Moments∞ || Louis Tomlinson #PBMinds2016 #EMPawards

~Capítulo Cincuenta y siete~

Narra Emma

Los pasos acelerados de Jane, acabaron por despertarme. En realidad mi alarma llevaba años intentándolo, sin embargo, me encontraba lo suficientemente dormida como para ignorarla.

El cachorro junto a mí, dio un brinco e inició su usual labor de lamer mi rostro, asegurándose de ese modo, que sin duda ya había reaccionado.

Me incorporé con pereza, mientras estiraba brazos y piernas, advirtiendo la manera en que mis huesos regresaban a su lugar correcto. Chequé la cantidad de tiempo que disponía en mi teléfono.

6:50 a.m

Maldición.

Me paré en un santiamén y en tres segundos, reuní mi vestuario para entrar de cabeza a la ducha.

-Te quedaste dormida ¿eh?- se burló Jane, al verme correr como una histérica loca, por toda la casa.

-¡¿No podías avisarme que era tarde?!- me quejé, dando mordiscos a una tostada con mantequilla.

-Creí que tendrías un horario diferente.- se defendió.

Por supuesto, no tenía la culpa de mi infinito amor por dormir, pero ya me había desesperado y la pobre era la única que recibía mis primeros brotes de estrés.

Bebí unos cuantos sorbos rápidos de mi taza de leche y al tiempo que cepillaba mis dientes, guardaba también lo que requería en mi bolsa.

-¡Adiós!- grité desde la puerta.

Estaba a punto de cerrarla, cuando oí a mi amiga decir algo que no alcancé comprender.

Regresé a toda velocidad a la cocina.

-Olvidaste algo.- señaló el grupo de píldoras que sagradamente me aguardaban sobre el plato.

Entorné los ojos y me hice con ellas.

-Hey, no son para que las conserves de recuerdo.- remarcó seria.

-¡Lo sé! Las tomaré cuando llegue a la universidad.-

Salí disparada hacia el elevador, rezando para que el autobús solo por hoy, decidiera ser puntual.

Narra Louis

Abordamos el bus de vuelta al hotel agotadísimos. Casi habíamos perdido la costumbre de lo que significaban seis o siete conciertos en cinco días. No obstante, estaba siendo increíble. Además, Australia era un país hermoso y el clima cálido era incomparable al invierno eterno de Inglaterra. Estaba seguro que sería un sitio que a Emma le fascinaría.

-Descansen, muchachos. Mañana viajamos a Melbourne.- nos anunció Preston.

-Gracias.- Harry se dispuso a descender del vehículo, seguido de cerca por nosotros.

Cada cual deliraba por su propio baño, una cama y un par de horas de relajación. Aunque la adrenalina de la reciente presentación, aún no se esfumaba del todo, tenía por seguro que tras sentir el agua caliente en mi cuerpo, simplemente podría desplomarme en el colchón.

-Buenas noches.- saludó amable la recepcionista de aquel turno.

Correspondimos del mismo modo, esperando que el ascensor viniera a recogernos.

-¿Quién se anima a ir por una cerveza?- propuso Niall, haciendo gala de su energía inagotable.

-Voy contigo.- se sumó Liam.

-Creo que paso esta vez.- contesté.

Zayn me imitó, pero Harry acabó por convencerse de acompañarlos.