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La señora Frost me hizo entender varias cosas durante un tiempo, el tiempo que estuve escandalizada y en busca de información por lo que veía cada día de mi vida. Aquel día en ese cuarto le dio a mi vida un cambio fuerte. Tenía curiosidad por ese mundo, estaba dispuesta a intentar entrar a ese mundo.

Ella me dijo que a esa habitación se le llamaba "Cuarto de juegos", donde el Amo y la sumisa se complacían uno al otro, pero, que el placer iba más hacia el Amo que para la sumisa, claramente dependiendo de lo que él quisiera. Donde además de darse placer, también se castigaba a la sumisa sino hacia las cosas debidas. Me enseñó cómo debía ser el comportamiento correcto de una sumisa. Educada, humilde, servicial, respetuosa, refinada y obediente. También me dijo que para ser una buena sumisa debía tener un aspecto físico impecable, un cuerpo ejercitado y por supuesto me dijo que jamás debía tener vello púbico. Me dio clases de etiqueta, también clases de baile, fue mi profesora académica y me enseño cosas básicas que debía saber para andar en la vida.

Pero claro, eso paso hace mucho. Hace tiempo perdí la atención de tener pareja... Bueno, un Amo. Había tenido un novio, pero no continué con la relación porque algo en ella no me gusto y por cierto, nunca lo volví a ver. La curiosidad de saber que se sentiría estar a la disposición de un hombre no se había ido, pero no tenía la oportunidad con nadie, no salía de la mansión si no era para hacer compras, y cuando terminé la escuela las salidas se acabaron, no tenía dinero suficiente para la universidad, y además no tenía a donde ir; siempre había vivido ahí. Aunque el deseo de ser sumisa no se había ido, hacía tiempo que no pensaba en ser una. Las chicas de la casa eran mujeres estudiadas, refinadas y sus cuerpos eran extraordinarios, además ellas toda su vida habían sido sumisas... Y luego estaba yo, una simple sirvienta y además, que ni siquiera había tenido mi primera experiencia sexual. No me acercaba ni siquiera a ser neófita en eso.

Me paseaba por la casa limpiando y acomodando las habitaciones, la rutina de siempre. Me levantaba de la cama a la cinco de la mañana, me duchaba, desayunaba, preparaba el desayuno para los demás junto a las demás sirvientas y luego hacíamos el aseo en la casa o atendiendo las ordenes de nuestros jefes.

Después de tres largas horas limpiando el segundo piso, volví a la cocina para ayudar con el almuerzo. Entré a la cocina poniéndome el delantal sobre mi uniforme.

— Elsa por favor ayúdame a limpiar el pollo por favor — me pidió Kara señalando una olla llena de pollo.

— Claro — respondí no tan entusiasmada con tocar grasa. Siempre detesté limpiar este animal.

Agarré un cuchillo y antes de usarlo lo afilé. Tomé la primera pieza e inicié mi labor de cortar, limpiar y lavar.

— ¿Porque haremos tanta comida? — pregunté viendo a todas las chicas preparando diferentes cosas.

— Se supone que habrá una cena de bienvenida en la noche Elsa, me dijeron que no preparáramos almuerzo, si no que hiciéramos todo para la cena — me explicó Ellie, quien estaba preparando pasta.

— ¿Con tan poca anticipación?

— Pues... Si — Kara se encogió de hombros.

— ¿Saben quién vendrá? — preguntó Liz cortando unas fresas.

— No nos dijeron nada más que solo preparar una gran cena. Tenemos tiempo para hacerlo bien y más nos vale que todo nos salga bien o el señor Frost se enojara mucho.

El señor Frost daba demasiado miedo cuando estaba enojado. No solo nosotras le temíamos, si no que todos en la casa.

Terminé de limpiar el pollo y de lavarlo. Kara me indicó que lo rellenada con queso y cilantro, también me di la larga tarea de prepararlo y lo puse todo en el gran horno de la cocina. Al terminar de preparar gran parte de la comida, alguna de las sirvientas y yo, fuimos al jardín para arreglarlo ya que la cena sería al aire libre y debíamos dejarlo listo para aquel evento del que no tenía idea. Pusimos la mejor cristalería como nos ordenó la señora Frost y los manteles de seda sueca que tanto le fascinaban a ella, flores en los floreros y velas con aroma a lavanda, como también nos indicó ella, aunque sería inútil, ya que sería al aire libre.

Soy Su SumisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora