Fin.

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Alexia:
Han pasado varios meses de la última vez que vi al bastardo.

El dolor parecía consumirme pero por suerte me aferre a Jacob.

Sonreí y solté una risa cínica.

Más bien a su cuerpo, el muy hijo de puta sabe satisfacerme en la cama y yo que creí que estaba colgado de Esther.

Imaginaciones mías.

Jacob se volvió mi amante y mi amigo, también mi mano derecha.

Estos meses me incerte más al consejo, aprendiendo leyes y reglas, tomando cada vez más poder entre ellos.

Ya era reconocida en su círculo, me trataban como una más y no como la primera vez que los vi.

Esther me pidió que sea su sucesora, que sea la futura jefa y obviamente acepté.

Como dije, me trata como a una hija y yo le tengo cariño, me cuidó en mi dolor, haciendome más dura y poderosa.

También me ayudó en el control de la sangre y la hipnosis, en tan poco tiempo me volví una más.

La razón de ser "especial" es por mi antigüa sangre Cazador que aún estuvo en mi sistema y al alterarse con la de vampiro me hizo aún más fuerte y poderosa.

Esther me llama Híbrida.

Soy la nueva híbrida entre los vampiros.

Sonreí y mordi mi labio inferior al ver un cuerpo tonificado al lado mío, Jacob era sexy y completamente mío.

Pero no vamos más allá del sexo, no existen los sentimientos entre nosotros más que deseo.

Acaricie sus abdominales y besé ligeramente sus labios, corrí las sábanas y me levanté de mi cómoda cama.

Me pegué una rápida ducha, al salir limpié el vidrio empañado y mire mi rostro.

Mi mirada, en este tiempo, se volvió fría y calculadora.

—Creo que necesitas un cambio- susurre peinando mi cabello.

Luego me coloqué maquillaje, perfume y pendientes.

No puedo evitar pensar en cuanto cambió mi vida y como ahora me importa una mierda muchas cosas.

Eso si, extraño muchísimo a quienes me quisieron pero no me vinieron a buscar y yo tampoco haría lo mismo.

Salí del baño, con delicadeza saque la toalla que me rodeaba y busqué mi ropa.

Me coloqué mis pantalones ajustados, tacones y camisa, todo completamente negro.

—Levantate Jacob, Esther tiene que anunciarnos algo.

Le grité desde la puerta de mi habitación.

Sí, había reunión del consejo y debíamos estar presentes, aunque Jacob no era parte del consejo era un empleado que vivía con nosotros.

Como dije, es un convertido de Mikael que por suerte no tiene trato con la hija de ese imbécil.

La perra pelirroja.

Jacob se levantó y se acerco, aún desnudo, hacia mí.

Me tomó de mi trasero, dando un apreton y haciendo que mi espalda choque con la puerta.

Su cabeza se acercó a mi cuello besando y lamiendo de una manera muy sensual.

Pero lo aparte bruscamente y me acomode la ropa.

—¿Porqué no otra ronda?- dijo con la voz ronca y una sonrisa ladeada

Jacob es un patán pero un buen amigo, vive haciendo chistes sarcásticos y le gusta el sexo como a dios madrugar.

Me acerqué peligrosamente a su oído derecho con una sonrisa.

—Apurate, imbécil.- mi voz salió dura, volví a sonreír.

Removi mi cabello y medio peine con mis dedos.

Definitivamente, mi cabello necesita un cambio.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora