Any contaba con casi 8 meses de embarazo, y guardando reposo absoluto, pues, desde el principio su embarazo había sido de alto riesgo y eran muchos los cuidados que conllevaba este, y había llegado un momento que ambos temían, que sus bebés fueran prematuros, eran aproximadamente las dos de la madrugada y Any había roto fuente...
Any: Toma el tiempo de las contracciones. (Dijo antes de arrugar el rostro por la sensación que la recorrió y desapareció a los pocos minutos)
Poncho: ¿Qué vamos a hacer? (Dijo a sus cuatro hijos mayores)
Matteo: Normalmente nos hubiéramos quedado en casa hasta que mamá dilatara un poco más y estuviera lista para ir al hospital, pero esto no es un parto normal, además, la veo muy asustada.
Lucía: Y nosotros también estamos asustados, todavía están muy chiquitos para nacer y no están tan fuertes, han pasado por complicaciones todos estos meses.
Ana: Tienen razón pa, mejor llevémosla.
Poncho: Está bien, tienen razón, hijos, vayan por sus cosas, yo voy a ayudar a mamá. (Dijo antes de acercarse nuevamente a la habitación que compartía con su esposa) Nos vamos a ir al hospital, mi amor ¿Ya tienes todo listo?
Any: Si, mis cosas están guardadas en el closet y las de los bebés en su cuarto, por Dios, ni siquiera he terminado de arreglar completamente el cuarto.
Poncho: (Se acercó preocupado al ver lágrimas en sus ojos) Mi amor, ya tendremos tiempo de terminar eso, además ellos no necesitan nada más que a ti, y van a tener a la mejor mamá del mundo.
Any: Tengo miedo. (Dijo antes de recibir el abrazo de su esposo)
Poncho: Lo sé, pero todo va a estar bien, y nuestros hijos y yo vamos a estar contigo acompañándote en todo momento. Vamos, mi amor (Dijo ayudándola a levantarse con cuidado de no lastimarla)
Llegaron al hospital en compañía de sus hijos mayores y enseguida fueron a revisar a Any, había sido un embarazo riesgoso y ahora iba a tener un parto prematuro.
Alexa: Tranquila, mami, todo va a salir bien.
Any: Gracias, mi amor. (Dijo antes de poner un gesto de dolor por otra contracción, tenía a sus hijos abrazándola y sosteniendo sus manos, y definitivamente, no había mejor anestesia que esa) ¡Ay! (Gritó cuándo sintió nuevamente un dolor intenso)
Poncho sacó a sus hijos un momento de la habitación e inmediatamente vio como todos cambiaron sus caras a una de preocupación y tristeza, sabía que sus hijos estaban asustados por lo que podía pasar pero estaban haciendo un esfuerzo para no preocupar más a su mamá.
Poncho: Estoy muy orgulloso de ustedes, lo están haciendo muy bien, quiero que estén tranquilos, todo va a estar bien, pronto van a llevar a su mamá a la salo de partos y esperemos que todo salga bien.
Ya había pasado un tiempo y decidieron llevarla a la sala de partos, aunque los doctores querían ver si se podían mantener a los bebés unas semanas mas, al final fue imposible, ellos ya querían nacer. Any gritaba del dolor y sentía ganas de llorar, cada vez el dolor se volvía más intenso e insoportable.
Poncho: Lo estás haciendo bien, amor. (Dijo a su lado sosteniendo su mano)
Any: Ya no puedo más, te juro ya no puedo más. (Dijo hablando como pudo)
Tenía ganas de llorar junto con ella, odiaba verla sufrir y más odiaba no poder hacer nada para ayudarla.
Dra: Ya veo la cabecita del primero. puja con todas tus fuerzas una vez más, vamos Any, ya vamos a terminar.
Sacó fuerzas de donde no las tenía y pujó con todos sus fuerzas y un minuto después en toda la habitación se escuchó el llanto de su bebito y junto a él los ojos de sus padres se llenaron de lágrimas de emoción pero una vez más un intenso dolor la recorrió y la obligó a pujar con todas sus fuerzas y unos pocos minutos después dos llantos retumbaban en aquella habitación, se dejó caer hacia atrás agotada e inmediatamente le colocaron a ambos niños en el pecho y un millón de lágrimas empezaron a salir de sus ojos, lágrimas de felicidad y emoción, nuevamente habían traído unos perfectos y hermosos niños al mundo.
Any: Hola mis amores, yo soy su mamá, bienvenidos mis perfectos bebés. (Dijo mirándolos emocionada mientras Poncho acariciaba sus manitos)
De pronto ambos tuvieron un golpe de realidad, sus bebés eran prematuros y aquel lindo momento no pudo durar mucho porque los doctores tuvieron que llevarse enseguida a ambos bebés, nunca había visto bebés tan pequeñitos, el corazón de ambos se estrujó al ver a un montón de doctores revisando a sus bebés y como se los llevaban en una incubadora.
Poncho: Eres una guerrera, y nuestros hijos también lo son, te felicito, mi amor. Lo hiciste excelente.
Any: Te amo, te amo con todo mi corazón, me regalaste dos nuevas y hermosas razones para vivir ¿Los viste? Son tan perfectos, se parecen a ti.
Poncho: Mi vida, se parecen a ti, son perfectos como tú. (Dijo mientras le robaba pequeños besos y acariciaba su cabello)
Los ojos de Any enseguida se inundaron de lágrimas al recordar la situación en la que estaban sus bebés, y ella no podía hacer nada para protegerlos.
Poncho: Van a estar bien, mi amor. Van a estar bien. (Dijo sosteniendo su mano)
Any: ¿Lo prometes, mi amor?
Poncho: (Con lágrimas acariciando su cara) que más me gustaría que prometerlo, no lo puedo prometer, pero lo creo, sé que van a estar bien y todo va a salir bien.
Trasladaron a Any a una habitación y sus hijos mayores ya pudieron verla, el ambiente de sentía triste, pues aún no sabían nada acerca de la salud de los bebés. Ana Lucía se encontraba al lado de su mamá abrazándola con cuidado mientras ella le correspondía y miraba lo poco que le quedaba de pancita con nostalgia.
Any: Y pensar que hace unas horas estaban ahí, protegidos, y ahora esta gente se los lleva y no me dice nada.
Ana: Tranquila mami, estás delicada, fue un parto difícil y mis hermanitos te necesitan fuerte. (Dijo besando su mejilla)
Antes de que pudiera pronunciar palabra vio a sus hijos levantarse y sus ojos se iluminaron cuando vio el motivo, la puerta se abrió y entró una enfermera con dos incubadoras en las que por dentro se veían dos cuerpecitos, la enfermera le entregó la bebé a Any y el bebé a Poncho con sumo cuidado, ya que ambos estaban conectados a muchos cables y los dejó solos para que pudieran disfrutar a sus bebés no sin antes decirles que cuando regresara les iba a informar sobre la salud de los bebés y el tiempo que iban a tener era algo limitado por el estado de los bebés. Poncho se sentó en la cama junto a Any para que ambos pudieran verlos y pronto sus hijos se acercaron.
Lú: Ay Dios mío, son perfectos. (Dijo acariciando la carita de la bebé)
Matty: Son muy lindos.
Any: Y díganme mis niños ¿Ya tienen nombre estas bellezas?
Los 4 se miraron cómplices y se sonrieron entre sí.
Alexa: Bueno, como son mellizos queríamos que tuvieran algo parecido, así que escogimos nombres que empezaran por la misma letra.
Ana: Ella es Sofía.
Matty: Y él es Santiago.
Lucía: Sofía Andrea y Santiago Andrés Herrera Puente.
Ana: Sofi y Santi ¿Les gusta?
Any: Son muy perfectos, mi amor. (Dijo mirándolos emocionada) Son hermosos.
Poncho: Son los nombres perfectos para ellos, gracias hijos. (Dijo sonriéndoles)
Una hora después...
Doctora: Santi es el más fuerte de ambos, fue el que nació más desarrollado y con el paso de las horas el que mejor ha ido evolucionando, la que está un poco más delicada es Sofía, nació con algunos problemas respiratorios puesto que sus pulmones aún no están bien desarrollados y tiene síndrome de dificultad respiratoria neonatal, si tenemos suerte y sigue evolucionando bien en las próximas horas Santiago podrá irse en unos días junto con ustedes, lamentablemente, creemos que Sofía si va a tener que quedarse.
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Un amor indestructible (Ponny)
أدب الهواةPodran superar todo por su AMOR INDESTRUCTIBLE