i'm Your Stalker [Victuuri]

Capítulo 5

El primer paso para poder conquistar a Yuuri fue el crear una carta, algo tan básico como expresar todo lo que amo de él en sutiles y poéticas palabras. Pero para cuando ya me encontraba sentado en mi escritorio, con el lápiz en mano y la hoja en blanco frente a mí, no hallaba la manera de manifestar mis sentimientos. Escribí muy pocas cosas y ni siquiera era entendible, por segundos llegué a creer que el amor me inspiraría, pero no resultó ser así, por lo que me había sentido tan frustrado que me quedé mirando la muralla frente a mí por varios segundos esperando que esta me diera mi solución y, aunque suene estúpido o raro, funcionó.

Cuando necesitaba recordar algo o debía hacer algo importante, siempre lo anotaba en un post-it y lo pegaba en un lugar donde lo podría ver, y eso era mi muralla. Como no tenía inspiración para escribir una carta, tomé algunos de los coloridos papeles adhesivos e intenté recortar-lo más derecho posible-la parte donde tenía el pegamento. Fue ahí donde plasmé todas esas palabras sueltas que no lograba conectar en una carta, pero que tenían más sentimientos en aquellos papeles.

Todo lo que había escrito era lo que amaba de Yuuri, para mí, todo él era perfecto y si solo lo hubiera podido expresarlo bien en la carta, estaba seguro de que me hubiera tomado varias hojas para decirle cuanto me encantaba. Pero bueno, los post-it es una idea original y más bonita, ¿Verdad?

Finalmente, en el último papel que me quedaba, no le escribí algo halagador, sino, le di una pequeña sugerencia y sonreí con el solo pensar en él siguiendo mi consejo. Habían sido tanto los papeles que había puesto en el sobre-donde se supone que iba la carta-, que incluso pesaba.

Ahí estaba demostrado parte de mi amor por Yuuri.

-🌸-

Yuuri había salido recién del baño, con su pelo a medio secar y con el pijama puesto de mala gana. Estaba agotado luego de luchar contra Phichit para que dejara de molestarle por esos papeles, pero luego llegó Minami quien continuaba insistiéndole en que quien había mandado tan bello detalle fue Victor, pero, ¿Por qué lo haría? Ellos ni siquiera se conocen, además, la única vez en que al menos cruzaron miradas fue en el incidente de la fiesta de inicio de año-el cual él no deseaba recordar-, aunque tampoco lo podía considerar un encuentro decente como para "enamorar" al chico ruso. No se quiso crear una falsa imagen de su supuesto enamorado (o enamorada), porque tenía miedo de equivocarse y terminar desilusionado.

Aun así, evitando el saber quién era la persona tras de ese regalo, su sonrisa era inevitable de borrar de su rostro, pues no había segundo en que no leyera alguno de esos papeles que ahora decoraban las murallas de su habitación. Así como la persona misteriosa le sugirió en uno de los papeles.

"Si realmente te gusta, ¿Lo pegarías en tu muralla? Así, cada vez que lo leas, te acordaras que alguien te ama."

El chico de bellos cabellos negros se sentía tan agradecido con esa persona, nunca creyó que alguien halagaría su aspecto físico e incluso había cosas que solamente sus amigos más cercanos conocían, pero que lo hacía sonreír de una manera única. Esa persona parecía conocerlo completamente, incluso llegó a pensar que podía ser uno de sus amigos, pero descartaba rápidamente la idea porque eso sonaba realmente aterrador.

-🌸-

El chico de extraño pelo plateado se encontraba sentado en una de las mesas de la cafetería de la escuela, una no tan alejada de donde se encontraba Yuuri y sus amigos, el lugar perfecto donde incluso se lograba escuchar un gran escándalo por parte de ellos. Aunque le molestaba un poco el ambiente, lo soportaba solamente porque podía escuchar a su cerdito reír con las ocurrencias de los que se encontraban sentados a su lado.

Él deseaba voltearse para poder hablar con su querido chico de bellos ojos chocolate, compartir anécdotas y hacerlo reír. La risa del japonés le iluminaba el día; Pero su propósito fue frustrado por Chris, quien había llegado a su lado, burlándose de la cara de enamorado que tenía su amigo.

—Si Yuuri no se encontrara de espaldas a ti, seguramente ya se hubiera dado cuenta de quién es su chico misterioso tras la carta—mencionó el rubio mientras dejaba su comida sobre la mesa— ¿Qué tan bien funcionó el primer paso?

—Bien, supongo—respondió susurrando—. Yuuri está muy feliz y su amigo no ha parado de molestarlo con que tiene un admirador secreto, aunque su otro amigo parece darle alternativas de quien podría ser.

—Y bien, ¿Qué sigue? Estoy muy emocionado, tengo que decírtelo ahora mismo.

—Según Jean—mencionó el ruso entretanto buscaba en su cuaderno (el cual se encontraba sobre la mesa) la página donde tenía anotado los pasos—, ahora es conquistarlo con las comidas que más le guste.

—Oh, ¿Qué es? ¿Chocolate? ¿O lo vas a llevar a una cena romántica en las playas más cercanas a Orlando?

Victor se quedó pensando unos segundos si alguna vez ha anotado algo relacionado a la comida que Yuuri le gustaba, incluso revisó rápidamente su cuaderno por si tenía algo como un post-it donde tuviera escrito sobre una posible alergia al chocolate o si tenía un gusto específico sobre las cosas dulces.

Pero...Si J.J le había recomendado darle las comidas que más le gustan, entonces tenía uno en específico que podría funcionarle a la perfección.

—Tengo algo mejor que chocolate.

-🌸-

El timbre que anunciaba el primer receso había sonado, finalmente eran libres el cruel profesor de física hasta el próximo jueves; Entre todas las personas que salían a montones del salón, un chico pelinegro entró totalmente molesto y empujando a todo quien iba en contra de su dirección, sin importarle si era su curso o no, pero su misión era dirigirse al ruso de pelos plateados quien se encontraba feliz por verlo.

— ¡¿Eres un idiota o te haces?! —gritó molesto Jean, pegándole a la mesa con sus puños cerrados.

— ¿Que sucedió? —preguntó Chris al darse cuenta de lo tan enojado que se encontraba su amigo canadiense.

—Este idiota—señaló al pobre y asustado Victor—no se le ocurrió nada mejor que regalarle a Yuuri un tazón de sopa o lo que hubiese en ese tazón.

—No es sopa—corrigió ofendido el ruso—, es Katsudon.

— ¿Qué? ¿Victor Qué?

-🌸-

Hola, no había actualizado porque sucedieron varias cosas durante este tipo. Se me juntaron muchas pruebas, pasé mi cumpleaños, más pruebas y ahora Chile esta en una revolución.

A pesar de toda la situación que esta sucediendo en mi país, escribir es una forma de distraerme y por ello les he traído una actualización. 

Nos vemos

-Xiado-