Victor no podía ocultar la felicidad que invadió cada parte de su cuerpo, incluso se podía decir que, literalmente, había llegado a su casa saltando en un solo pie de tanta felicidad que lo envolvía. Desde que tuvo una seria conversación con Jean a la hora de almuerzo descubrió que lo que debía hacer para conquistar el corazón de Yuuri no era nada del otro mundo, ni siquiera se le podría llamar complicado.
Su día había mejorado gracias a Chris, a quien le debía mucho porque nadie se le hubiera atrevido a acercársele para hablar y más encima recomendarle alguien quien le ayudara con su actual y desdichada vida amorosa. Tal vez el ruso se estaba adelantando a los hechos, pero, para él, Jean y Chris, ya eran sus más fieles amigos.
Mientras caminaba por las oscuras calles iluminadas por los postes de luz, en el frío de la noche, no había nada que impidiera que su corazón siguiera igual de cálido. Victor regresaba emocionado a su hogar luego de haber salido de su primera "reunión de amigos", pues los tres habían decidido continuar su conversación de la hora de almuerzo en un lugar diferente a la cafetería de la escuela, así que Chris fue muy amable de prestar su casa y, aunque hubiera deseado quedarse ahí para seguir conversando al respecto, su madre ya lo había llamado unos 17 veces y eso ya era excesivo, por lo que tuvo que regresar no sin antes darle sus sinceros agradecimientos a ambos chicos.
— ¡Ya llegué! —gritó emocionado el chico de hebras plateadas mientras cerraba la puerta tras de él.
Una mujer de aspecto joven se encontraba cómodamente sentada en el sofá de su hogar, con sus piernas cruzadas y con uno de sus brazos rodeando su vientre mientras que con el otro sostenía su celular. Sobre sus brillantes ojos azulados se encontraban los limpios cristales de sus lentes, los cuales retiró para dirigir su mirada hacia el muchacho que se encontraba frente suyo con susto a lo que dijera. Se había sorprendido al ver llegar de tan buen humor a Victor, pero, sobre todo, sentía un gran alivio al verlo sano en casa.
—Puedo saber, ¿En dónde te encontrabas? ¿A quién le has pedido permiso mocoso malcriado? ¿Sabes la hora que es y lo preocupada que estaba por ti? —la molesta mujer de corto pelo plata detuvo su regaño al notar un cuaderno azul en las manos de su hijo— ¿Estabas estudiando?
—Bueno, se podría decir que estaba estudiando. No para la escuela, pero si para ser el mejor novio del mundo.
Su madre se encontraba confundida, le tomó tiempo analizar cada palabra recién dicha por su retoño y, hasta luego de haber examinado palabra por palabra como al igual el objeto que traía Victor en sus manos, había caído en cuenta de lo que estaba sucediendo.
—No me digas que te has enamorado. Victor, hijo, por favor, tómate esto con calma...
—Siempre dices eso—comentó desanimado el muchacho mientras dejaba su cuaderno sobre la mesa de centro y se sentaba en el puesto vacío al lado de su madre, abrazando con tristeza su mochila—, es como si no quisieras que superara lo que hace 9 años pasó. Voy a cumplir 18 y estoy más que seguro que ese problema está controlado.
—Bien, si este tema está más que superado, ¿Por qué tienes ese cuaderno? No necesito revisarlo para saber que tiene adentro—la preocupada mujer se acercó un poco más a su hijo para acariciar su corto cabello—. No quiero cortarte las alas, pero ¿Me prometes que te tomarás las cosas con calma?
—Si mamá, te lo prometo.
-🌸-
Muchas veces he sido muy terco, principalmente con los consejos de mi madre, pero debo admitir que tengo un gran temor a que algo así vuelva a suceder. Tampoco tengo muchos recuerdos de lo que había sucedido cuando tenía 8 años, mi madre me contó parte de lo que pasó, de que yo me había obsesionado con una de mis compañeras y que, gracias a eso, a ambos nos tuvieron que llevar a un psicólogo para tratar nuestros casos.
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i'm Your Stalker [Victuuri]
FanfictionVictor Nikiforov fue transferido a Estados Unidos luego de que su colega, Yuri Plisetsky, le recomendara su escuela; un lugar donde, además de ser de excelencia académica, también le daba becas especiales y grandes oportunidades a quienes eran bueno...