—Con estas vendas bastará.—Volví a ponerme la parte de arriba de mi traje y regresamos con los demás.
Shippo al verme corrió hacia mí y me abrazó, restregando su mejilla contra la mía.
—Que bueno que ya estas mejor.
—Fue muy valiente de su parte atacar a ese demonio señorita Azul.—Dijo el monje Miroku.
—Valiente y tonto... Tuviste suerte de salir viva. Un humano no podría ganarle a ese tipo de demonios.
—Eh...¿Gracias?
—Inuyasha...—Dijo Kagome en forma de advertencia.
—Inuyasha, ¿Qué tan rápido sanan las heridas de los demonios?
El lo meditó por unos segundos.
—Las heridas sanan en un par de horas. Las de gravedad en unos días. No entiendo como se curó de tu ataque tan rápido.
—Cierto, su herida sanó por completo cuando su piel absorbió tu sangre.—Shippo se cruzó de brazos.—Es algo extraño.
—Eso es chaparro.—Dijo Inuyasha antes de atacarse a sí mismo con sus garras en su abdomen.
—¡Baka, ¿Qué estas haciendo?!—Kagome se puso pálida al ver sangrar a Inuyasha.
—Bah, esto no es nada.—Se acerca a mí e incrusta una de sus garras en mi dedo índice.
Limpió la sangre con una de sus garras y después de la comió... Esperen... ¿Se comió mi sangre?
—Así que era lo que pensaba.—Su abdomen dejo de sangrar.—La herida se cerró...
—Pero, ¿Cómo...?—Preguntó Sango confundida.
—Su sangre.—Me señala.—Cura las heridas de los demonios.
—¿Qué?
—¿En verdad puedes hacer eso Azul?
—Nadie debe enterarse de esto. De otra forma, los demonios querrían secuestrar a la señorita Azul, ella correría peligro si eso pasa.—Señaló el monje.
Tragué saliva.
—Eso no pasará.
—Entrenaré mas duro.—Digo decidida.
—Tonta, no pudiste contra ese demonio. No creo que eso pueda cambiar.
—Kagome, dale un osuwari a Inuyasha.—Inuyasha cayó al suelo.
—¿Pero qué...?
—También puedes decirle osuwari.
*Plasf* De nuevo al suelo.
—Kagome, ¿Por qué...?
Reí por lo bajo.
Los siguientes días me la pasé entrenando a escondidas. Mis ataques mejoraron y descubrí algo útil sobre mi daga que podría servirme.
**
Íbamos de regreso a la aldea de la anciana Kaede, habíamos conseguido 5 fragmentos de la perla de Shikon y no nos habíamos topado con Naraku, hasta ahora.
—Entreguenme los fragmentos de la Shikon y los mataré rápido, no sentirán dolor alguno.
—Qué alivio.—Y salió mi lado sarcástico.
—Una nueva viajera. A tí no te he hecho nada.—Retrocedo al ver que se acerca.
—Grr, ¡Hoy te mataré de una vez por todas!—Gritó Inuyasha y se abalanzó contra Naraku.
—Eso lo veremos.
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Esa chica extraña
FanfictionNadie sabia de donde venia, ni siquiera por que los miraba a todos así. Nunca les tuvo miedo mientras ellos cuidaban sus heridas. Nunca se enteraron de donde provenía. Ella lo oculto, pero tarde o temprano, todos los secretos son revelados... -Yo...