Parte 19 (Race)

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Por más que quiera malditamente llegar a casa ya, estos dibujos me están tomando más tiempo de lo que creí, Adilene es demasiado sensible en esa parte de su cuerpo, si no se ríe por que le dan cosquillas, sisea y gruñe de dolor, y jodidamente quiero mejor que se la pase riendo ya que eso hace que me ría con ella, al igual que no puedo evitar hacer muecas al verla sufrir.

Casi la jodo a la hora que llego aquí, y no hablo de lo que paso en la mesa de dibujos, eso fue de lo más excitante que he legado hacer en mi puta vida, aclarando que no soy todo un inexperto, pero con Adilene, no cabe duda que todo eso será muy alucinante.

Pero no, perdí mi mierda cuando ella ya llevaba dos horas de retraso y después de lo que se comentó hoy en el club, no pude evitar a sentirme todo asustado y preocupado porque la haya encontrado otra vez, así que no pude evitar el impulso después de pasármela viendo por el cristal de la puerta y verla bajar de su lindo auto lo único que pude hacer sin pensarlo bien fue jalarla y cerrar todo malditamente rápido para que nadie entrara. Así que si la jodi ya que se supone que no debemos de comportarnos como sus putos guardaespaldas de nuevo enfrente de ella.

Que ella decidiera explicarme el porqué de su retraso, fueron esas palabras que me volvieron el aliento. Trate de relajarme y seguir como si nada, aunque logre ver en sus ojos las preguntas del porque esa repentina preocupación.

Pero todo ese momento se esfumo cuando note que al tocarla se estremecía, pensé que era de dolor por que tocaba cercas de sus cicatrices, pero al verla a los ojos color jade y ver el deseo que se encontraban en ellos, no pude evitar el impulso de besarla de nuevo, que ella tomara la iniciativa de llevarlo más allá, me llevo al borde de mis pensamientos de que no deberíamos, por eso decidí dejarlo y seguir con lo único a lo que vino aquí, solo que ella me confesara que realmente quiere que pase algo más, me ha abierto a los cielos de mis fantasías más soñadas y que creía que nunca se cumplirían.

Trato de relajarme y terminar con esta tarea, mientras más atrasemos el momento pienso yo, más jodidamente espectacular será.

-Jodido dios. -Sigue quejándose, aunque ya falta poco, solo quedan los detalles. Ella trata de no retorcerse en el lugar, ya que casi hace que me fuera de la línea y arruinara todo, se agarra de los posa brazos con una gran fuerza que no creí ver nunca en una chica.

-Ya casi acaba, lo prometo. –Le digo lo más tranquilamente que puedo.

-Bien. –Resopla.

En el momento que empiezo los pequeños detalles, comienza a reír.

-Ok, no sé qué es peor, pero creo que prefiero el dolor a querer retorcerme como loca de la risa. –Se muerde los labios para evitar reírse.

-Créeme, prefiero que estés así, a que sufras. –Le digo a través del cubre bocas sin levantar la mirada, no creo que me escuche mucho por el ruido de la máquina y el que este cubierto.

-Gracias, pero creo que hace más difícil tu trabajo. –Lo dice casi sin aire.

-Tal vez. –Levanto la mirada a sus ojos y ella solo los baja pero sin dejar de sonreír.

Veinte minutos más tarde acabamos y comienzo con la limpieza y los cuidados.

Ella apenas si se puede parar así que le digo que espere un rato mientras recojo todo para poder ayudarla e irnos.

Cuando termino la tomo por debajo de sus piernas y la acomodo contra mí, le pido que apague las luces como avanzamos y salimos, se me complica cerrar pero lo logro.

-¿Crees poder manejar? –Le pregunto.

-Claro, ya no las siento tan dormidas, gracias, ahora bájame ya. –Se retuerce un poco y la bajo, al fin llega a ser la chica dura de siempre.

Hace una mueca al apoyarse ya en el piso y comienzo a pensar en dejar la moto aquí y conducir por ella.

-No, ni creas que me vas a llevar ya se me pasara con una pastilla. –Al parecer sabe leer mentes ya que supo lo que estaba tratando de sugerirle.

-Adelante. –Le sostengo la puerta para que suba y antes de poder cerrarla la sostiene.

-Ni creas que esto signifique que.... Bueno, que esta noche, suceda o... quiera terminar con lo de hace rato. –Maldice y cierra la puerta de un tirón. Arranca y se adelanta.

No puedo evitar reírme cuando sé que no puede verme. Puede que esta chica le importe una mierda lo que piensen de ella, pero que me confiese que aun quiere estar conmigo y se ponga toda roja. Me hace querer hacer bien las cosas con ella, no a la mierda de salvaje como estoy acostumbrado, aunque sin tener que saberlo no pensaba en hacerlo así con ella.

LIFE NOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora