Capítulo 9

3.9K 570 257
                                    


Durante la infancia se solía ver a los mayores con cierta admiración en lo que realizaban, pensando y anhelando que algún día llegarían a ser al igual que ellos. Un posible doctor, una modista, incluso algunos soñaban con ser grandes jugadores de futbol o bailarinas de ballet. Los más pequeños siempre soñaban en grande y, cuando se podía, no se quedaban como simples deseos, muchos llegaron a cumplir sus sueños sintiendo un gran calentamiento en el corazón pensando que habían logrado lo que tanto de niños deseaban.

En los tiempos en que Yuuri pensaba que el patinaje sobre hielo era lo que prendía una gran pasión en su interior, los niños a su alrededor solían ser muy crueles y principalmente cuando llegaba la época de invierno, cuando los lagos se congelaban llamando a las personas a que era el momento especial para patinar, junto a los corazones de aquellos muchachos.

En esos tiempos en Hasetsu no existía el Ice Castle, por lo que los fines de semanas, cuando nadie tenía nada mejor que hacer durante las tardes, las filosas cuchillas de los patines se deslizaban por la fría y dura superficie de hielo que anteriormente era agua de los lagos.

Takeshi Nishigori era un chico muy popular en Hasetsu por su gran habilidad en el patinaje a su corta edad, era un ejemplo a seguir por otros niños que gracias a él empezaron a practicar este deporte y, entre ellos, se encontraba un pequeño niño de cabellos negros y un cuerpo rellenito que lo hacía tener una apariencia realmente adorable.

Yuuri era menor que él, ya sea en edad o estatura, por ello siempre fue algo menos importante para Takeshi y su grupo de seguidores, aunque la principal razón de su menosprecio era por su peso. En un inicio todo eran burlas, aunque con el tiempo se volvió más cruel que incluso un día, cuando vio que el pelinegro se encontraba patinando cerca de ellos, solo se le ocurrió tomar una piedra cercana para tirarla con fuerza lo más próxima a donde se encontraba Yuuri. Su objetivo no era lastimarlo directamente, aunque logró asustarlo haciéndolo caer en el suelo además de romper el hielo con la piedra y la fuerza aplicada en ella.

— ¡Oye cerdo! Ten más cuidado y quítate del hielo ¿No ves que lo estás trizando?

Tanto Takeshi como su grupo de amigos se empezaron a burlar del pobre chico que se encontraba en el suelo a punto de llorar y no era solamente por el golpe de su caída, era más bien porque al ver que la persona que tanto admiraba se reía de él ya no tenía ni ganas de ver el hielo otra vez en su vida.

-🌸-

Victor estaba realmente feliz cuando su alarma lo había despertado de su sueño. Había contando los minutos por que el día lunes llegara y ahora se encontraba a minutos de ir a la escuela para hablar con su adorable cerdito. El fin de semana se la paso ideando que palabras decirle, incluso escribía todo lo que quería transmitirle al muchacho, llegó a ocupar unas 15 hojas de su cuaderno las cuales guardó, porqué las otras 30 las había tirado a la basura.

Por momentos, Victor quiso utilizar esa confianza de chico popular que podía conseguirse el cariño de todo a quien le hablara, solamente para sentirse confiado en hablar con el chico de sus sueños. Aunque la verdad, solo era un cobarde que cuando uniera su mirada con la de Yuuri, lloraría de tanto nervio que sentía.

Cuando el ruso llegó a la escuela se encontró con su amigo Chris en la entrada el cual, desde esas horas de la mañana, le tiraba palabras de aliento para el día de hoy junto con contarle sobre su gran fin de semana, el rubio realmente tenía demasiado tiempo libre para ir a cada fiesta que se le invita.

Mientras subían al segundo piso de la escuela para ir a su salón, en el camino se encontraron a un canadiense, al inicio Victor pensó en ir a saludarlo, pero al ver su cara que demostraba que estaba enojado tuvo mucho temor e incluso cuando se le acercó, temió por su vida.

i'm Your Stalker [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora