-Me parece algo estúpido-le comenté a ambos entrenadores-Te creo de que se retire de la competencia por su pequeña lesión, pero no está invalido como para dejar todo el patinaje-
-Vitya...-
-Si lo está haciendo para que yo le vaya a rogar para que continúe, él está muy equivocado-
Escuché los gritos de Yakov mientras más me alejaba, además de que luego se le sumó Jean quienes intentaron detenerme, pero ya no había caso de que sucediera, necesitaba hablar muy seriamente con Yuuri al respecto. Yo conocía un chico inteligente, pero parece que era una simple imagen infantil, como que en 5 años su sabiduría y astucia desapareció.
Decidí volver a hotel porque mi mente estaba explotando de tantas ideas y por otra parte, tenía un conflicto de emociones juntas que causaban no solamente culpa, si no también darme cuenta de todas las cosas que he tenido que pasar para hoy pararme frente a Yuuri a perder mi dignidad al insistirle tanto.
Mi habitación se encontraba en el tercer piso, igual que el japonés, así que de todos modos tenía pasar por donde él se encontraba. Me acerqué a la puerta de su habitación y me pegué a ella solamente para escuchar, tal vez Yuuri se encontraba ahí. Solamente pude oír el llanto del pelinegro, algo extraño porque se escuchaba demasiado cerca y su cama se encontraba muy lejos de la puerta.
-Celestino...-al parecer el pelinegro se encontraba llorando mientras llamaba a su entrenador-Duele...ayuda-
-¿Yuuri? ¡Yuuri!-
Empecé a golpear desesperadamente la puerta cuando escuché lo último que dijo, estaría mintiendo si es que no dijera que no estaba asustado de cómo se encontraba Yuuri, porque incluso sentía culpa. Al notar que no lograba nada tocando, intenté abrir la puerta, cosa que conseguí, porque se encontraba sin seguro.
No di ni un paso dentro cuando me encontré a Yuuri tirado en el suelo llorando mientras me observaba.
-Yuuri, ¿Qué te sucedió? Déjame ayudarte-me arrodillé a más o menos su altura-Supongo que te debo llevar al hospital...-
-No, solamente necesito recostarme-
-Yuuri, es mejor si vas a ver un médic...-
-¡No lo necesito!-lo observé confundido por su reacción-Lo lamento, no debería gritarte si es que me estás ayudando-
Tomé a Yuuri de una forma en que no sintiera dolor para recostarlo en su cama mientras él intentaba no verme a la cara por simple vergüenza y probablemente temor a que yo siguiera enojado por la conversación de la mañana o porque me gritó cuando entré.
Me senté a su lado en la cama mientras acariciaba su cabello suavemente, él se encontraba de espaldas a mí pero sentía sus pequeños espasmos por haber llorando. Era una imagen no muy agradable, pues jamás será bonito ver a la persona que amas sufrir de esta manera.
-¿Por qué te encontrabas en el suelo?-pregunté curioso por haberlo encontrado de esa forma.
-Celestino estaba haciendo un escándalo por haberle contado sobre la pelea de la mañana, cuando le conté que quería renunciar a la competencia salió enojado de la habitación e intenté seguirlo pero mis piernas fallaron y me caí, él ya se encontraba lejos cuando empecé a gritarle porque me dolió el golpe-
-Él me dijo que tu ibas a renunciar a la competencia y al patinaje en general-se volteó un poco confundido-¿No lo ibas a hacer?-
-No, lo que le dije es que si el médico diagnosticaba algo grave tendría que retirarme del patinaje. No creo que me haya entendido-
Yuuri se sentó en su cama mientras observaba sus piernas, luego de eso empezó a hacer un pequeño masaje en su pierna derecha.
-No tienes el anillo-
-¿Eh?-miró su mano izquierda confundido-Ah, se me había enredado en las sabanas y pensé que me iba a sacar la piel del dedo si seguía ahí. Lo dejé sobre la mesita de noche-
Miré la mesa que había apuntado donde se encontraba el anillo ahí, aún brillaba tanto como el día en que se lo entregué. Por momentos desee que el tiempo no hubiera pasado tan rápido y que ese último día juntos hubiera durado para el resto de nuestras vidas, ahora parecemos ser tan distintos. Como si cada uno hubiera cambiado.
-Yuuri, si tú no participas, yo tampoco lo haré. De todos modos, no aceptaste casarte conmigo, así que si gano o no, no tendría ningún sentido mi vida-
-Victor, tu deberías participar. Te has esforzado tanto para llegar hasta donde te encuentras, no sabes lo orgulloso que estoy de ti y no quiero que todo tu esfuerzo se vaya por un impulso de casarte-
-Espera, ¿Tú crees que esto de pedirte matrimonio fue porque se me ocurrió ahora?-él asintió-Yuuri, quería ganar porque de ese modo podía ir a Japón, yo tenía planeado viajar para encontrarme contigo y de ese modo pedirte matrimonio-el pelinegro bajó su cabeza avergonzado-Oye, ¿Tú crees que la idea de casarnos es algo de una noche a la mañana? Obviamente que no Yuuri, no haría eso porque incluso para mi es algo impulsivo-
Hubo un pequeño silencio entre ambos, el rostro de Yuuri se volvió rojo por la vergüenza que sentía en ese momento. Yo no podía enojarme con alguien quien parece un cerdito asustado.
Yuuri se acercó a mí para abrazarme, se refugió en mis brazos para nuevamente explotar en llanto. En esta ocasión me dio un poco de risa por su reacción, no lo entendía completamente, pero era alguien demasiado tierno que no podía enojarme por mucho tiempo.
-Tengo tanto miedo-comentó-tengo tanto miedo de despertar un día y saber que todo esto fue un sueño. Tengo miedo de que algún día me odies por ser un niño llorón caprichoso que no hace nada más que causarte problemas y enojarte. ¿Por qué te enamoraste de mí? Tuviste que haberme dejado ir cuando pudiste, ahora serías feliz-
-Yuuri...-
-¿Puedo ser egoísta alguna vez en mi vida?-se separó de mi para mirarme fijamente-¿Puedo pedirte que te quedes a mi lado? Aunque sea por estos dos días...-tomó el anillo que se encontraba a su lado y se lo volvió a colocar en su dedo izquierdo-Si quieres, hacemis un trato...-
-¿Un trato?-
-Si gano el Grand Prix con la medalla de oro, ¿Si nos casaríamos?-
-¿Qué? Pero si no vas a participar, ¿Cómo quieres hacer eso?-
-Es la primera vez que participo, además, de que si me pongo esa meta...haría hasta lo imposible para ganar el oro-un pequeño escalofríos corrió por mi cuerpo cuando me observó con esa sonrisa-Incluso le ganaría al mejor patinador del mundo para casarme con él, porque te amo-
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i'm Your Stalker [Victuuri]
FanfictionVictor Nikiforov fue transferido a Estados Unidos luego de que su colega, Yuri Plisetsky, le recomendara su escuela; un lugar donde, además de ser de excelencia académica, también le daba becas especiales y grandes oportunidades a quienes eran bueno...