EXTRA parte II

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\*0*/ PAAARTEEE DOOOOOS XD

Está algo largo 😅 así que disfruten, y perdonen a esta pobre escritora si hay faltas, porque esta recien salido del horno xD

¡DISFRUTEEEEN!

Creí que todo eso sería fácil, al menos para mí, pero esta vez no se trataba solo de mí. Debía pensar en todas y cada una de las cosas que Elsa me había dicho en la noche. De hecho, había analizado más lo que yo sentía hacia ella, y me daba cuenta que mientras más la veía, más crecía. Sentía muchas más cosas por Elsa cada día que pasaba junto a su sonrisa.

Mérida e Hiccup habían pasaban los días en casa, salíamos en la noche o a veces, solo Mérida y Elsa para cuchichear entre ellas cosas que no comprendía. Mientras eso pasaba, mi primo y yo hacíamos apuestas en los videojuegos o apostando en otra cosa, inmaduros, lo sé, pero era entretenido ganarle. Habían llegado hace casi dos semanas y era bastante, en parte, divertido para Elsa y para mí.

Era interesante y divertido follar a Elsa mientras ellos estuvieran ahí, interesante en el hecho de que le daba vergüenza que la escucharan gemir, trataba de ser silenciosa; lo cual me frustraba mucho, no me gustaba que fuera silenciosa. Y era irónico que le pasara eso, cuando le había gustado tener sexo en un lugar público, entonces llegué a la conclusión de que le daba vergüenza ser escuchada por gente que la conocía y podía decirle cosas luego, como Mérida, seguramente ella le hacía comentarios incómodos al respecto.

Elsa gemía tan gloriosamente excitante, me ponía solo imaginarla gritando, gimiendo mientras la hacía retorcerse de placer. La dejaba ser silenciosa, se había ganado una buena tortura por hacerlo.

La haría gemir tan fuerte que le daría verdadera vergüenza que la vieran. La sola idea que eso pasara me gustaba.

Estaba en mi oficina en casa, debía hacer algunas cosas y la verdad no quería presentarme al trabajo. Mérida e Hiccup se encontraban en la sala viendo una serie en Netflix, según ellos no se levantarían del sofá hasta que terminara la temporada, eran súper fanáticos de eso, no me importaba mucho.

Elsa estaba conmigo en la oficina, ella quería estar ahí sin importar que yo estuviera trabajando, no me importaba; me gustaba tenerla cerca. Sin embargo, si iba a estar conmigo estaría en la forma que a mí me gustaba verla: desnuda y arrodillada a mí lado. Le había ordenado que se quitara toda la ropa. Una vez desnuda se arrodillo a mi lado con la vista hacia el suelo, parecía una perrita linda y obediente estando así. Lucía preciosa y sumisa. Su cuerpo era hermoso y me enloquecía.

Me habían enviado por correo un contrato renovado de una empresa asociada, que consiguió un lugar en Tokio para expandirnos en ese lugar. Muy probablemente íbamos a tener que viajar, la idea me disgustaba. Viajar era agotador si se trataba de trabajo, y el japonés no era mi idioma favorito, pero la industria tecnológica en ese lugar era asombrosa, si llegábamos a tener una asociación en Japón, daría buen dinero y podríamos beneficiarnos.

Mientras lo leía, y le cambiaba en algunas cosas para beneficio de ambos, sentía la mirada de Elsa, una mirada curiosa y al mismo tiempo como si quisiera algo. Comencé a acariciar el sedoso cabello de mi platinada. Había estado muy callada y pasiva, su respiración era tan tranquila que incluso me pasaba ese sentimiento. Cuando inicie a tocar su cabello, suspiró y apoyó su cabeza a mi rodilla.

Me reí entre dientes — ¿Te gusta?

Asintió — En realidad me relaja, pero me alegra más tener tu atención ahora.

— Estás muy callada.

— Y tu muy trabajador — se rió suavemente — Me gusta verte, aunque si yo fuera tu empleada me dieras miedo.

Soy Su SumisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora