Escuchó la vocecita de una de sus princesitas, y de inmediato limpió sus lágrimas.
Abby: Mami...
Hacía algunos días había empezado a llamarla así, y era algo que la completaba. Le llenaba el corazón de amor y ternura. Sonrió un poco y le respondió.
Any: ¡Hola, mi amor!
Abby: ¿Porque estás tliste?
La observó, y estaba muy bonita. Llevaba una camiseta blanca con rayas negras, un pantalón corto, unas botitas color marrón y el cabello completamente suelto. Trató de sonreírle para no la preocuparla, pero ya se le hacía casi imposible, vió cómo su pequeña se subía a la cama y le respondió.
Any: No estoy triste... (Dijo acariciando su cabello)
Abby: Si estás, yo me doy cuenta.
Antes de que pudiera pronunciar palabra, Gabriella entró a la habitación y se sentó en la cama junto a su hermanita, haciendo la misma pregunta.
Gaby: Estuviste llolando...
Any: No, mi cielo. Tranquila, no pasa nada... Todo va a estar bien. (Dijo mientras las abrazaba a ambas)
En otro lado de la ciudad...
Poncho: No me importa nada, lo único que quiero es encontrar a mi hija... Usted no sabe todo lo que mi esposa y yo estamos sufriendo.
General: Estoy tratando de hacer todo lo posible... Todo lo que esté entre mis manos, para encontrarla.
Mansión Herrera/Puente...
Sus pequeñas se habían quedado dormidas, y su teléfono comenzó a sonar, cuándo vió de quién se trataba contestó enseguida.
Gabriel: No me vayas a gritar, no me vayas a ofender, que te estoy llamando... Porque quiero hablar contigo.
Any: Dime dónde, y estoy ahí lo más rápido que pueda.
Le dió una dirección, y salió de su casa sin que los niños se percataran, le dió la órden a todo el personal de servicio que siempre estuvieran hechandoles el ojo, y a toda la gente de seguridad, que rodearan toda la casa. Condujo unos 25 minutos y llegó a su destino. Se puso unos lentes, tomó su bolso y bajó del auto. Había llegado a un departamento que no estaba nada mal, la zona no se veía peligrosa, así que estuvo algo más tranquila. Tocó el timbre y enseguida él abrió la puerta, sintió asco, ganas de vomitar, y de golpearlo.
Gabriel: Pasa, preciosa.
Any: ¿Dónde tienes a mi niña?
Gabriel: No está aquí, está en otro lugar, te cité para contarte algunas cositas, antes de llevarme a mi hija lejos y que no la vuelvas a ver nunca más.
Any: Sobre mi cadáver.
Gabriel: Eso lo veremos después... Ahora, tienes que saber unas cositas... Que te voy a confesar, desde que Verónica llegó a tú casa, he estado metido en su vida, y mucho antes de eso también... Nada pasó por casualidad... Cuándo fuiste a vivir a España porque le pusiste el cuerno al imbécil supe que estabas esperando otro mocoso, y cuándo me enteré que eran dos... Mucho mejor, soborné a doctores... Un negocio sucio, para fingir la muerte de una bebé, pensaba robarme a las dos, pero ya iba a ser muy riesgoso, así que te dejé a una para que tuvieras consuelo, cuándo cumpliera los 6 años, iba a meter a la que me robé al negocio de trata de blancas, pero pues la encontraste, y no pude hacer nada, antes de que la encontraras... Supe de muy buena fuente que estabas buscando nana para los chamacos, y fue ahí dónde dije "esta es mi oportunidad", ella tenía unas cuántas cuentas pendientes del pasado con Alfonso, así que fue la oportunidad perfecta, le inventamos títulos y les hicimos creer que tenía experiencia, aunque debes aceptar que no lo hacía nada mal... La mandé a metersele a tu maridito en la cama, pero lamentablemente no se pudo, así que tuve que buscar otras opciones... Que me perdone mi hijita, pero tuve que buscar la debilidad tuya y de el imbécil que tienes por marido, y lamentablemente mi hija era la opción más fácil... Aflojé los frenos de su coche, y provoqué el accidente que casi le quitó la vida, solo quería darles un susto, y lo logré... Mandé a Verónica a que tirara a la chamaca que no me pude robar, pero a esa si no le pasó nada, la mandé a que te hiciera la vida imposible... Pero pues ya cuándo las cosas se complicaron y la corriste la mandé a que te hiciera pensar que se acostó con Alfonso, luego la mandé a que se robara a la que es hija de Alfonso, pero eso falló, así que dije "ya es tiempo de llevarme a mi hijita conmigo"... Y pues aquí estamos, llevo años entrenándome para ser parte del mundo del narcotráfico... Y hoy en día tengo mucho poder...
Apenas terminó de hablar, sintió una cachetada tan fuerte que lo había hecho caerse al piso, y se rompió un poco el labio. Con las pocas fuerzas que tenía, llorando amargamente... Le respondió.
Any: ¡Eres un maldito imbécil! ¡Te vas a pudrir en el infierno! ¡Tú no tienes corazón! ¡No sabés lo que es un hijo para sus padres, porque aunque te afecte, aunque te moleste! ¡ANA LUCÍA NO ES TÚ HIJA! ¡Nunca lo va a ser! Tú no sabés (dijo casi derrumbandose) creer que mi bebé estaba muerta... ¡Llevar un niño nueve meses dentro de ti, en tus entrañas... Sentirlo moverse... Esperarlo con ilusión... Y que después te digan cómo si nada que murió... ¡Tú no sabés lo que fue pensar que ya no vería a mi hija con vida nunca más! ¡Mirándola a través de un cristal, rogándole que no me dejara! ¡Diciéndole que si se iba no se lo iba a perdonar nunca!... Ibas a vender a mi niñita a unos tipos enfermos... ¡La dejaste en la calle! ¡Sola! ¡Desamparada!
Gabriel: Todo lo hice porque te amo...
Any: ¿Me amas? No... Tú no amas a nadie, tú no sabés lo que es amor... Y si alguna vez me amaste, nunca hubieras abusado de mí... ¿Pero sabés qué? Te lo agradezco... Y te juro que no voy a descansar hasta tener a mi hija de vuelta conmigo... Tú no puedes amar a nadie... ¡Porque estás maldito!¡Y sabés qué! ¡AHORITA MISMO LE VOY A LLAMAR A LA POLICÍA PARA QUE TE PUDRAS EN LA CÁRCEL, MALDITO ANIMAL!
Gabriel: Piensa muy bien lo que vayas a hacer... Si mi hija no está conmigo... No va a estar con nadie... Y en caso de que yo no vuelva, y uno de mis empleados se enteren que me agarró la policía, va a matar a nuestra princesita, y la vas a encontrar... Pero muerta... Así que tú decides... De todas formas esta es la última vez que vas a tener noticias mías y de Ana Lucía.
Any: Te juro por lo más sagrado, que no voy a descansar, hasta encontrar a mi hija. No me voy a descuidar, ni un segundo. Cuídate, porque por mi hija, soy capaz de todo.
No tuvo más opción, no podía jugar con la vida de su hija, sabía que ese tipo era capaz de hacer hasta la bajeza más grande, no se podía arriesgar... Así que se fue... Camino a la policía.
Un rato después...
Una de sus empleadas le curaba la herida que tenía en el labio, y las marcas que habían quedado del golpe tan fuerte que había recibido...
Leonardo: Ya veo que no le fue muy bien...
Gabriel: Al contrario... Me fue de maravilla.
Leonardo: No pareciera... ¿Que es eso que tiene en las manos?
Gabriel: Lo acabo de conseguir... Es una droguita que creo que me va a ayudar mucho... Se llama escopolamina, le dicen "burundanga". Los violadores la están usando para violar a las chavitas... Esta cosita, hace que pierdas totalmente la voluntad... La persona a la que se la voy a dar, va a perder la voluntad... Y no se va a negar a nada de lo que le voy a hacer...
Perdonen que no publiqué el capítulo que les había dicho ayer 😣no sé que pasó con wattpad, que no me dejaba acceder a mi cuenta. Pero finalmente, aquí está.
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