Capítulo 6

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—¿Quieres contarme qué sucedió?—pregunta Sam sentado al lado de Molly. Ambos en el suelo de la habitación de la muchacha y con sus espaldas en la parte baja de la cama.

Molly asintió con la cabeza.

—Hablé con Austin, mi mejor amigo.—explica.—Y me di cuenta que lo extraño, que extraño a mis padres, a Beatrice, a todos los que he dejado atrás.

Sam la escuchaba atento.

—No conozco a mis verdaderos padres, si es que puedo llamarlos así. Tomando en cuenta todo, lo más probable es que estén muertos.— suspira.—Siento como si todo lo que yo tocara, fuese a destruirse en cualquier momento y tendré que sufrir otra vez.— explica Molly mirando hacia la nada.

Sam la miró sabiendo perfectamente qué se sentía pasar por esa situación.

—No pienses que eres un fenómeno, Molly.— dice el castaño sorprendiendo a la joven. Si no conociera al Winchester, habría creído que es alguna clase de psíquico invadiendo la mente de las personas.— No lo eres.

—Gracias por estar aquí, Sammy.— dice Molly echando su cabeza sobre el hombro de Sam, quien sonrió.— Y a la vez, siento que tengas que estar aquí.

—Somos familia, es lo que hacemos. Nos ayudamos.— habla el castaño.

—¿Me ayudarías en algo más?— pregunta con curiosidad levantando su cabeza del hombro del joven para poder verlo a los ojos.—¿Me enseñarías a defenderme? A cuidar de mí misma. No quiero ser una carga en cada caza a la que vayamos. Ya no más.

(...)

(—Bishop Briggs, River— Canción)

8:00 a.m

Molly entró a aquel cuarto de tiroteo a paso lento. Encendió las luces encontrando a su al rededor algunas armas y simuladores de objetivos.

—Y Dean había dicho que aquí se guardaban las escobas.— habla para sí misma recordando lo que le había ocultado el rubio, aún cuando ella solo tenía doce años.

Se acercó a una de las pequeñas mesas donde había una pistola y la tomó sintiendo su leve peso, considerando que tiene la fuerza de un ángel, claro. La recargó y quitó el seguro. Quizás nunca había disparado, pero Dean le había enseñado a desarmarlas y armarlas lo más rápido posible para ella. Sonrió al recordarlo.

Caminó hasta estar frente a uno de los objetivos y levantó el arma. Apuntó, colocó su dedo sobre el gatillo y cuando estuvo a punto de disparar, escuchó que la puerta fue abierta.

—Lo único que conseguirás así, será que el arma regrese a tu rostro.— dice Sam entrando al cuarto de tiroteo.

Molly volteó a verlo y bajó el arma dando un suspiro de resignación.

—Entonces, ¿cómo se hace?— cuestiona Molly.

El castaño se acercó a ella y tomó la otra mano libre de la muchacha para colocarla encima del arma.

—No dispares con una mano, por ahora, podría quitarte el equilibrio.

—Entendido.

The Little Girl Is Gone⌠Supernatural⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora