Parte 27 (Adilene)

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-Dios, Soy una puta masoquista. –Comienzo a lloriquear y a quejarme. Empecé con esto después de las 3 horas en las que Race ha trabajado con mi espalda. Llevamos 5, a la 4ta hora el decidió dejarlo hasta ahí, pero le demande que quiero acabarla de una vez remarcando que entre más esperemos menos juntos estaremos, así que acepto a regaña dientes, aunque entre cada quejido que doy el sigue diciéndome que sería una buena idea que pueda descansar, con una mirada que le dé, continua y en un rato mas no vuelve a decir nada más.

-Mhmm. –Buen chico, no dice mas solo responde por obligación o algo así.

-Entonces.... –Sigo con una mueca. -¿De qué era la misa de hoy?

Se queda callado y deja de dibujar en mí, volteo mi cara hacia él ya que por la tensión en mi cuello cambie mi mirada hacia otro lado. Él se encuentra viendo hacia la nada y antes de que le pregunte algo más me mira.

-Nada importante, lo de siempre. –Dice y sigue dibujando, puedo notar que tiene tensa su mandíbula aun cuando la tiene debajo de su cubre bocas.

-¿Lo de siempre? Lo de siempre significa problemas, dime que pasa. –No que me quiera asustar ni nada, se cómo es esto, es normal.

-Bueno si, lo de siempre, problemas por aquí y por allá, nada grave solo cosas que teníamos que platicar con el pres en cuanto llegara. Solo no tienes por qué preocuparte.

-Bueno, solo que últimamente los he visto y he sentido un poco tensos, tal vez hasta preocupados...

-Si tal vez un poco, pero era porque nos hacía falta tu padre, él sabe cómo manejar las cosas.

Me guiña un ojo y sigue dibujando.

Hago una mueca, pero logro reír.

-Chicos rudos necesitando de alguien más rudo, ustedes pueden con todo, pero sabes, sé que está pasando algo y noto que te molesta así que dejare de preguntar hay cosas del club en donde no me interesa saber nada así que lo dejare, de acuerdo, solo para no tenerte todo malhumorado. Pero aun así cuando quieras decírmelo yo escuchare después de todo estoy acostumbrada a las malas noticias.

Nos quedamos viendo fijamente a los ojos por un momento, la intensidad en su mirada me hace removerme, lo bueno es que no estaba dibujando en mí en ese instante.

Al final se inclina se baja su cubre bocas y me besa brevemente en los labios.

-Por lo mismo que tu no quieres preguntarme más a detalle sobre la mierda que esté pasando, es algo en lo que igual, no quiero estropearte el día y los días siguientes, eso sí confía en que se arreglara sea lo que sea, es hora de que vivas sin preocupaciones eso déjanoslos al club en general.

-Está bien, sé que las mujeres en el club no deben de estar en medio de los problemas, solo a un lado de sus hombres, ahora no solo por parte de familia, si no que ahora resulto ser la propiedad de un miembro.

Le regreso el guiño de antes y noto que deja de estar tenso.

-Bien mujer. –Gruñe. –Solo por esas palabras me dan ganas de seguir demostrando que tan de mi propiedad eres en este instante.

-No me quejaría, pero resulta que me encuentro algo incapacitada así que tenemos que buscar unas nuevas formas de lograrlo.

Gime. –A la mierda, terminemos lo más antes posible con esto.

Y sigue dibujando y me sigo quejando, pero igual estoy de acuerdo mientras más pronto acabemos más temprano regresamos a casa, aunque no creo que podamos hacer mucho con mis padreas ahora en ella. Pero aun así me aguanto las siguientes dos horas más y al fin a casa, aunque lo único que podrá hacer es dormir.

LIFE NOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora