La mayor parte del tiempo me sentía nervioso por estar cerca de Yuuri, pero ahora me encontraba inquieto con solo pensar en ser rechazado sin siquiera tener la oportunidad de seguir acercándome a mi amado japonés, aunque lo único que espero de él es que sea sincero conmigo. Si realmente le molesto sería bueno que me lo dijera y así dejar de incomodarle con mis intentos de enamorarlo.
Me sentía culpable por molestar a mi querido Yuuri, pero tenía la necesidad de pedirle perdón, aunque los nervios me jugaron en contra en último momento así que terminé escribiéndole una carta; ni siquiera tuve el valor de acercarme a entregarla por mi propia cuenta, pero tuve el valor de pedirle una cita. Jean debería estar orgulloso de mí.
Ahora que acepte, sería algo maravilloso.
Estaba tan ansioso que observaba la hora en mi celular cada minuto que pasaba. Desde que el timbre de salida había sonado, me tomé el tiempo necesario para salir de la escuela, ordenando mis cosas con una tranquilidad inquietante, incluso me dediqué un momento para pasar fuera del salón de Yuuri para saber si ya había salido, pero no estaba ahí.
Aún así, caminé hasta la salida y me paré a esperarlo en la muralla izquierda al lado de la puerta principal del establecimiento. Veía con nerviosismo como salían tantas personas pero no veía rastros del que deseaba encontrarme. Habían pasado unos 10 minutos y ya me estaba asustando, ¿Esta es su manera de rechazarme? ¿O será que la escuela tiene otra salida? Supongo que la peor manera de ser rechazado es cuando ni siquiera sabes si lo fuiste.
Mantuve mi esperanza unos minutos más, aún salían algunos alumnos, eran pocos, pero era lo único en que mantenía mi ilusión. Sentía como mi corazón se rompía y estaba dispuesto a largarme a casa con la simple idea de que algún día podría saber la razón tras su rechazo o darme el valor suficiente para ganarme su perdón.
— ¡Victor!
Nunca en mi vida me había girado tan rápido como en ese segundo, pues a lo lejos pude apreciar a la persona que tanto esperaba corriendo hacia mi dirección. Ese chico de hermosos cabellos negros un poco desarreglado, algo diferente a lo que se ve todos los días, además estaba agitado y levemente sudado pero eso era lo de menos, él se encontraba ahí...a unos metros de mí.
Era como ver un ángel y, con eso, puedo asegurar que la vida volvió a mi cuerpo.
Caminé lento hacia estar lo más cerca de él, no podía creer en lo que mis ojos observaban y ello me hacía dudar de mis pasos. Cada centímetro que avanzaba lo veía más perfecto y real, era tan maravilloso incluso cuando arreglaba sus ropas y sus materiales que traía en sus manos. Se notaba que había salido corriendo de donde haya estado.
—Que bueno encontrarte aquí, pensé que ya te habías ido...—dijo con el poco de aire que había alcanzado a respirar mientras se ordenaba—Lamento la demora, el profesor estaba de malas y nos dejó unos diez minutos después de clases, además que estaba en el último salón de computación y...
—No te preocupes, me alegra que estés aquí—sentía que me estaba enamorando una vez más de Yuuri, era tan maravilloso ante mis ojos...pero volví a sentirme nervioso al recordar lo que deseaba preguntarle, pero ya no podía seguir actuando como un cobarde.—Yuuri...si me estabas buscando supongo que...
—Lo estuve pensando mucho, pero...si Victor, aceptó ir contigo.
-🌸-
Eran las cinco de la tarde cuando llegamos a la cafetería. Durante todo el camino hacia el lugar que se encontraba cerca de la estación no nos dirigimos muchas palabras; No sabía de qué hablar con Yuuri y supongo que él tampoco tenía alguna idea de cómo comenzar una conversación conmigo pues de todos modos aún seguíamos siendo unos desconocidos. Mantengo mi esperanza que desde ahora esa situación cambie.
La cafetería se encontraba más vacía de lo que acostumbraba, en cierto modo lo agradecía ya que necesitaba un poco de privacidad pero no tanto como para llevarme a Yuuri a un lugar donde no se sintiera cómodo con mí presencia. Elegimos la mesa más cercana a la ventana que daba vista a la calle, casualmente era mi lugar favorito y a mi querido japonés no parecía incomodarle el lugar, al contrario, aquello le emocionó aun más.
—Sabes...es asombroso que haya aceptado tu petición—me comentó—, pero Phichit y Minami me dieron muy buenas razones para hacerlo. Además, no tienes porque disculparte por lo que sucedió ayer, yo actué mal frente a ti y el que debería disculparse soy yo.
—No, no tienes que disculparte. Phichit me explico las razones tras tu comportamiento, así que fue mi error—por alguna extraña razón, él parecía estar más calmado luego de haberme dicho eso—. Para que no nos quedemos con el mal recuerdo, te he invitado ahora para disculparme. Puedes pedir todo lo que quieras Yuuri, yo lo pagaré.
—No puedo aceptar algo así, yo...
—Por favor, es lo único que puedo hacer para que mi consciencia quede tranquila.
Puse mis manos a cada lado de mi cabeza cubriendo mis orejas haciendo como que no lo escuchaba, solo pude ver como se reía avergonzado y se rendía. Verlo sonreír me hizo sentir feliz, no podía negar lo enamorado que estaba de él y esta oportunidad que tengo de compartir con su persona. Esto era como una cita.
Pero a pesar de que accedió a que yo pagara, él prometió que algún día haría lo mismo por mí y eso solo me hacía pensar en que tendría la oportunidad de salir nuevamente.
Mientras Yuuri observaba el menú que se encontraba sobre la mesa, me puse a jugar con mi mente al intentar adivinar que podía pedir él. Un té, un pastel de chocolate y probablemente una ensalada de fruta con un yogurt natural como le encantaba, se supone que son cosas que ya debía haber eliminado de mi mente, como el cuaderno, pero era imposible si se trataba del chico que adoro.
Nunca podría olvidar lo que hace feliz a Yuuri.
Pero al final resultó ser que estuvo debatiéndose por un jugo de naranja o una simple agua mineral con galletas, ¿Que le hicieron a mi Yuuri? Sé que eso que pidió no fue lo que realmente quería, se le notaba el disgusto en el rostro, así que cuando el mesero vino hacia nosotros le pedí lo que yo quería junto con lo que él pidió y en secreto, pedí lo que supuestamente Yuuri querría. Presumía que él estaba preocupado por su peso, sus mejillas no se le notaban gorditas como siempre y se notaba que estaba un poco más delgado; pero a mí no me preocupaba si comía de sobremanera mientras fuera feliz, de todos modos, si nadie lo aceptaba como era, yo iba a estar ahí siempre para él.
Cuando la comida había llegado ni siquiera había suficiente espacio en todo la mesa para todo lo que habíamos pedido, Yuuri estaba realmente sorprendido por lo exageradamente grande del pedido y su reaccionó aumentó cuando le entregué el pastel junto la ensalada y el té.
—V-Victor yo...
—Eres perfecto como eres Yuuri, no tiene porque limitarte a comer porque lo demás creen que no te ves bien con peso demás, pero ¿te cuento algo? Yo creo que eres perfecto así como eres tanto física como psicológicamente. Saber por lo que has tenido que pasar últimamente me hace sentir tan mal, porque alguien tan bueno y lindo como tu se merece ser tratado como el ser más preciado de este mundo.
-🌸-
Cuando dije que iba a desaparecer 3 años, no lo decía en serio...pero se me había perdido la contraseña de esta cuenta akdja menos mal y la tenía anotada en una libreta. -Xiado-
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i'm Your Stalker [Victuuri]
FanfictionVictor Nikiforov fue transferido a Estados Unidos luego de que su colega, Yuri Plisetsky, le recomendara su escuela; un lugar donde, además de ser de excelencia académica, también le daba becas especiales y grandes oportunidades a quienes eran bueno...