Mi Bella Dama.©

Estoy jodido.

Erick:
¿De verdad estaba tan enamorado?

¿De verdad, había cambiado?

¿De verdada, la encontré?

Ahora espero no perderla porque ahora mi vida depende de ella, preferiría morir antes que vivir sin Alexia.

La miré de reojo y vi que lleva una sonrisa plasmada en su rostro, no creí que fuera importante conocer mi habitación.

Me sentía nervioso, no sé como actuar ni se que hacer frente a ella, me debilita y me sentir calidez en mi interior.

Sin darme cuenta sonreí por mis estúpidos pensamientos. Suspire.

Ya habíamos llegado a la puerta de mi habitación y la fui abriendo lentamente.

Vi como Alexia abría su boca observando, no era nada de otro mundo pero dicen que tu habitación es personal y yo la veo simple.

Piso de madera clara, paredes blancas, cama de madera oscura con sábanas negras, mesas de luz a cada lado blancas. Muebles también de madera oscura, un ventanal que daba una vista del bosque que por lo general eran uso de vigilancia y sillones grises.

Tenía una puerta hacia el baño y uno, para un cambiador que tenía un espejo y todo tipo de accesorios.

—Joder, es preciosa- escuche su dulce voz y no pude evitar reír.

Escucharla maldecir junto a su dulce y suave voz, era gracioso.

¿Vieron? ¡Estoy jodido!

—¿Te gusta?- le pregunté con sarcasmo

—¡No te rías!- chillo y se alejó con una sonrisa de mi lado.

Sentí un vacío pero rápidamente me recompuse, sus sonrisas me calmaban.

—Alex, debo ir a hablar con Caleb ¿Me esperas aquí? Puedes tomar lo que quieras de mi ropa para poder dormir- le dije con tranquilidad aunque no quería irme.

—Te espero aquí- asenti y salí por la puerta, rezando que me espere despierta. Cerre la puerta detrás de mi y con velocidad llegué a mi despacho.

Tomé el teléfono del escritorio y esperé a que contestara.

-¿Erick?
-Si, soy yo, ven a mi despacho.
-Ahí voy

En segundos la puerta fue abierta y el cuerpo de mi mejor amigo entró.

—¿Como estás?- preguntó sonriente

—Bien, no te burles- sonreí ampliamente

—Pero dime ¿Como te fue?

Suspire y me deje caer en la silla

—Bien, ella es preciosa- sonreí inconscientemente

—Te atrapó, amigo- rió

Me relami los labios y asenti, si no fuera mi mejor amigo ya estaría muerto

—Dime que el imbécil del padre de Katherine no va a meter sus narices en contra de mi casamiento- hablé con notable furia.

—Lo hizo- dijo frustrado Caleb

—¡Hijo de puta!- grité golpeando con mi puño el mueble

—Tranquilo, quieren tu presencia en el consejo.

Suspire con cansancio y asenti mirándo por mi ventana.

—Esta bien, mañana iré y veré que quieren.- hablé con tranquilidad

—No Erick- me giré y miré a Caleb quien negaba con cansancio, alce mi ceja y esperé a que siguiera, —Quieren la presencia de ambos, quieren ver si de verdad estás enamorado.