- ¡Desmaius!
El encantamiento dio en el caparazón del escreguto y reboto. Lily se agacho justo a tiempo, pero le llego olor de pelo quemado: el encantamiento le había chamuscado la parte superior del cabello. El escreguto lanzo una ráfaga de fuego por la cola, y se lanzó raudo hacia ella.
- ¡Impedimenta!- grito Lily. El embrujo dio de nuevo en el caparazón del escreguto y reboto. Lily retrocedió unos pasos tambaleándose antes de caer-. ¡IMPEDIMENTA!
El escreguto se hallaba a unos centímetros de ella en el momento en que quedó paralizada: había conseguido darle en la parte de abajo, que era carnosa y sin caparazón. Jadeando, Lily se apartó de él y corrió, con todas sus fuerzas, en la dirección opuesta: el embrujo obstaculizador no era permanente, y el escreguto recuperaría de un momento a otro la movilidad de las patas.
Tomo un camino a la izquierda y resulto ser un callejón sin salida; otro a la derecha, y dio en otro. No tuvo más remedio que detenerse y volver a utilizar el encantamiento brújula. Desanduvo lo andado y escogió un camino que parecía ir al noroeste.
Llevaba unos minutos caminando a toda prisa por el camino, cuando oyó algo en la calle que iba paralela a la suya que lo hizo detenerse en seco.
- ¿Qué vas a hacer?- gritaba la voz de Thomas-. ¿Qué demonios pretendes hacer?
Y a continuación se oyó la voz de un hombre:
- ¡Crucio!
El aire se llenó de repente con los gritos de Thomas. Horrorizada, Lily echo a correr, tratando de encontrar la manera de entrar en la calle de Thomas. Como no vio ningún acceso, intento utilizar de nuevo la maldición reductora. No resulto muy efectiva, pero consiguió hacer un pequeño agujero en el seto, a través del cual metió la pierna y pataleo contra ramas y zarzas hasta conseguir abrir un boquete. Se metió por el rasgándose la túnica y, al mirar a la derecha, vio a Thomas, que se retorcía y sacudía en el suelo, y al hombre de pie a su lado, aunque no podía ver el rostro del hombre mirando con detenimiento pudo notar en su antebrazo la marca tenebrosa.
Lily salió del agujero y se levantó, apuntando al mortifago con la varita justo cuando este miraba hacia él. Entonces el mortifago se dio vuelta y echo a correr.
- ¡Desmaius!- grito Lily.
El encantamiento pego al mortifago en la espalda. Se detuvo en seco, cayo de bruces y se quedó inmóvil, boca abajo, tendido en la hierba. Lily corrió hacia Thomas, que había dejado de retorcerse y jadeaba con las manos en la cara.
- ¿Estás bien?- le pregunto, cogiéndolo del brazo.
- Si- dijo Thomas sin aliento-. Si...no puedo creerlo venia hacia mí por detrás...lo he oído, me he girado y me ha apuntado con la varita.
Se incorporó. Seguía temblado. Los dos miraron al mortifago.
- ¿Cómo pudo entrar hasta acá?- pregunto incrédulo Thomas.
- No sé, pero si el logro entrar otros también pueden hacerlo con la misma facilidad y eso es alarmante. – contesto preocupada. - ¿Has oído antes el grito de Sofia?
- Si- respondió Thomas-. ¿crees que un mortifago la ha alcanzado también a ella?
- No lo sé.
- ¿Lo dejamos aquí?- pregunto Thomas.
- No. Lo mejor es que lancemos chispas rojas para que alguien venga a recogerlo.
- No se lo merece- musito Thomas, pero aun así levanto la varita y disparo al aire una lluvia roja que brillo por encima del mortifago, marcando el punto en que se encontraba.
Lily y Thomas permanecieron por un momento en la oscuridad, mirando a su alrededor. Luego Thomas dijo:
- Bueno, supongo que lo mejor es seguir...
- Vamos. – concuerda Lily.
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Lily Potter y el cáliz de fuego
RomanceOtro verano llega a su fin para Lily, la cual está impaciente por volver a Hogwarts para su último año. A sus diecisiete años, solo desea terminar su último año con buenas calificaciones para cumplir su sueño de ser sanadora, en Hogwarts le espera u...