Un amor indestructible (Ponny)

Capitulo 49

Mariela: Que te pasa Verónica!

Verónica: Que tiene de malo, es la verdad, esta guapisimo

Mariela: Si, pero esta casado, te lo digo de verdad, no te fijes en el, no tienes ni una sola idea de todas las cosas por las que ha pasado esta familia.

Verónica: Calmate Mariela, solo decía.

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Verónica habia cumplido un mes de trabajar en casa de los Herrera Puente y hacía dos semanas que Poncho se habia ido de viaje a Brasil por un negocio muy importante, ese dia la pequeña Valentina cumplia tres meses de nacida y Alma Rey decidió hacer una celebración en casa de su hija por los tres meses de su nieta, justo ese día volvia Poncho de su viaje, saludó a los niños y a su pequeña bebé y se dirigió en busca de su esposa.

Poncho: Dulce... No sabes donde esta Any?

Dulce: Creo que esta en la biblioteca, no estoy segura, buscala ahy, seguramente ahy esta

Poncho: Ok... Gracias (dijo antes de correr a buscarla)

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Apenas abrió la puerta se cruzo con aquella mirada que lo volvia loco desde hacía tantos años, no lo pensaron dos veces y corrieron a abrazarse y a besarse, Poncho cargo a Any y ella enrollo sus piernas en las caderas su esposo, comenzaron a besarse con tanta precisión y pasión que parecía que no se habían visto en años, Any bajo sus besos a su cuello hasta que...

Poncho: Mi amor no, no podemos (dijo haciendo un esfuerzo sobrehumano)

Any: No te pongas asi (dijo volviendo a besar su cuello) no podemos dejar a nuestro amiguito asi (acariciando su erección) quiero que me hagas tuya, aqui y ahora (desabrochando su correa) y hace dos semanas que no (quitándole la camisa botón a botón) nos portamos mal... (dijo susurrandole al oído)

Poncho: (aprisionandola contra la pared, cargandola aún) es toda una fiera señora de Herrera (bajando su vestido lentamente) Any! (Grito al sentirla tan húmeda)

Any: Tu me pones asi! Estoy loca... Loca por ti (dijo gimiendo) ya no aguanto mas (dijo mordiendo su labio)

Poncho terminó de bajarle el vestido completamente y le quito la parte de abajo de su ropa interior, introducio dos dedos en su interior, mientras ambos gemian, Poncho seguia cargandola y aprisionandola contra la pared, ella besaba su pecho y arañaba su espalda, esto excitaba más a Poncho, causando que el introdujera sus dedos aún mas y ambos gritaran de placer, se dejaban pequeñas marcas por todo el cuello, Poncho sacó sus dedos y le abrió las piernas entrando en ella tan violentamente que pensaba que la había lastimado

Mientras tanto...
Afuera

Alma: No sabes donde se mete tu hermana?

Dulce: Esta en la biblioteca... Tiene que estar ahy con Poncho

Ana: Con mi papá?

Dulce: Si... Ahy la fue a buscar

Alma: Ya ha pasado un montón de tiempo... (dijo preocupada)

Dulce: No te pongas así ma... Vamos a tocarle la puerta

Fueron a tocar la puerta pero nadie abría, solo se escuchaban ruidos extraños

Dulce: (pegada a la puerta) no pares? No entiendo nada. Esta cerrada con llave

De casualidad vieron a Verónica y la llamaron para pedirle las llaves.

Dulce: Ash, la resbalosa (Verónica la mirá mal)

Alma: Oigame no mire a mi hija así!

Dulce: No se que es lo que se cree ahora la servidumbre, RESBALOSA!

Ana: Tía ya! Vero, necesitamos que nos consigas la llave para abrir aquí, por favor

Verónica: Déjame te las traigo

Adentro...

Una parejita seguia amándose sin parar, gimiendo como locos, ajenos a toda la situación, Poncho desabrocho el sostén de Any y empezo a darse un festín con sus senos mientras seguia dentro de ella acerelando sus movimientos cada vez más.

Any: Soy tuya (dijo gimiendo)

Poncho: Si... Mia (con la voz entrecortada)

Any: Tuya... Tuya para siempre (con la voz agitada)

Al cielo... Ese era el lugar al que la llevaba todos los dias cuando tenían intimidad, se sentia segura, plena, capaz de hacer todo mientras estuviera entre sus brazos. Estaban a punto de llegar al límite del placer hasta que la puerta se abrió y frente a ella aparecieron los rostros sorprendidos de Ana Lucía, Alma, Dulce y Verónica. Alma cerró la puerta lo más rápido que pudo y todas seguían atónitas por lo que habian visto.

Ana: Mis ojos no tenían porque presenciar esa escena... (Dijo con escalofrío)