The Little Girl Is Gone⌠Supernatural⌡

Capítulo 18, pt. 2

[Cuando veas este signo "🎶", reproduce la canción que está en la galería.]

Molly encendió su celular por enésima vez, cuando estaba a punto de presionar en llamar a "Sammy Pelucón", lo apagaba y volvía a lanzar contra la cama del cuarto de motel, donde se había hospedado después de lo sucedido la noche anterior en casa de Caín y todo el asunto del trato con Crowley, el cual aún seguía en la búsqueda de la primera espada en el fondo del océano.

A pesar de que estaba muy enojada con él y de haber tenido unas infinitas ganas de golpearlo por querer morir, quería contarle lo que había sucedido, quería contarle sobre lo que había dicho Caín de ella y ver si podrían encontrar información, pero no lo haría, al menos no por ahora, sabía que Sam estaba decepcionado y también molesto con ella; pero lo que no sabía era que el Winchester estaba en la misma situación de llamarla y luego simplemente dejar el celular sobre la mesa del búnker, donde junto con Castiel averiguaban una forma de localizar a Gadriel.

Entonces sucedió lo que menos creyó posible, una llamada de "Cas tío #1", frunció el ceño y contestó.

—¿Cas?

—Hola, Molly.

—¿Todo bien?— pregunta un poco preocupada.

—No.— niega y luego escucha murmullos en los que pareció reconocer la voz de Sam.— Sí, sí, estamos bien.

—Entonces...

—Sam quiere preguntarte— escuchó los murmullos más fuertes y supo con seguridad quién era, sí, obvio Sam.— No, Sam no, me refería, a alguien, cualquiera, es decir, yo quería preguntarte si estás bien.

La castaña sonrió.— Sí, Cas, estoy bien.

—Dice que está bien, Sam.

"Cuelga, ¡cuelga!" Oyó del otro lado y rió para que segundos después terminaran la llamada.

Aún era temprano por lo que se cambió para ir con Dean a desayunar. Salió del cuarto y se dirigió al de a lado, habitación donde el rubio había pasado la noche. Tocó la puerta y segundos después abrió, ya listo.

—Buenos días, Dea... Nosaurio.— saluda guardando su teléfono en su chaqueta.

—¿Deanosaurio?— pregunta sonriendo.

—¿Qué? Así te tengo agendando.

—¡AAHHH!— un grito de notable miedo provino de una de las habitaciones más alejadas del motel.

Los cazadores compartieron miradas preocupadas unos segundos y luego fueron corriendo hasta el origen del grito. Vieron a una rubia mirar horrorizada hacia dentro del lugar.

—¿Estás bien?— pregunta Dean a la joven, quien seguía llorando.

—Mi novio, él...

Molly y Dean entraron al cuarto y vieron a un hombre con el pecho desgarrado y sangre por todo el suelo.

(...)

Ya era de noche y la policía se había retirado del motel después de interrogar a la novia del fallecido.

—No hay nada que podamos hacer.— dice Dean subiendo al auto.— El hellhound hizo su trabajo, ya se fue.

—Lo sé.— lamenta la nephilim con una mueca y abre la puerta del copiloto para después sentarse.—¿Cómo te sientes con esa marca?

—De hecho, no me molesta.

—¿Puedo, puedo verla?

Dean estiró su brazo hasta la castaña y levantó las mangas de su camisa mostrando la gran marca de color rojizo que sobresalía en su piel.