Moments∞ || Louis Tomlinson #PBMinds2016 #EMPawards

~Capítulo Cuarenta y Tres~

Narra Jane

Abrí por vez número diez mil, las puertas de mi armario. Barriendo con la mirada, todas mis posibles prendas de vestir y no. Nada me convencía, ni me sentaba bien.

-Me rindo. Iré en pijama.- me desplomé sobre el colchón, derrotada.

-O puedes ir, tal y como Dios te trajo al mundo. También es una opción.- bromeó Kait, recargándose en el marco de madera.

Entorné los ojos.

-No me hace gracia.- cubrí mi rostro con uno de los cojínes que había a la cabecera. -En serio, no sé que me ve.-

Soltó un bufido y acto seguido, percibí cómo la cama se hundía levemente a un costado.

-Él ve en ti, exactamente lo mismo que Emma y yo. Exactamente lo mismo que tú todavía no logras apreciar.- contestó con calma.

Me reincorporé, observándola.

Tenía una complicada relación conmigo misma, lo que conllevaba a que todo a mi alrededor se tornara difícil.

Suspiré.

-Tal vez tengas algo de razón.- admití.

-¡¿Algo?!- exclamó. -Yo siempre tengo la razón.-

Se puso de pie, repentinamente enérgica.

-Lo que haremos, será ir de compras.-

Meneé la cabeza, riendo.

-¿Y eso?- dudé.

-Pues claro. Yo necesito una cazadora nueva, y tú una hermosa teñida para sorprender a tu chico.- explicó sonriente. -Mataremos dos pájaros de un solo tiro.-

Acabé por contagiarme de su buen ánimo, por lo que cogí dinero junto con mi móvil, y nos dispusimos a desalojar el lugar.
Jalé el pomo de la puerta, dándonos acceso al pasillo donde se hallaba el elevador.

-Muy bien. Y para tu primer aniversario, tendremos que conseguirte ropa en el fashionweek de París.- apuntó.

Carcajeé ante la exageración.

¿De verdad mi noviazgo con Niall soportaría tanto tiempo? Jamás había estado en una relación seria, ni mucho menos me había sentido así por alguien. Como si mi corazón dependiera total y exclusivamente de él, como si le perteneciera y tuviera el poder de hacer con este, lo que le complaciera. Me atemorizaba darme cuenta, que estaba perdidamente enamorada de él.

Narra Emma

Los radiantes rayos del sol calentaban mi espalda, mientras dormitaba sumida en la paz que el sonido del mar me obsequiaba.
Súbitamente una sombra se proyectó sobre mí y en un instante comprendí por qué.

-¡Cuidado!-

Fin a la paz.

Otro cuerpo mucho más pesado que el mío, se dejó caer justo en mí.

-¡Louis!- me quejé, intentando quitármelo de encima.

-¿Qué?- pretendió estar desentendido.

-No puedo respirar.- lo empujé, teniendo éxito finalmente en mi cometido.

Se hizo a un lado, riendo de buena gana.

-Es muy divertido fastidiarte, ¿sabías?-

Me senté en la arena, acomodando mejor la toalla que estaba debajo de mí.

-Estás congelado.- sequé las zonas que él había mojado.

-Dejé de sentir frío porque ya no siento nada.- aseguró, sacudiendo el agua de su cabello.