Moments∞ || Louis Tomlinson #PBMinds2016 #EMPawards

~Capítulo Sesenta y ocho~

Narra Jane

Me dispuse a retomar mis estudios acerca de la bioquímica. Una asignatura por la que ya sentía aberración y solo era capaz de retraerme a mis peores, y tal vez, más dolorosos recuerdos. Sin embargo, no tenía elección. Debía aprobar esta estúpida clase, para luego olvidarla por el resto de mi existencia.

Decidí acompañar mis obligaciones con un poco de música que al menos, animara mi tarde y asesinara la inmensa soledad que llenaba al piso cuando Emma no estaba.

Fui en busca de una melodía tranquila que me permitiera concentrarme  sin grandes dificultades.

Mis gustos respecto a lo musical, se habían visto forzados a cambiar, puesto que no toleraba la cantidad de memorias que lo antiguo cargaba consigo. Prefería mantenerme tan distanciada de ello, que me las había ingeniado para reordenar mi habitación de una nueva manera.

Escogí finalmente una lista de reproducción y le dediqué mi atención al libro abierto sobre el escritorio.

Sin quitar la vista del texto, tanteé a ciegas para alcanzar el estuche que contenía mis lápices. Al no mirar, tampoco me percaté de que se hallaba mal cerrado, por lo que en cuanto lo sostuve, todo su contenido quedó desparramado por el piso.

¿En serio? ¿Por qué cada vez que intentaba estudiar esta porquería, algo ocurría?

Resoplé fastidiada, mas me arrodillé en el suelo para volver a reunir mis benditos lápices.

Como era de esperar, la mitad rodó bajo la cama, lo que me llevó a arrastrarme por toda el maldito cuarto. Me sumergí debajo de la litera, pero un sutil destello captó mi interés. Por mera curiosidad y quizás también debido a mi facilidad para perder el foco, me desvié hacia aquel objeto que brillaba, relegado entre el polvo de mi, en absoluto aseada, alcoba.
Apenas lo sujeté en mi mano, supe que de verdad el universo conspiraba constantemente en contra mía.

Estiré la palma, ya sentada en la silla nuevamente, y el anillo que Niall me había obsequiado por mi cumpleaños se mostró ante mí, casi como una burla a mi persona. Seguro había sido víctima de las tantas cosas que había arrojado aquel día…

Las notas musicales de los extremos, parecieron emitir un murmullo de su voz, diciendo que me querían.  

Narra Louis

Sus dedos se entrelazaron vigorosamente con los míos, buscando la firmeza que le hacía falta.

Me sentía como un niño en un mundo desconocido, ya que los hospitales jamás me habían sido especialmente familiares. El aroma a desinfectante y desodorante ambiental, se mezclaban cada ciertos tramos del trayecto.

-¡Louis! ¡Qué gusto verte!- Lea se aproximó a saludarme sonriente.

-Lo mismo digo. ¿Qué tal?- correspondí.

-Genial. ¿Tú?-

-Todo bien.-

-Esto es nuevo. Nunca trajiste compañía.- le comentó a Emma, quien había permanecido totalmente callada hasta entonces.

Detectaba su angustia desde que habíamos aparcado el coche.

-Me estoy superando.- garantizó.

Su hermana rió, al tiempo que le palmeaba la espalda.

-Así se hace, enana.-

Se adelantó para encauzarnos hacia la salita correcta.

-¿Segura que quieres que entre contigo?- cuestioné en el umbral de la zona de procedimientos.