Ella vendrá conmigo.

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Había tensión en el aire, los hermanos se atacaban uno al otro, esquivando algunos ataques y recibiendo otros sin poder evitarlo.

Inuyasha estaba confundido, todos sus amigos decían que aquella persona era Azul, pero no sé parecía en nada a ella, además no tenía su olor y era un youkai. (O eso creía él)

A Sesshomaru le sobraban motivos para asesinar a su hermano y por fin reclamar a Tesseiga como su espada; Aún es débil. No tiene la suficiente inteligencia para darse cuenta que esta es solo otra más de las ilusiones de los lacayos de Naraku. Intentó acabar con la humana. Y por si fuera poco, Rin corrió peligro y eso no le importó al hanyou.

En verdad que le sobraban excusas para eliminarlo de una vez por todas.

-¡¡Yame!!-Escucharon el grito de la castaña.-Paren... esto de una... Vez... Idiotas.

-¡¿Quién te crees que eres para insultarme así?!

-¡Osuwari!-Con esa simple palabra el ojidorado cayó de cara contra el suelo.

Cuando por fin pudo levantarse sacudió su cabeza, reaccionando... Nadie podía mandarlo al suelo (literalmente) más que Kagome y...

-Nee-chan...-Parpadeó varías veces, viendo cómo aquella silueta se volvía borrosa y después de aclaraba, mostrando a la castaña con una cara de cansancio.

De nuevo, cayó sin fuerzas al suelo... Había utilizado la poca energía que le quedaba para intentar separar a los hermanos, y al parecer lo había conseguido.

-Azul, ¿Estás bien?-Preguntó Sango al llegar a donde ella se encontraba.

-Si, sólo... Necesito descansar un poco.-Sonrió con los ojos cerrados.

-Rin, nos vamos.-Habló el youkai, alzando un poco la voz.-La humana vendrá con nosotros.

-¿Qué?

-¿Qué?

-¿Qué?

-No, claro que no.-Habló Inuyasha, gruñendo en cada palabra.-¿Quién dice que no le harás daño?

-¿Cómo tú?-Preguntó con ironía, sorprendiendo al hanyou, quien estaba estático.-Estuviste a punto de matarla Inuyasha.

-Grr, cállate.-Apretó sus manos en puños, enterrando sus garras en sus palmas.

Por más que odiaba admitirlo, tenía razón. Ella ni siquiera estaba segura con él, pues casi la mata, y todo por no darse cuenta antes que todo había sido un malvado plan de Naraku.

-Vendrá conmigo.

-No se irá a ningún lado.-Reclamó el hanyou corriendo hacia ella y protegiéndola con los brazos.

Porque no pudo protegerla de él mismo.

-Gomen.-Susurró en su oído, sintiendo sus ojos arder, más no lloraría, los hombres no lloraban.

-Cabeza dura.-La castaña sonrió.-No hay nada que perdonar...

-¿Estás lastimada? ¿Necesitas algo?-Preguntó la miko del futuro notablemente preocupada.

-Necesito dormir.-Con esfuerzo, logró girar su cabeza y conectar miradas con la pequeña azabache.-Rin, ¿No te pasó nada?

La pequeña negó.

-Te agradecería mucho si no me abrazaras tan fuerte Nii-chan... No puedo respirar.-Un poco asustado el hanyou soltó de golpe a la chica.-Arigato.

-¿Por qué el interés en llevártela Sesshomaru? Si me dejas preguntar, claro.-Dijo el monje captando la atención de todos.

-No te interesa, humano.-Dijo acercándose hacia la castaña y el hanyou.-Si no quieren que la lleve conmigo por las buenas...

-¡Cállate! No dejaré que...

-Basta.-Habló la ojigris.-No quiero que nadie salga herido.

"Estando así de débil no podré pelear con él si intenta dañar a los chicos." Pensó Azul.

-Pero...

-Rin, toma.-La miko del futuro le entregó a la pequeña una extraña bolsa.-Son las cosas de Azul, las necesitará si se va con ustedes.

-Kagome, ¡¿Qué rayos estás haciendo?!

-Iré con él.-El hanyou dejó de mirar molesto a la azabache para mirar sorprendido a la castaña.-Esto ya pasó una vez, puedo... Defenderme.

-Aún no.-Frunció el ceño.

-Acepta su decisión Inuyasha.-El mencionado gruñó en respuesta a su hermano.

-Iré por ti.-Susurró en su oído antes de salir corriendo a la aldea.

"Inu-nii-chan"

**

-¡Sesshomaru-Sama, Rin, Azul-Sama!-Gritó el youkai verde al verlos llegar a su campamento.

"No vomites, hagas lo que hagas, no vomites." Se repetía mentalmente la ojigris mientras el youkai la cargaba sobre su hombro.

Sus pocas fuerzas y la forma en que el youkai la había traído al campamento la estaban mareando, al grado de revolverle el estómago y tener unas ganas inmensas de vomitar lo poco que había comido esa mañana.

Pudo respirar con tranquilidad cuando el dai youkai la dejo semirecostada bajo un árbol.

En menos de 5 segundos el youkai verde ya estaba bombardeandola con preguntas de que si se encontraba bien o qué era lo que había pasado.

Rin les contó todo mientras observaba como la castaña, vencida por el cansancio, caía en un sueño profundo.

**

Una miko.

Ella era una miko.

Jacken se lo había dicho en cuanto despertó. Que aquel misterioso ataque que logró contener el ataque de Tesseiga era nada más y nada menos que un acto reflejo de sus poderes espirituales al estar ella en peligro.

Esa noche no logró conciliar el sueño, tenía demasiadas cosas en que pensar... Llegó a la conclusión que tenía que entrenarse a sí misma, pero esta vez no sólo física sino mentalmente.

Admiró el cielo nocturno, no se veían tantas estrellas en las noches en donde ella vivió. Era un paisaje hermoso.

"Si estuvieras aquí, gritarías de la emoción, Oliver."

Esa chica extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora