~Capitulo Once~

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Narra Louis

Siempre me había caracterizado por mi memoria de corto plazo y facilidad para olvidar fechas y nombres, pero por alguna razón, recordaba a la perfección la calle donde Emma vivía.

Revisaba el espejo retrovisor cada cierto rato para asegurarme de que no me seguían. Me di un par de vueltas de más de todas formas, para despistar a cualquiera que intentara llegar al mismo sitio que yo.

Aparqué el coche dos calles antes para no dejar ninguna pista y caminé a paso veloz hasta el edificio blanco.

Narra Emma

-¿Qué se supone que vamos a hacer? Ya prácticamente saben la marca de tu ropa interior- ironizó Kait.

-No tenga idea, solo rezo para que no lleguen hasta acá- respondí.

Acto seguido, el teléfono comenzó a sonar.

Me levanté para contestarlo, pero Jane me detuvo.

-¡No lo hagas! Es mejor si creen que no hay nadie- me aconsejó.

El sonido cesó y regresó en seguida.

-¿Estás segura?-

Podía ser importante y yo no atendía.

-Si son tus padres, llamarán a tu móvil- aseguró ella.

Tenía razón, no podía arriesgarme.

Narra Louis

-Lo lamento,señor. Nadie responde- se disculpó el hombre.

Solté un bufido irritado.

-Amigo, por favor déjame subir. Te prometo por lo que sea que no soy un asesino ni un violador- supliqué.

Iría piso por piso si era necesario hasta dar con el de ella.

Él rió ante mi ruego y se quedó pensativo.

-Sé quien eres. Mi hija te ama- comentó.

Una luz de esperanza iluminó mi ser.

-¡Genial! Si me dices en qué piso vive Emma, autografío todo lo que quieras para ella-

Sonaba como un chantaje, pero era un buen trato. Ambos ganábamos, o al menos, su hija lo haría.

-Está bien,muchacho. Puedes subir, planta 7 y puerta 702. Cobraré tu promesa, no tardes- accedió.

-¡Eres grande! ¡Cuenta con eso!- grité mientras corría al ascensor.

Subí y presioné el número que él me había indicado.

Narra Emma

-Alguien está golpeando- avisó Jane.

Asomé mi cabeza hacia la entrada extrañada.

¿Y ahora quién venía sin avisar?

-Revisa quién es antes de abrir- dije, acercándome a la puerta.

La chica se puso de puntillas y observó por el pequeño orificio hacia afuera.

-¡OH POR DIOS!- exclamó, volviendo a su antigua posición.

-¿Quién es?- me exalté.

¿Nos habían encontrado?

El visitante en cuestión presionó el timbre de nuevo.

-Es...es...Louis- susurró, intentando contener la emoción.

La miré sin poder aguantar la risa. Se veía idéntica a un niño pequeño que creía haber visto a Santa Claus.

Moments∞ || Louis Tomlinson  #PBMinds2016 #EMPawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora