Otra vez tú.

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Alexia:
Por fin el viaje habia terminado y luego de la "discusión" frenamos cerca de una casa bastante grande, muy linda a mi parecer aunque parecía un poco solitaria, se encontraba un poco a las afueras del pueblo de los vampiros y si siquiera estaba tan cerca de la ciudad.

Erick mantenía las manos en el volante, resoplo y luego soltó el aire con frustración, parecía que sus hombros se tensaban. Pero luego de unos segundos se relajó y salió del auto.

Sin importarme que dijera, salí del vehículo y me acerqué a Erick quedando a su lado, me miró de reojo y suspiro, otra vez, con frustración, su semblante parecia enojado pero no le di importancia.

Caminamos los ultimos pasos a grandes zancadas por parte de Erick y sus largas piernas hasta la puerta principal, toco dos veces y unos pasos con tacone se acercaron.

¿Otra vez tú? Fue lo que pensé al ver cuando abrieron la puerta.

Cuando vi su figura y su larga cabellera pelirroja sentí el fuego arder en mi interior, sentí enojo y dolor en mi pecho, no sabía que haciamos aqui pero lo que menos entendí es ¿Porqué se enojo Erick que lo acompañara?

-Hola cariño- habló su caracteristica voz chillona.

Natasha o Natali, como sea, vestia con muy pocas ropas miro a Erick con deseo aunque con confusión, de seguro, por su vestimenta.

Natasha siquiera se percató de mi existencia.

-Katherine- hablo Erick con rudeza

Ah okey, era Katherine. Rodee los ojos.

-Pasa, por favor- y en ese mismo momento se percató de que estaba ahi, -Pasen- corrigió con miedo.

Ajá. ¿Quien era la debilucha?

Con pasos seguros me adentre a lo que debe ser su casa, nos encontramos con una sala bastante cómoda y nos sentamos en unos sillones

Y lo extraño fue, que todos en distintos sillones.

Me tense por el clima incómodo que se formó, no sabía que hacíamos aquí y que podía pasar.

-¿Que hace ella aquí? A mi no me apetece un trío- dijo con asco la zorra.

Mi mirada calló al suelo.

-No vine a eso, Katherine- habló con rudeza Erick.

-¿Ah, no?- habló mientras hacía un estúpido puchero.

Levanté mi rostro y mire la escena esperando a saber que hacíamos aquí.

-No, vengo a cortar toda relación contigo.

Mis ojos se abrieron como platos e intenté disimular mi sonrisa, mirando hacia otro lado o mordiendo mi mejilla y labios.

-¿Qué?- preguntó con tal enojo Katherine

-Si, quería que fuera más formal para que entiendas que quiero que me dejes de molestar.- Erick habló con frialdad pero con simpleza, demostrando que esto le importaba muy poco.

Miraba a cada uno como si jugaran pin pon y ver la cara de Katherine volviendose roja como su cabello, era muy divertido.

Sin querer solté una pequeña risa y la pelirroja me miró ahora a mí con notable furia.

Su cuerpo comenzó a temblar e inmediatamente se levantó, con su rapidez se acercó a mí tomandome del cuello, sus colmillos estaban hacia afuera y sus ojos rojos como el fuego me mataban con la mirada

-Tú, pequeño monstruo, me lo quitaste- su voz salía distorcionada y la respiración me cortaba.

El miedo se apoderó de mí y ni siquiera pude contestar o mantenerle la mirada pero como rápido llegó a mí rápido salió volando gracias a Erick.

Cuando ya no sentí sus manos en mi cuello y mi respiración volvió a ser normal, las lagrimas comenzaron a caer. Erick me tomó con delicadeza y me ayudó a levantarme, me miró fijamente y me secó las lagrimas.

-Lo lamento preciosa, ya saldremos de aquí- me susurró.

Al ver que estaba ya mas tranquila se giró hacia Katherine y la miró de la manera mas dura, ella estaba contra la pared agachada por el miedo, su rostro ya había vuelto a la normalidad y sus ojos ahora en vez de destila furia, estaban muertos de miedo.

Erick se acercó a ella y agachó su rostro, la miró con asco y practicamente le escupió que era una zorra.

-Tú nunca me tuviste pero ella- me señaló sin dejar de observarla con su mirada fria y calculadora, -Ella sí me tiene, ella es mia y yo soy suyo, nunca más vuelvas a poner un puto dedo en su rostro ¡¿Me entendiste?!- ahora sus ojos estaban rojos.

Ella no respondió así que Erick volvió a hablar pero ahora con la voz más fuerte y gruesa.

-¡Joder, perra! ¡¿Me entendiste?!

Ella asintió freneticamente, sus ojos lo observaban bien abiertos y con tristeza.

Erick se separó de su cuerpo y se me acercó ahora con sus ojos azules, me extendió su mano y la tomé rapidamente.

No es que me gustara que Erick haya sido así con ella ¡pero se comportó como la mierda conmigo! En el fondo, sentí gusto por verla asi tan débil pero no del todo, Erick no dejaba de dar miedo.

Antes de pasar por aquella puerta principal, escuchamos su voz débil.

-Acuerdate que si te casas o no, pasa también por mí- dijo en un intento de no perder su apariencia.

-Y tú Katherine, acuerdate de como te traté que de igual manera le puede pasar a tu padre.- habló por ultima vez Erick, con pasos firmes y rápidos nos alejamos del lugar.

Subimos al auto y emprendimos viaje a quien sabe donde.

No emitimos sonidos ni teníamos intención de crear una conversación, cada uno estaba en sus pensamientos.

Katherine esta loca.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora