~Capitulo Trece~

402 33 11
                                    

Narra Emma

Jugueteé con la carta, pasándola entre mis dedos de una mano hacia la otra.
Me atemorizaba un poco lo que esta pudiera contener y aun más, lo que podría hacerme sentir.

Finalmente me acomodé con las piernas cruzadas sobre el colchón y me dispuse a abrir el sobre con mucho cuidado, como si este fuera de un fragil material o algo parecido. Retiré una hoja doblada en cuatro de adentro de éste y lo dejé caer sobre el edredón.
La desdoblé con la misma delicadeza y en seguida reconocí una caligrafía que los años no habían conseguido cambiar. Aparentemente su espiritú, no era lo único que conservaba ese toque infantil.

Sonreí y fijé mi vista en aquellas palabras formadas con tinta negra.

"Ya que no respondías mis mensajes, me vi en la obligación de retroceder dos siglos y escribir en papel y tinta. Tuve la intención de conseguir una lechuza para hacerte llegar la carta, pero no tenía mucho tiempo :c solo obtuve un mensajero irlandés. Pero al menos, no tuve que pagarle :)
Antes que todo, quería disculparme de nuevo. Jamás creí que algo tan simple haría que el mundo se saliera de control de esta forma y sé lo incómodo que es vivir acosado día y noche. Aunque creo que ya lo solucioné y espero que la paz regrese pronto a tu vida y recuperes tu privacidad. Sí, esa que como pudiste notar, yo no tengo :(

Bueno, me marcharé hoy en la noche. Estaremos en Irlanda unos días y luego regresaré a mi hogar en Londres. Estuve pensando en lo que dijiste de mantener distancia y creo que tienes razón. Puedes visitarme cuando quieras y por supuesto que cuando venga aquí a ver a mis abuelos, no olvidaré pasar a saludarte.
No se lo he dicho nadie, pero volver a encontrarte ha sido una de las mejores cosas que me han sucedido este año. No imaginas cuantos recuerdos llegan a mi mente a cada segundo y pienso: realmente éramos felices.
Por favor, envíame un mensaje en tu tiempo de ocio. Solo para saber que estás bien. Seguiré fastidiándote, no te librarás de mi tan fácil, lo prometo.
Cuídate mucho, Emma.
Un abrazo,
Louis xx

PD: Espero que el chocolate relleno con menta aún sea tu preferido. Eso también lo recordé."

Apreté los labios y atrajé la hoja hacia mi pecho.

Cualquier rastro de odio o rencor, había sido completamente exterminado.
Yo, que siempre había inaginado, que si alguna vez volvía a verlo, no haría otra cosa sino matarlo, por todo lo que había sufrido con su partida. Estaba sentada en el medio de mi habitación, aceptando que lo extrañaba, que lo quería y que jamás podría evitar que formara parte de mi vida.
Y es que con solo el tacto de su mano sobre la mía, el cariño que estuvo presente por 6 años, reapareció. Nos unió con la misma fortaleza de nuestra infancia. Era regresar atrás, volver a aquellas sonrisas que a veces solo él conseguía, esas tardes de charlas interminables y ese sentimiento de seguridad y protección estando a su lado.

Doblé el papel, dejándolo tal como estaba antes y lo introduje en el sobre.
Acto seguido, tomé el regalo que había dejado a mis espaldas y rasgué el papel con lentitud. Una vez que había conseguido quitarlo por completo, distinguí una caja de metal con forma cúbica. Los chocolates que contenía, el aroma y el diseño de ésta, permanecían idénticos a como habían sido hacía 10 años atrás.

Reí al pensar que había recordado un detalle tan específico como eso. Y la respuesta, era sí. Continuaban siendo los dulces que más amaba.

Cuando era pequeña y enfermaba, mi madre solía comprarme exactamente estos chocolates para hacerme sentir mejor y la verdad, siempre funcionaba.

La imagen de un Louis con solo 11 años, entregándome un pequeño osito que sostenía en sus manos una canasta repleta de estos caramelos como presente por navidad, apareció con total claridad en mi mente.

Moments∞ || Louis Tomlinson  #PBMinds2016 #EMPawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora