Solo se necesitaba un simple beso para que las cosas se tornaran un poco más atrevidas. Yuuri no parecía darse cuenta de la situación si no fuera porque torpemente Victor tocaba su piel bajo la playera del pijama mientras sus besos se volvieron más lentos para disfrutar el momento. El mayor disfrutaba de poder tocar la tersa piel del japonés el cual parecía removerse con gusto, además de recibir de buena manera sus caricias.
Los suspiros se hacían presentes en toda la habitación mientras el menor cerraba sus ojos instintivamente al momento en que Victor atacaba a besos las mejillas un poco más delgadas de Yuuri, para luego bajar un poco para continuar con leves mordiscos en su cuello haciéndolo soltar más de un gemido de gusto, algo que el pelinegro no evitó avergonzarse cuando se dio cuenta de que lo hacía sin intención alguna.
-¿V-Victor?-el menor intentó evitar de que le intentaran quitar la playera, pero solo consiguió otro casto beso por parte del peli plateado.
-Demuéstrame que me amas Yuuri. Demuéstrame que serás solo mío-
Aunque las palabras del mayor sonaban posesivas o duras, un pequeño calor recorrió el interior del pelinegro que lo hizo caer rendido ante los deseos del ruso.
Algo que le impedía continuar a Yuuri era el sentimiento de inseguridad al dejar que Victor observe su cuerpo al desnudo. No lo dijo, pero el mayor pudo suponer que era esa la razón de porque el chico a su lado le prohibía quitarle la parte superior. Con una sonrisa en la cual le intentaba expresar la ternura que sentía, Victor decidió ponerse sobre Yuuri mientras encarcelaba el cuerpo del menor entre sus brazos.
-Eres perfecto Yuuri, te lo he dicho antes pero no me arrepiento de decírtelo. Si es necesario, te lo diré todos los días de tu vida-un escalofríos recorrió el cuerpo del pelinegro cuando sintió la respiración cálida del mayor chocar en su oído y parte de su cuello-Be my love, Yuuri~-
El rostro teñido de rojo del nipón había alcanzado su tonalidad máxima al escuchar eso por parte de Victor cual ahora lo miraba fijamente. Ninguno de los dos evitó recordar ese día de juventud cual marcó un momento importante en lo que ahora llevaban de relación. Si algo no se arrepiente Victor, era de haber sido el acosador de Yuuri.
Una serie de besos atrevidos siguieron luego de ese momento nostálgico que llegó, incluso, a sacarle unas pequeñas lágrimas al joven pelinegro. Victor no evitó susurrar un 'Eres hermoso' cuando se separó unos momentos para finalmente quitarle la playera, observando un cuerpo delgado que alguna vez amó con unos kilos de más. Secó esas fugitivas lágrimas y besó la frente del chico bajo él.
-¿Te encuentras bien? ¿Quieres que me detenga?-
-N-No, continua...demuéstrame tu amor, Victor-
Nuevamente sus bocas se unieron, por unos cortos segundos, ya que Victor guió sus labios al cuello, la clavícula y así fue bajando hasta el abdomen. El mayor levantó la mirada luego de dejar el rastro de marcas y besos por toda la parte descubierta de Yuuri, el cual tenía una pequeña sonrisa avergonzada por lo que había aceptado hacer, además de acordarse de lo que alguna vez el ruso había hablado sobre Eros, eran cosas que algún momento pensó que quería compartirlo con él.
La mano de Victor tocó sin descaro el miembro de Yuuri por sobre la tela de su pantalón, en el cual ya se notaba claramente una erección, a lo que él solo gimió como respuesta sonrojándose un poco además de cubrirse el rostro con las manos. El más alto dirigió su boca hacia los botones rosas que adornaban el pecho de su pareja, donde lamía y en solo una ocasión mordió causando que el pelinegro gritara con un poco de placer en su voz.
Yuuri se sentía presionado entre el placer y el amor. Sus gemidos y suspiros eran lo detonante en Victor para continuar, era la primera vez de ambos, por lo que lo único que guiaba el peli plateado era esas fantasías sexuales las cuales soñaba cuando su novio no estuvo junto a él, aunque este nunca creyó que ahora lo estaría viviendo.
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i'm Your Stalker [Victuuri]
FanfictionVictor Nikiforov fue transferido a Estados Unidos luego de que su colega, Yuri Plisetsky, le recomendara su escuela; un lugar donde, además de ser de excelencia académica, también le daba becas especiales y grandes oportunidades a quienes eran bueno...