Caleb.

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Alexia:
Cuando Sam salio de la que ahora es mi habitación, fui al baño para poder tomar una buena ducha de agua caliente, me siento estresada por todas las confesiones y lo que debo aceptar para proteger a mi familia.

Luego del baño me coloque una bata ya que olvide mi ropa.

Mi mirada chocó con el espejo, observe mi cara y mis ojos que están llenos de ojeras, estoy fatal.

Dios, no hace mínimo de ruido, acabo de salir del baño y encuentro a Erick sentado de una forma elegante sobre mi cama.

Me tense por completo

—¿Que quieres?- trate de sonar lo mas fría posible, pero no funciono tanto.

El me sonrió, negó y se me acercó lentamente.

—Quiero que te portes bien Alexia, que seas mi futura esposa no quiere decir que tengas poder, no vas a contestarme nunca, ¿Entiendes?- y así es, empecé a temblar como una niña siendo regañada.

Retrocedí un paso y el se adelanto uno, me miraba a los ojos, su mano se levanto hacia mi cara, cerré los ojos por instinto y mi respiración se aceleró.

Esperé unos segundos pero cuando los abrí, él estaba lejos de mí, estaba por irse.

Me estaba dando la espalda y lo que dijo fue lo ultimo que escuché de él.

—Mañana quiero que estés a primera hora para que desayunes, alguien te va a escoltar hasta el comedor.- no esperó respuesta, simplemente se fue.

Solté todo el aire y mi cuerpo se tranquilizó, me cambie con un pijama de franela azul ya que en todo el tiempo que estuvo Erick en mi habitación, yo seguía con bata.

[...]

—¡Señorita, Señorita! ¿Se despertó?- abrí los ojos al sentir unos golpes en la puerta y una voz desconocida, que supongo yo, me estaba llamando.

Me levante con pereza y abrí la puerta encontrándome con un chico que tendrá uno o dos años mas grande que yo, al igual que Erick.

Claro, hablando físicamente.

—¿Si?- pregunte curiosa por saber quien era.

—Buen día mi dama, el señor la está esperando para desayunar, mi nombre es Caleb, jefe de las tropas de Erick- elevo la barbilla y sonrió.

Tiene un asento extraño y gracioso, parece amigable.

Le devuelvo la sonrisa y le digo que espere a que me cambie.

Tenia mucha ropa nueva, entre ellas había mucho vestidos largos.

Me acabo de dar cuenta de que son muy elegantes, no solo el lugar sino que también las personas.

Me acerqué a Caleb con duda, porque no tenia ni idea de que debía usar.

—Mm.. Caleb, ¿Podrías ayudarme? No sé que debo usar.- él se encogió de hombros y se acerco a mi closet.

Sacó un vestido corto y suelto hasta las rodillas, desde el pecho hasta la cintura estaba ajustado, el vestido esta bordado de pequeñas flores color azules y el fondo es blanco.

Me encantó por su sencillez.

—Gracias.- le agradecí a Caleb mientras miraba el vestido ya puesto.

Me acomode un poco las ondas y le avise a mi acompañante de que ya estaba lista para bajar.

Usualmente no uso maquillaje, estoy mucho mas cómoda al natural, solo lo uso en alguna ocasión importante o si salgo a bailar.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora