Su voz. 2

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Alexia:
—Qu.e.. que qu.i.quie.eres?-tenia miedo y frío.

Tenia una mirada tan fría que todavía ni siquiera pude mirarlo a los ojos, solo miraba el suelo lleno de esas pequeñas hojas que ahora había menos y se podía ver la tierra oscura.

—Mirame.- me ordenó, obedecí, fui subiendo observando su vestimenta, era totalmente negra hasta que llegué a su rostro y de ahí no me moví mas.

Sus ojos tan azules y tan oscuros, parecía mirarme con odio pero yo ni siquiera lo conocía, sus ojos me hipnotizaron, son hermosos.

—Así me gusta y contestando a tu pregunta, quiero casarme Alexia.- me miro muy serio.

¿Y que quiere que haga yo?

—¿Y? ¿Quieres que sea la que lo organice? ¡No entiendo donde entro yo!- no se de donde encontré el valor para contestarle así, pero lo hice pero por como me miro me arrepentí y sentí que el color de mi cara se fue en un segundo.

—¿Que te dije de interrumpirme, Alexia?.- elevó su voz a lo que hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

—Lo siento- dije con la voz baja pero segura, cerré los ojos con fuerza y cuando los abrí me tambalee para atrás porque lo tenia a dos centímetros de mi cara mirándome furioso.

—Voy a casarme contigo, Alexia.- Me estaba obligando.

Otra vez ese valor inexplicable creció en mí y le grité, no paraba de temblar, su semblante era duro pero no me fije en él.

—¿Quien te crees que eres?¡Ni siquiera nos conocemos!-
Estaba furiosa pero a la vez tenia mucho miedo.

Él me miro fijo y sin expresión, de pronto me sonrió con unos dientes extremadamente blancos y era de todo menos amistosa.

—¡Oh mi querida Alexia!Tenemos toda la vida para conocernos.- estaba temblando y de algo estaba segura, ese hombre no era una persona.

—No quiero.- grité como loca.

Creo que él se esperaba eso como respuesta, porque me sonrió antes de contestar.

—Si no lo haces mm..- se movía de un lado al otro,, —Voy a matar a tu familia, como se llama.. Oh sí, la preciosura de Lily y tu papi Alexander, el sr y la sra Bennet.

No podía moverme, sentía como si la tierra me mantuviera clavada ahí adelante de ese monstruo, empecé a negar y las lágrimas caían por mi rostro, sentía que me quemaban la piel, sentía dolor.

Tenía que hacerlo, por ellos.

—Eres un monstruo.- susurré y el negó mientras reía, me miró con una ceja alzada, parecía divertirse con mi cara de sufrimiento.

—Soy un Vampiro, Alexia.- y todo encajó, las imágenes de Elie y Mérida no salían de mi cabeza, su piel tan blanca al igual que sus dientes y la fuerza de Mérida.

¡Todo encajó a la perfección, eran demonios, nos habían mentido en la cara ¡ahora mismo tenia uno al frente!

—Me dan asco.- susurré, no me importo si escuchó pero mas que seguro que sí.

Las lágrimas no dejaban de caer, sentía dolor y miedo por mi familia, por Sam, esta siendo usado por una asquerosa chupasangre.

¿Por qué yo?

Erick con una velocidad inhumana se me acercó y secó las lágrimas, lo ultimo que escuché fue: "Y ustedes me dan asco a mí."

Y me abrazó la oscuridad.

Mi Bella Dama.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora