Capítulo 35

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Tras un fuerte pitido, Lily y Thomas entraron rápidamente en el laberinto. Los altísimos setos arrojaban en el camino sombras negras y ya, fuera a causa de su altura y su espesor, o porque estaban encantados, el bramido de la multitud se apagó en cuanto traspasaron la entrada. Lily se sentía casi como si volviera a estar sumergido. Saco la varita, su susurro Lumos, y oyó a Thomas que hacía lo mismo detrás de ella. Después de unos cincuenta metros, llegaron a una bifurcación. Se miraron el uno al otro.

Hasta luego- dijo Lily, y decidido seguir por el camino izquierdo, mientras Thomas elegía el de la derecha.

Lily oyó por segunda vez el silbato de Hagrid: Sofia acababa de entrar en el laberinto. Lily se apresuró. El camino que había escogido parecía completamente desierto. Giro a la derecha y corrió, sosteniendo la varita por encima de la cabeza para tratar de ver lo más lejos posible. Pero seguía sin haber nada a la vista.

Lily miraba atrás a cada rato. El laberinto se volvía más oscuro a cada minuto, conforme el cielo se oscurecía. Llego una segunda bifurcación.

- ¡Oriéntame!- le susurro a su varita, poniéndola horizontalmente sobre la palma de su mano.

La varita giro y señalo hacia la derecha a pleno seto. Eso era el norte, y sabía que tenía que ir hacia el noroeste para llegar al centro del laberinto. La mejor opción era tomar la calle de la izquierda, y girar a la derecha en cuanto pudiera.

También aquella calle estaba vacía, y cuando encontró un desvió a la derecha lo siguió, volvió a hallar su camino libre de obstáculos. No sabía porque, pero aquella ausencia de problemas lo desconcertaba. ¿No tendría que haberse encontrado ya con algo? Parecía que el laberinto le estuviera tendiendo una trampa para que se sintiera segura y confiada. Luego oyó moverse algo justo tras ella. Levanto la varita, lista para el ataque, pero el haz de luz que salía de ella se proyectó solamente en Thomas, que acababa de salir de una calle que había a mano derecha. Thomas parecía muy asustado: llevaba ardiendo una manga de la túnica.

- ¡Los escregutos de cola explosiva de Hagrid!- dijo entre dientes-. ¡Son enormes! ¡Acabo de escapar ahora mismo!

Movió la cabeza a los lados, y salió de la vista por otro camino. Deseando poner la máxima distancia posible entre ella y los escregutos, Lily se alejó a toda prisa. Entonces, al volver una esquina vio...


Lily Potter y el cáliz de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora