Poncho: ¿Aún seguirás sin hablarme?
Any: Ana Lucía está muy triste por tu culpa.
Poncho: No soy un monstruo, soy su padre.
Any: Entonces compórtate como tal. (Dijo antes de flaquear el ver los ojos llenos de lágrimas de su esposo)
Poncho: Es solo que no me quiero separar de mi bebé... Si se va ya no va a volver a mi lado nunca. (Dijo antes de refugiarse en los brazos de su esposa)
Any: Claro que si va a volver, solo son tres años, cuando acabe la universidad va a venir con nosotros.
Poncho: No... Cuando acabe la universidad ella va a casarse y a formar su propia familia.
Any: Aún así, no podemos cortarle las alas a nuestra hija.
Poncho: Tienes razón, voy a hablar con ella.
Sintió cómo tocaban la puerta de su habitación y la abrió con cuidado, sonrió levemente al ver a la persona que se encontraba tras esa puerta.
Poncho: Creo que nos debemos una plática... ¿Puedo pasar? (Dijo antes de verla asentir)
Ella se sentó sobre la esquina de su cama y lo vio jalar una pequeña silla para luego sentarse frente a ella.
Poncho: ¿Te acuerdas cuando te enteraste que Gabriel, era tu "papá"? Tú aún eras pequeña, te asustaste y lloraste mucho porque pensaste que yo los quería más a tus hermanos porque ellos si llevaban mi sangre.
Ana: Me acuerdo como si fuera ayer, supongo que era normal, tú eras mi mundo.
Poncho: ¿Recuerdas lo que te dije?
Ana: (Sonríe) Lo recuerdo perfectamente...
Poncho: No importa cuántos hijos tenga, tú siempre vas a ser mi hija... Porque eso eres para mí, mi hija. Y eso nada ni nadie lo va a cambiar... Porque tú siempre vas a ser mi niña especial, la luz de mis ojos.
Ana: Me acuerdo muy bien de eso... Ese día me hiciste sentir muy especial, no sé cómo le haces pero tú siempre logras sacarme una sonrisa en los peores momentos, eres el mejor papito del mundo, el mejor.
Poncho: Perdóname, mi niña. Me porté muy mal contigo y tu mamá tiene razón, no puedo cortar tus alas, si tú quieres irte a España pues yo te apoyo en lo que decidas.
Ana: Si tomé la decisión de empezar una aventura así es porque ustedes me han dado la confianza y la seguridad de hacerlo. Solo serán tres años papá, y vendré en cada fecha importante al igual que en las vacaciones de verano, puedo venir también uno que otro fin de semana y ustedes podrán visitarme allá.
Poncho: Eso dices ahora, pero ¿Y si deciden quedarse a vivir allá?
Ana: ¿Qué? Claro que no papi... Jamás haría eso, no me podría quedar a vivir tan lejos de ustedes. Apenas acabe la universidad yo voy a regresar aquí a mi casa, pienso hacer mi especialización aquí en México, para estar con mamá, contigo y con mis hermanos.
Poncho: ¿Y si después cuando vuelvas a México decides irte ya con Alejandro a vivir?
Ana: No me quiero ir de casa a los veinte años papá, tal vez más adelante si pero quiero disfrutarlos a ti y a mamá más tiempo. Mamá me contó que tiene un departamento en Madrid, yo podría quedarme ahí y Alex en la universidad.
Poncho: No princesa, sería absurdo que tú y Alex estuvieran solos en el mismo país y no vivieran juntos.
Ana: ¿Es enserio? (Dijo sonriendo) te amo papi... Te amo con todo mi corazón. Te juro que no me voy a separar de ti nunca.
Poncho: Yo también te amo, mi niña linda, pero entiende a este papá celoso que no quiere que su bebé se vaya de su lado...
Ana: Tú siempre vas a ser mi héroe y el hombre más importante en mi vida, papi. (Dijo abrazándolo)
Horas después...
Lú: ¿Puedo pasar? (Dijo tocando la puerta)
Ana: Claro que si. (Dijo regalándole una sonrisa)
Lú: Estaba buscando unas cosas en el depósito y encontré esto... Pensé que tal vez te gustaría tenerlo.
Le pasó una pequeña caja a su hermana y al ver su rostro cuando la abrió de inmediato se arrepintió de habérsela llevado.
Lú: Perdóname yo...
Ana: (Interrumpiéndola) No tranquila... Gracias por traérmela.
Aquella caja estaba repleta de fotos de Carolina, muchas de ellas antes de que ese cáncer la alcanzara.
Lú: Era tan hermosa... Aquí se veía radiante.
Ana: Si... Ella era divina, por dentro y por fuera.
Lú: Ana... ¿Porque mamá y papá se divorciaron? ¿Porque papá se casó con Carolina y mi mamá se fue?
Ana: Yo creo que eso es algo que les corresponde a mamá y papá contarte... Ay Lú, hay tantas cosas que no sabes, mamá y papá han pasado por cosas que ni te imaginas, yo creo que ya estás en edad de saberlas y si les preguntas estoy segura de que ellos van a aclarar todas tus dudas.
Lú: Lo haré, hay muchas cosas que no entiendo... A ti te dolió mucho la muerte de Carolina ¿verdad? Digo... Aún era pequeña y no entendía muchas cosas cuando pasó lo de Carolina, pero, si recuerdo como lo sufriste... Y creo que aún lo sufres, tú eras una de las más apegadas a ella, yo me dediqué tanto a extrañar a mi mamá que nunca pelé a Caro, pero me quedo con la satisfacción de que pude pasar sus últimos meses de vida con ella y de que pude pedirle perdón.
Ana: Que bueno, enana. Yo me quedo con la satisfacción de saber que se fue de este mundo feliz y con la frente en alto.
Lú: ¿Porque lo dices?
Ana: Cumplió su mayor sueño... Fue madre junto al amor de su vida y trajo al mundo a una preciosa bebé producto de su amor aunque eso le haya costado la vida. Caro siempre me decía que nos amaba como si fuéramos sus hijos pero que lo que más deseaba en la vida era tener un hijo suyo y de mi papá.
Lú: ¿Ella lo quiso mucho?
Ana: Lo amaba más que a su vida, mi papi fue el amor de su vida, y él también la quería pero...
Lú: (La interrumpe) Pero no la amaba...
Ana: Exactamente... Yo siempre veía a papá llorar cuando veía las fotos de mi mamá, muchas veces me contó lo mucho que estaba sufriendo lejos de ella... Carolina era increíble, pero no era mamá...
Lú: Ojalá cuando crezca yo pueda ser aunque sea la mitad de lo buena e increíble que es mi mamá... Gracias por decirme esto, eres la mejor hermana del mundo. (Dijo abrazándola)
Ana: No, tú lo eres, te quiero muchísimo Lú. Vamos a dejar de hablar de esto porque me voy a poner a llorar. (Dijo riendo) Mejor vamos a arreglarnos que se nos va a hacer tarde para la cena...
Había decidido llevar a sus cuatro hijos mayores a cenar, sabía que ellos amaban esas salidas en las que solo eran ellos y podían aislarse por un rato de los gritos y los juegos de sus hermanas más pequeñas, se llevaban muy bien entre ellos cuatro y tenían una conexión increíble, había aprovechado que sus princesas habían ido al baño para hablar a solas con su hijo.
Matty: ¿Todavía sigues peleado con mamá?
Poncho: Si, sigue enojada por lo de Ana Lucía, pero tú no te preocupes, luego voy a hablar con ella... Las únicas viejas que ocupan mi mente hoy son esas bellezas que vienen allá... (Dijo sonriendo mientras veía a sus hijas caminar)
Discúlpenme por favor por no subir capítulo 😩 mi abuelita se enfermó y estuvo unos días hospitalizada, por eso me alejé de todo un tiempo y me enfoqué en cuidarla y estar cerca de ella, gracias a Dios ya se encuentra súper bien ☺️ y aquí está el capítulo al fin.
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