Mi amor.

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Alexia:
El silencio en el coche me estaba poniendo muy nerviosa, ni siquiera sentía cómodo el asiento por eso debía moverme para todos lados.

—Mierda- susurre frustrada por no encontrar una buena posición en el puto asiento.

—Relajate Alexia- dijo Erick con un suspiro y rodee los ojos

—Si claro, estuve a punto de morir pero no pasa nada- dije sarcástica.

Erick me miro con amargura unos segundo y luego volvió a posicionar su mirada hacia adelanta, su mano voló y palpo mi pierna hasta encontrar mi mano, al enredarla en ella le dio un leve apretón.

Largue el aire contenido y lo mire, estaba concentrado en el camino pero parecía preocupado.

—Igualmente gracias, me salvaste y...- no sabia como seguir, —Por cortar toda relación con ella.

Lo vi sonreír y relajarse un poco

—No agradezcas, Alex- dijo con suavidad.

Amaba este nuevo Erick, sus gestos tiernos, siendo tan amable y protector ¡Me volvia loca!

Le di un fugaz beso en su mejilla y volvio a sonreir de lado.

El clima incómodo se había convertido a uno más tranquilo y normal, estamos bien eso es lo que importa.

Luego de unos minutos más en viaje, el coche frenó con suavidad cerca de un río, con felicidad bajé a observar el hermoso paisaje.

¡Verde, verde, verde y más verde! La naturaleza desbordada en este lugar, se podia ver un pequeño rió y el agua cristalina,  grandes piedras estaban sobre el agua y muchos árboles acompañaban a la hermosa imagen.

Una sonrisa se asomó en mi rostro, sin importar que hacía Erick me aleje dando saltos de felicidad hasta la orilla, saque mis botas y me recoste en el suave pasto que parecía un acolchado.

En menos de un minuto vi a Erick copiando mi acción, juntos colgamos los pies y los sumergimos en el río.

—Gracias Erick, me encantó este lugar, ni sabia de su existencia- le dije mirándolo a los ojos, el tenía su mirada en otro lado y sonrió.

—No agradezcas- me miró,
—Espera aquí.- dijo y se levantó para ir hasta el coche aun en patas y el jean arremangado a los tobillos.

Observé su ancha espalda y mordi mi labio inferior por inercia ¡No es mi culpa que tenga un cuerpazo!

Cuando llegó a su auto vi que sacó la caja que antes había guardado, lo miré extrañada y se acercó con lentitud.

—¿Tienes hambre?- preguntó riendo mientras alzaba un poco la caja.

Alce mi ceja y lo miré confundida.

—Si- la verdad es que no me di cuenta, pero estaba muerta de hambre hoy ni desayunamos.

Y por lo que calculé ya era cerca del medio día.

—Genial, quédate ahí- me ordenó.

Mientras lo observé sus movimientos, se agachó colocando la caja a su lado y la abrió con precaución, de ella sacó una manta y vajilla para dos.

Lo miré con sorpresa y él rió por mi expresión, no podía creerlo ¡Organizo un almuerzo! ¡Para los dos y solos!

—¿Porqué una caja?- pregunté reprimiendo una sonrisa.

—Porque creí que así era mas original- se encogió de hombros.

Me sonroje al instante y él siguió con su trabajo.

Sacó una pequeña olla cerrada pero se podia sentir un olor exquisito, luego sacó una botella de vino y algo de pan, ordenó todo sobre una pequeña mesa que sentados entraríamos muy cómodos.

—¿Te gusta?- preguntó con duda.

—¡Me encanta!- me sonroje, —Es perfecto mi amor.

Oh por dios.

¿Que hice?

Nos miramos a los ojos confundidos, sus ojos estaban abiertos como platos y mi boca se entreabrio, miré hacia otro lado. ¡Estaba aterrorizada!

—Lo siento, yo no quise...- intenté disculparme, seguro debo estar roja como un tomate, hable aceleradamente intentando arreglar el momento.

—Alexia, no te preocupes- Erick se rasco la nuca y me miró a los ojos con compasión.

Suspire y me senté frente a él, rápidamente sentí la tensión y la incómodidad de los dos, esperé que Erick sirviera, habia pollo al horno con alguna salsa que parecía espectacular y luego de la caja volvió a sacar un tupper  con ensalada.

—Se ve genial- dije intentando cortar la tensión. Otra vez me regaló una sonrisa de lado y me relaje poco a poco.

El delicioso sabor del pollo entró en mi boca y saboree cada pedazo que debore, mientras la comida transcurria observabamos el lugar o nos regalabamos sonrisas.

Al terminar de comer, Erick acomodó un par de cosas y nos recostamos en la manta, en silencio, cerré mis ojos y me relaje un poco.

—Me gustó- susurró Erick en mi oído y me abrazó apegandome a su cuerpo.

—¿Lo qué?- abrí mis ojos lentamente y susurre igual que él.

Erick agachó su rostro y beso mis labios con dulzura, —El mi amor- susurró sobre ellos.

Mis mejillas se calentaron y volví a besar sus labios, ahora por más tiempo, él acarició mi cintura haciendo círculos o figuras extrañas, lentamente subió su mano a mi estómago haciendo las mismas caricias.

La electricidad me acarició en esa parte del cuerpo, el calor me recorrió el cuerpo y punzadas de excitación me recorrían ese lugar.

Me separé de Erick, lo miré a los ojos, suspire y escondi mi rostro en su cuello, escondiendo también mi miedo.

—¿Quieres contarmelo?- preguntó con una voz ronca pero dulce.

Saqué mi rostro y lo observé, mis ojos se cristalizaron por el recuerdo y asenti levemente.

—Si- dije tomando coraje.

Erick asintió con lentitud y acarició mi rostro, nos acomodamos sentados uno junto al otro y tomé aire intentando eliminar las lágrimas que estaban por salir.

—¿Recuerdas a mi ex, Derek?- el volvió a asentir.

Volví a respirar profundamente pero no pude evitar las lágrimas, caían y caían como cascadas.

Erick me abrazó por la cintura, hizo que apoyara mi cabeza en su hombro y él para calmarme me susurró cosas bonitas.

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Alexia se va a confesar
Erick sr curita (?

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Lola B.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora