no lo dudé, ¿por qué?— responde con seriedad.

El celular del rubio empezó a timbrar y el dueño de este contestó la llamada rápidamente.

—Hey, Jody.—saluda el rubio con una sonrisa.

—Jody.— nombra Molly con entusiasmo.

—¿Raro? ¿Cómo?— frunció el ceño.— Sí, ya vamos. Cuenta con nosotros.


(...)

Dean aparcó el auto en el estacionamiento del restaurante donde reportaron la desaparición de una de las camareras del lugar. Varios alguaciles del pueblo merodeaban por la escena, intentando encontrarle alguna explicación al problema recién ocurrido la noche anterior.

The Little Girl Is Gone⌠Supernatural⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora