Capítulo 17

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Había piedras en el fondo del lago. Se hundió para agarrar una particularmente dentada, y regreso junto con la estatua. Empezó a cortar las cuerdas que ataban a Albus, y tras varios minutos de duro trabajo, lo consiguió. Albus floto, inconsciente, unos centímetros por encima del fondo del lago, balanceándose ligeramente con el flujo del agua.

Lily miro a su alrededor. No había señal de ninguno de los otros campeones. Se volvió hacia la hermanita de Thomas, levanto la piedra dentada y se dispuso a cortarle las cuerdas también a ella.

De inmediato la agarraron varios pares de fuertes manos grises. Media docena de tritones la separaban de la niña, negando con la cabeza y riéndose.

- Llévate el tuyo- le dijo uno de ellos-. Deja a los otros.

- De ninguna manera- respondió Lily furiosa-. No se puede quedar aquí y tampoco quiero que el muera.

La cabeza de la mujer se inclinaba sobre el hombro de la niña la cual estaba espectralmente pálida y verdosa. Lily intento apartar a los tritones, pero ellos se reían más fuerte que antes, deteniéndola. Lily miro a su alrededor, desesperado.

Entonces los tritones y las sirenas que la rodeaban señalaron hacia lo alto. Al levantar la vista, Lily vio a Thomas nadando hacia allí. Tenía una enorme burbuja alrededor de la cabeza, que agrandaba extrañamente los rasgos de su cara.

- Nos habíamos perdido-dijo moviendo los labios, sin pronunciar ningún sonido-. Sofia está detrás.

Muy aliviada, Lily vio a Thomas sacar un cuchillo del bolsillo de su traje de baño y liberar a la niña para luego subir con ella hasta perderse de vista. Angustiada Lily espera que aparezca Sofia pero no la encuentra. Decide desamarrar a la madre de Sofia.

Hizo tal esfuerzo con las piernas que le pareció que los músculos se quejaran a gritos. Incluso su cerebro parecía lleno de agua: no podía respirar, necesitaba oxígeno, tenía que seguir subiendo no podía parar.

Y entonces noto que rompía con la cabeza la superficie del agua. Un aire limpio, fresco y maravilloso le produjo escozor en la cara empapada. Tomo un bocado de aquel aire, con la sensación de que nunca había respirado de verdad y, jadeando, tiro de Albus y de la madre de Sofia hasta la superficie. Alrededor de ellos, por todas partes emergían unas primitivas cabezas de pelo verde, pero ahora le sonreían.

Desde las tribunas, la multitud armaba muchísimo al boroto: todos estaban de pie, gritando y chillando. Tuvo la impresión de que creían que Albus habían muerto, pero se equivocaban: había abierto los ojos, Albus simplemente echo un chorro de agua por la boca, parpadeo a la brillante luz del día y se volvió hacia Lily.

- ¿Qué paso?- comento; luego miro alrededor.

- Vamos a que te revisen Albus.

Lily vio a la señora Pomfrey prodigando sus atenciones a la hermana de Thomas y acerco a la madre de Sofia, para que la envuelva en mantas muy gruesas.

- Tú ven aquí- dijo la voz de la señora Pomfrey.

Agarro Lily y, llevándola hasta donde estaban Albus y los demás, la envolvió tan apretada en una manta que le pareció que le había puesto un camisa de fuerza y, la obligo a beber una poción muy caliente que le hizo sacar humo por las orejas.

- ¡Estuviste muy bien, Lily! Muchas gracias por rescatar a mi madre- grito Sofia.

- No fue nada Sofia. – conteste en un susurro mientras esperaba poder ordenar mis pensamientos


Lily Potter y el cáliz de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora