Compras.

12.9K 817 18
                                    

Alexia:
Bajamos las gigantescas escaleras con Samuel, al llegar al final, a diferencia de él que no tenia ni un gramo de cansancio yo estaba agitada como la mierda.

Obviamente no me falta deporte, es porque es una casa de vampiros ¿no?

Al llegar al comedor, no vi por ningún lado a Erick... ¡Curiosidad nada más!

—¿Que quieres comer?- me pregunta Sam, me vuelvo hacia él y me quedo pensativa.

—Mm creo que un café y galletas esta bien- él me sonríe y se aleja caminando hacia la cocina.

En estos momentos estoy completamente sola y voy a sentarme en la mesa a esperar mi desalmuerzo.

Justo en ese momento veo a Caleb entrar con un traje extraño, al verme corrió su mirada a otro lado, que extraño.

Frunci el ceño, me levante de mi silla y me acerque dando pasos fuertes hacia él.

—Caleb.- hable fuerte y enrede mis brazos al rededos de mi pecho, mostrando enojo, la verdad no estaba enojada pero si ofendida por su resiente gesto.

—Oh Hola Alex.- da una débil sonrisa pero sigue sin mirarme a los ojos.

¿Pero que carajos le pasa a este? mis cejas se juntaron aún más.

—Caleb, mirame.- él me miro pero su mirada parecía todavía en otro lado, hice un puchero tonto para que se relajara, pero no me hizo caso; Agarre su rostro entre mis manos e hice que me mirara a los ojos y su cara se relajo.

—¿Por que me ignoras?- le hable ofendida y triste.

Su boca formo una linea y negó, sus manos se posaron cada una en mis brazos, diciendome sin hablar que me calmara.

Saque mis manos de su rostro y lo miré, me sonroje porque nos quedamos unos segundos mirándonos.

—Mi dama..- niega antes de seguir, —No puedo verla, a menos que el señor me diera la orden.- negue repetidas veces, le di una sonrisa triste y lo abracé.

Erick no podía hacernos esto.

—Me importa un comino lo que te diga Erick, tú eres mi amigo y vamos a seguir viéndonos.- al terminar de hablar rompí el abrazo y el suspiró.

—No podemos desobedecerle.

—Tranquilo, yo voy a hablar con él.- Caleb asintió y me dio un ultimo abrazo, antes de irse le pregunté sobre su traje, me explico que era para entrenar.

Miraba como Caleb se dirigía a otro pasillo.

—Caleb, espera- le grité, me miro por encima de su hombro y esperó a que siguiera.

—Hem sabes.. ¿Sabes donde esta Erick?- Caleb me miro confuso y luego sonrió; se encogió de hombros, no dijo nada y se fue.

Caleb no sabia donde estaba.

Suspire resignada, no sé por que me preocupaba tanto, volví a mi lugar anterior, a los segundos llegó mi primo y el señor que siempre me sirve la comida.

Sam me acompaño comiendo conmigo mientras hablábamos trivialidades.

Me contó que se va a mudar aquí, para no dejarme sola, más que eso es cuidarme.

Cuidarme de él..

Lo sabia por su mirada, me alegre mucho a pesar de eso e iba a estar cerca de mi sangre.

Luego de charlar de muchísimas cosas quedamos en silencio; tomé la mano de mi primo y lo mire a los ojos preocupada, sentía que un nudo crecía en mi garganta.

—¿Como están ellos? ¿Como están todos?- Samuel me miro con compasión y paso un brazo por mis hombros atrallendome hacia él, suspiro y me dio un pequeño beso en la cien.

—Todos están bien, te extrañan mucho, siguen pensando que estas estudiando- asenti y me acerque un poco mas a él en busca de calor.

—En algún momento lo tendrán que saber..- lo último lo susurré,

Sam asintió y no dijo mas nada, agradecí por eso, solo quería estar así.

Me separe de él y le sonrei.

—¿Vamos al jardín?- Mi primo rió, se levanto y me tendió la mano.

—Se ve que te a gustado.- agarre su mano y asenti efusivamente.

Al llegar nos sentamos bajo el sol a admirar las nubes y a encontrarles formas como todos unos adultos.

Sam se levantó y desde arriba me habló.

—Creo que debo irme, voy a empacar las cosas para poder mudarme.- hice un pequeño puchero y el soltó una carcajada, se acerco hasta mi y beso mi frente, —Hasta luego, terremoto.- le devolví el saludo con la mano y me quede acostada, sola, admirando el cielo azul y soleado, el viento me acariciaba las mejillas.

Cerre los ojos, el sol me da de lleno en la cara pero no me molestaba, todo lo contrario, era abrazador.

De un momento a otro siento una presencia y una sombra que me tapa del sol, abro los ojos lentamente.

Me encontré con un Erick mirándome desde arriba, ya que él es muy alto y yo estoy acostada.

Le di una gran sonrisa sin importarme su expresión seria.

—Hola Erick.- lo mire relajada y no quitaba mi sonrisa de mi rostro, a propósito.

Erick revoleo los ojos y miro su reloj.

—Levantate, en unos minutos va a venir Mérida, vas a ir con ella a comprar un vestido y lo demás para la boda.- no me miraba sino que miraba su reloj en la muñeca

¡Hoy parecía que todos querían esquivarme!

—Hola Alex, ¿Que tal? ¿Como estuvo tu día?- hable sarcástica.

Erick me miro a los ojos con una mirada seria.

—Si me importarias te hubiera preguntado Alexia, pero como no me importa no lo hago, así que apurate y no me desobedezcas.- Lo que me dijo hizo que sintiera un dolor punzante en mi pecho.

Imbécil.

Cerré los ojos con fuerza tratando de no explotar, por que sé que podría venir algo peor.

Asenti aun sin mirarlo, abrí los ojos y me levante con brusquedad, que logró que me mareara.

Al llegar adentro de la gran mansión, Mérida nos esperaba en la sala, vestía un hermoso vestido amarillo suelto, tacones blancos y bolso a juego.

Por lo poco que la conocí, siempre es elegante y bellísima.

Ella se paro de su asiento e inmediatamente se me acerco para darme un cálido abrazó al que respondi con gusto.

—Nos la vamos a pasar genial, ¡Estoy tan emocionada!- Lastima que su emoción no se me contagió, sólo pude darle una sonrisa ligera.

—Aquí tienes mi tarjeta de crédito, compra lo que sea necesario.- Ese fue Erick, quien le hablaba a Mérida.

Hablo en forma tajante y sin importancia; luego se fue sin decir adiós.

Mire a mi "cuñada" preocupada.
¿Que iba a suceder con los demás preparativos?, Ella me miro y me sonrie con compasión.

—Tranquila, no le des importancia cuando habla así.- ¿O sea, todo el tiempo? igual eso no es lo que me preocupa.

—No, lo que me preocupa es ¿Quien organiza la boda? lugar, el pastel, los adornos, comid..- estaba enumerando una de las tantas cosas que hay en una boda normal, aunque supongo que esta no es tan normal y Mérida me corta.

—Tranquila, eso ya esta organizado.- me guiño el ojo y así salimos a por nuestra misión.

Por un segundo pensé que seria mi oportunidad de poder visitar a mi familia pero hice que desapareciera ese pensamiento al mismo tiempo que volvió.

Negué para mi misma.

No me dejarían y estaremos muy ocupadas hoy.

Sonrei, inconsciente, imaginandome arreglada con un vestido elegante y blanco.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora