Lugares misteriosos.

17.9K 1.1K 29
                                    

Alexia:  
—Peque, despierta vamos.- sentí unas sacudidas y la voz de mi padre llamandome pero todavía quería seguir en mi cama

—¿Eeeh? ah sí, ya va.- dije al reaccionar, bostezo y me estiro un poco sintiendo todos mis huesos crujir

Me levanto como puedo pero me vuelvo a tirar a la cama, no quiero levantarme, de verdad que mi cama esta deliciosa y refunfuño.

—¡Alexiaaaaa!-ruedo los ojos

—¡Ya va!- grité ya que mi padre había salido de mi habitación

Me bañe y me puse ropa suelta, no sabia que hacer así que me deje ropa de entre casa.

—Buen día, ¿que vamos a desayunar?- pregunte cortés, tenia muchísima hambre. 

—¿Desayunar? Alex mira la hora- ¿Y mamá que hace aquí? ¿Porque se ríe de mi?

Abrí los ojos como platos al ver la hora.

—¡OH POR DIOS! SON LAS DOCE, ¿PORQUE ME DEJARON DORMIR TANTO?- estaba como loca, no suelo dormir mucho pero admito que necesitaba dormir

Mis padres estallaron en risas pero yo los fulmine con la mirada

—Tranquila cariño, estas de vacaciones- mi papá me sonrió

Bueno si para ellos esta bien por mi también, me encogí de hombros y me senté a comer.

—Esta bien, pero despiertenme antes, no suelo dormir mucho.

Fruncí el ceño. 

Empezamos a comer y solté de la nada.

—Aquí abrieron la universidad de Antropología, ¿cierto?- pregunté un tanto espranzada

Ellos me dijeron "Si" al unísono sin subir la mirada de sus platos, perfecto.

—Entonces.. me quiero transferir aquí.- Contesté mientras los miraba sonriente. 

—¿Que?.- Me respondieron igual que antes, yo los mire desconcertada ¿no me querían otra vez aquí con ellos?

Ellos rápidamente relajaron su mirada, supongo que entendieron por mi cara llena de angustia

—Es decir hija, nos encantaría que vuelvas cariño, pero.. ¿estas segura? ¿No es mejor que termines allí y luego regreses?- pregunta mi madre preocupada

Me miraron sin entender, porque me iba muy bien y sólo me quedaban un par de años por cursar pero no le di importancia, les sonreí de oreja a oreja

—Estoy totalmente decidida, regreso.- me miraron con ternura y me abrazaron.

—Perfecto peque, podemos pedir la tranferencia de tu universidad por internet.- dice papá tranquilamente, es buena idea ya que no queria volver.

—Pero.. ¿Mis cosas?- conteste amargamente, no quería volver por ellas.

Espero que se note

—¡Yo! Tengo una idea, llamo a mi amiga Grace para que contrate algún camión a nuestro nombre y que traiga las cosas, el departamento se puede vender aquí.- mamá hablo entusiasmada por su idea, genial, me río por como está saliendo todo tan bien.

Solo espero que funcione

—¡Muchas gracias!- creo que quiero saltar de alegría.

Cuando terminamos de comer mis padres me avisaron que se iban a encargar de mi transferencia y por lo que me queda el día libre decidí llamar a Sam, le voy a proponer algo.

Pasó una hora que mi celular volvió a sonar y contesté sin mirar el nombre

—¿Hola?- contesté veloz, supuse que es Sam

—Soy yo idiota, baja.- Sonreí y salí corriendo para subirme al auto de mi primo.

Él es un chico cariñoso aunque a veces un "poco" bruto por todas las tonterías que hace, por eso es nuy divertido y es demasiado guapo por su cabello rubio y sus llamativos ojos grises

En fin, lo que le propuse es que me lleve a lugares que no mucha gente va, que sean misteriosos.

Antes no me importaba conocerlos, ya que de jóvenes nos dedicábamos a las fiestas, éramos como todo adolescente normal que le interesaban tener amigos y verse bien

Entonces Sam me habló de un bosque, a unos 10km afuera de la ciudad, estoy tan ansiosa de llegar que hasta agarré una mochila con cosas que poco iban a servir pero "por las dudas" las guardé

—Adivina que.- le dije sentandome un poco de costado para mirarlo y sonreirle.

—Te hiciste lesbiana.- frunzo el ceño y lo miro sin entender, a lo que el al ver mi mirada de desconcierto suelta una sonora carcajada, —Es broma Lexi, dime.

Me reí por su apodo, hace mucho que no lo escuchaba, Sam siempre me llamaba así.

—Me voy a transferir, voy a estudiar aquí.- Dije feliz, el me miro y abrió la boca.

—¡Oh por dios! voy a tener a mi primita cerca otra vez.- Me sacudió los pelos mientras reía.

—Así es y vamos a tener muchas salidas juntos.

Íbamos en silencio en el auto, uno cómodo, Sam se desvío por un camino de tierra y a los minutos dejando sin salida ese camino se alzaba un gran bosque extenso, iba de derecha a izquierda ni siquiera se donde termina.

En medio se ve un sendero pero pareciese que hace años que nadie lo usa.

—Dicen que este lugar es la cuna de los "vampiros" por eso es que nadie viene, pero yo no les creo nada.- explica mi primo aunque en su voz hay un toque de mentira

—Que absurdo, este lugar parece tan.. Mágico y misterioso, no entiendo porque no vienen.-no podía dejar de mirar los arboles, eran tan altos y grandes.

—A todos les da miedo.- y así concluimos la conversación e iniciamos la caminata.

Este lugar es maravilloso, pareciera que dentro del bosque estaba mas oscuro ya que solo algunos rayos del sol entraban, habían hojas pequeñas que hacian que no se viera la tierra y entre todos esos troncos altísimos habían plantas pequeñas llenas de flores, de todos colores, rosas, azules, violestas, etc.

Simplemtene hermoso.

Llegue a ver desde lejos una planta de rosas, seguí el camino hasta allí alejandome un poco de Sam hasta que llegue a las rosas.

Ya no veía cerca a Sam pero no me incomodo mucho, esto es perfecto, un rosal en buenas concidiciones como si alguien cada día cuidara de ellas y un gran agujero de arriba entre las plantas hacia que le llegara luz

Lo mas extraordinario era que esas rosas eran negras y algunas grises, son tan raras, nunca en mi vida habia visto una de esas.

Estaba por agarrar una cuando escucho en un susurro cerca de mi oído

—Hola bella Alexia, te recomiendo que no las toques.

¿Que? ¿Otra vez? Ya me esta cansando esto.

—¿Por qué no?- contesté temblorosa, aún esa voz, aunque sea en un susurro, daba miedo. 

—Lexi, que susto me hiciste pegar, pensé que te había perdido.- Sam me dio un leve empujón y luego me abrazó.

¿Pero si a penas me detuve unos minutos?

En ese momento escucho un ronco gruñido, me alejo de Sam y para disimular le sonreí, también le devolví aquel empujón

—Perdón primito, me llamaron la atención las rosas y me aleje sin querer.- El fruncio el ceño y se inclino para el costado como para poder ver.

—¿Que rosas, Alex?

—Estas, las de aquí.- me giré para señalarsela pero miré con gran desconcierto, el lugar estaba vacío
—Que ahora ya no están.- susurre

—Creo que estas loca, ¿Consumes drogas, Lex?- bromeó Sam, por suerte hizo que el momento incómodo se diluyera

Me reí y negué divertida.

—Vamonos de aquí, muchas rosas por hoy.- vuelve a decirme mientras toma mi mano para sacarme de allí

Y eso hicimos, partimos para casa.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora