Sus ojos.

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Alexia:
Nadie dijo nada hasta que la comida llegó y nos la sirvieron, los hombres en la mesa tenían sus facciones duras y miraban al plato, Elie trataba de no mostrar interés a lo que pasaba y yo.. Yo tengo ganas de vomitar!

-Está delicioso, ¿no creen?-
-Mm.. Si, tienes razón Elie- hablé en voz baja con miedo de que si hablara fuera lo peor.

-Esto es asqueroso, delicioso es la sangre humana, no hay nada mas delicioso que la sangre fresca y directo de la vena.- la voz de Raphael estaba inyectada de veneno tan fría como cualquier témpano.

No pensaba que hubiera ser tan cruel como al que estoy escuchando ¿se estaba burlando de mí?, me atragante con la comida y mi mirada cayó al plato al igual que mis brazos a mis costados, pasaron segundos que mi rostro se levantó y se cruzó con el rostro de Erick, su mirada seguía en el plato, sus dientes apretaban su labio inferior y sus ojos mostraban ¿diversión?, sentí que mi cuerpo era estampado contra la pared, él también se burlaba de mí.

No abrí más mi boca y ni siquiera seguí comiendo, quería llorar, era mucha presión en mi y mucha la tensión en el aire, el hombre subió su rostro y clavó su mirada en mí, mostró una sonrisa sínica.

-¿Tu que opinas, Bennet?- Sonó sarcástico. Antes de abrir la boca le di una pequeña mirada de súplica a Erick quien no se molestó en mirarme y suspire.

-Supongo que gustos son gustos- recé porque no me matara ya que mi voz sonó dura pero en cambio él no borro su sonrisa burlona pero si rió al escuchar la respuesta.

-Que curioso.. Entonces dime querido hijo ¿que te gusta de esta asquerosa humana?- ahora si que borró su sonrisa pero ahora su mirada era de asco. Mierda! Estoy cagada.
Erick levantó su rostro y clavó la mirada en su padre, mostró una sonrisa falsa y relamió sus labios.

-Eso no te lo puedo responder padre, son cosas íntimas.- sonrió burlón hacia su padre por el doble sentido mientras dejaba en la mesa su copa de vino. Yo quede en shock y volví a mirarlo por octava vez pero ahora sin color en mi rostro.

-Creo que deberías dejar de incomodarlos, Raphael.- gracias a dios habló Elie quien se mantuvo callada todo este tiempo pero su esposo la miró con una ceja alzada haciéndose el desentendido.

-Pero Elie mi amor, es una forma de conocerlos.- él mostró una sonrisa falsa y Elie asintió dudosa ¿Como pudo ese bastardo convencerla? -Así que.. Y a ti humana, ¿que te gusta de mi hijo?

¡Carajo! ¡¿Por qué a mi?!

-Sus ojos.- dije sin dudar pero luego de decirlo quise pegarme una cachetada, Erick me escuchó y al pensar eso me ruboricé. Él me miró con duda y fruncio el ceño, luego asintió y volvió a mirar a sus padres. Raphael me miraba con frialdad y sin expresión en cambio Elie me miraba con gran ternura, parecía que iba a vomitar arcoiris. Al ver su caras sonreí complacida.

Erick carraspeo ganándose la atención de todos.

-Madre, Padre, creo que ya es hora de irnos.- y lo era, ya no nos aguantabamos y ya habíamos terminado de comer. Su mirada nunca dejó de ser seria pero esta vez lo era aun más así ninguno reprochó.
Nos encaminabamos todos hacia la entrada, los padres de Erick nos seguían para que puedan despedirse y así *espero yo, menos Elie* vernos nunca más en la vida.

-Gracias por venir, nos volveremos a ver en el casamiento.- habló Raphael y seguido inclinó su cabeza, luego eso desapareció de nuestra vista.
-Cariño, estoy muy feliz por ti.- Elie tomó las manos de Erick y lo miró con ternura, -No le hagas daño.- susurró.
Él asintió dándole una media sonrisa y luego su madre dirigió la mirada a mí y me abrazó

-Alex..- susurró, -Estoy feliz de que seas tú, sé que lo cambiarás.- parecía que su voz se iba a quebrar, todo me lo dijo en susurros. Luego de deshacer el abrazo asenti mirándola con una pequeña sonrisa sincera.

[...]

Ya hace varios minutos que estábamos en viaje, íbamos sumergidos en un silencio cómodo y yo admiraba el paisaje de mi derecha.

-¿Puedo poner música?- me volví hacia Erick, ya me estaba aburriendo del silencio y el viaje.

-¿Te gustan mis ojos?- mierda Erick eso no es una respuesta.
-Eso no es una respuesta.
-Pero quiero que contestes la mía.- parecía calmado, me muero de la vergüenza, me mordi el labio inferior con nerviosismo y Erick miro mi acto por apenas unos segundos.
-Si.- el sonrió y negó suavemente. -¿Qué?

Volvió a negar.

-Es gracioso.- ahí caí en cuando se burló de mi y ni siquiera le dijo nada a su padre cuando me insultó.
-Claro, ahora entiendo, es gracioso burlarse de mí.- hablé en voz baja pero el reproche sonó duro. Me crucé de brazos y fije mi vista en la ventanilla.
Sentí su mirada clavada en mí.

-¿Que carajos te pasa Alexia?- lo mire furiosa.
-Que qué me pasa?! Cuando tu queridisimo padre hablo de la sangre y se burló de mi tú también lo hiciste, lo vi en tus ojos! Y cuando me insultaba o trató mal poder humana, no dijiste nada..- mi voz era dura pero lo último lo susurré, tomé aire para poder calmarme y cerré los ojos apretando con fuerza mis párpados.

Escuche su risa, mierda, la cagué.

Claro que la cagaste. Apreté con más fuerza mis ojos, está en mi cabeza. Hora de dormir dulce Alexia. Sentí las cosas lejanas y un sueño que me arrastraba.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora