Cálida fue la noche en la cual se realizaba la fiesta de inicio de año. Ya se había hecho una costumbre que, en la segunda semana del comienzo de clases, los escolares hicieran una fiesta de bienvenida a los alumnos que recién ingresaban a la escuela. Casi todos asistían porque era una festividad que no estaba regido por profesores, ellos solamente ofrecían la escuela para que el centro de alumnos realizara tal fiesta a su gusto; por lo que, todo lo que sucede en esa noche, solo lo saben los que estaban presentes.
Los chicos que son de grados mayores, junto a algunos organizadores, suelen llevar toneladas de alcohol para las personas que se les daba por tomar esta clase de bebidas, pero, sobre todo, eran para los que tenían menor resistencia al licor porque gracias a ellos (y a ellas) se podría presenciar el mejor show de la noche: verlos hacer el ridículo.
Todo el recinto se encontraba decorado por serpentinas, globos, luces brillantes de diferentes colores y una música popular que sonaba por los grandes parlantes que se encontraban a cada lado del escenario ubicado en el gimnasio de la escuela. La mayoría de las personas se encontraban bailando en la pista improvisada que anteriormente era la cancha de básquetbol (o voleibol); otro grupo de gente se localizaba al lado de la mesa de aperitivos u otro gentío se iba a sentar por las bancas que se hallaban repartidas por el patio de la escuela.
Y en una de estas bancas se encontraba sentado Victor Nikiforov, un chico de rasgos masculinos bien marcados con unos ojos de orbes celestes que brillaban ante las luces, al igual que su corto cabello platinado. Había sido transferido desde Rusia hasta Estados Unidos gracias a su excelente y encantadora manera de patinar; pero, aunque era nuevo y tenía todas las apariencias de ser un chico que disfrutaría de esta clase de bienvenidas que daba la escuela, la realidad era que no era fan de las fiestas, tampoco era de asistir a ellas, pero su compatriota, Yuri Plisetsky, le había obligado a asistir para que hiciera más amistades.
Victor y Yuri se conocían gracias a que anteriormente, en Rusia, habían practicado patinaje bajo el entrenamiento de Yakov Feltsman. Aunque luego de un tiempo, Plisetsky se transfirió a Estados Unidos y ahora, unos años después, Nikiforov siguió el mismo camino gracias a los consejos y buenas palabras oídas por parte de Yuri a que viniera a estudiar a esta escuela.
Se podría decir que Victor confiaba en las buenas decisiones que tomaba Plisetsky y por eso asistió. Pero luego de un tiempo, este chico rubio se dio cuenta que jamás tuvo que haberle incitado a venir a una fiesta que el mayor no quería asistir.
Esa noche no estaba siendo divertida para Victor. Él no sabía qué hacer y nada le llamaba la atención, mucho menos las chicas que se les haya acercado insinuándose sin ni siquiera conocerlo, tampoco le parecían gracioso los chicos borrachos que hacían el ridículo frente a todos y menos le parecía agradable hacer sido abandonado por el único chico que conocía. Todo estaba resultando molesto para él.
Así que se rindió completamente, él sentía que no era para esta clase de cosas. Solo había pasado una hora desde que llegó a la fiesta pero, aunque intentó divertirse y hacer nuevas amistades, ya no deseaba estar más ahí por lo que decidió irse a casa. Pero, antes de retirarse, debía avisarle a Yuri que se iba porque ese chico era realmente peligroso cuando se preocupaba demasiado, o por lo menos eso recordaba de esos viejos tiempos en Rusia.
Victor tomó una bocanada de aire antes de poner un pie dentro del gimnasio, caminaba a penas con toda la gente que se le interponía, muchos ebrios y personas conscientes que bailaban al ritmo de la música en cualquier parte que se les ocurría, principalmente a la mitad del camino que se suponían que, por las reglas de seguridad, debían estar despejadas. Ahora recordaba el porqué de su odio a las fiestas, Victor Misantropía Nikiforov. Ese sería su nombre desde ahora.
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i'm Your Stalker [Victuuri]
FanfictionVictor Nikiforov fue transferido a Estados Unidos luego de que su colega, Yuri Plisetsky, le recomendara su escuela; un lugar donde, además de ser de excelencia académica, también le daba becas especiales y grandes oportunidades a quienes eran bueno...