Tesseiga

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—¿De qué rayos estás hablando? Ella no irá a ninguna parte, y menos contigo.—Inuyasha gruñó hacía su hermano.

No, no sé la llevaría, él odia a todos los humanos, menos a Rin por quién sabe qué razón. Además, dos de las tres veces que se han encontrado con él Azul había salido lastimada debido a las peleas contra él.

—Seguirá siendo un hanyou, puede volver a perder el control y ella no tiene una espada como tesseiga.—Escuchó como la chica tragaba con dificultad y temblaba un poco.—No puedes proteger a todo mundo Inuyasha.

—Grr, claro que puedo...

—No.—Se tensó al escuchar a la chica.—Él... Él tiene razón... Soy un peligro para ustedes...

—¿No has pensado que él probablemente está pensando en matarte?—El youkai frunció más el ceño antes las palabras de su medio hermano.

Ambos hanyou alzaron la mirada al escuchar como se alejaba.

—Hagan lo que quiera, no me interesa. Espero que tesseiga pueda protegerlos a todos...

La castaña se levantó de un salto.

—Espera.—Sesshomaru se detuvo al escucharla.—I-iré contigo... Hasta que vuelva a ser humana.

**

Hacía pocos minutos que se habían alejado del campamento, Sesshomaru caminaba con cierta ojigris detrás de él hacía su campamento. Sólo se escuchaban sus pasos y los casi inaudibles suspiros de la chica... Se detuvo unos instantes y la miró, tenía la mirada perdida y se abrazaba a sí misma, sus orejas estaban bajas y el olor a tristeza emanaba de ella en abundancia.

 Se detuvo unos instantes y la miró, tenía la mirada perdida y se abrazaba a sí misma, sus orejas estaban bajas y el olor a tristeza emanaba de ella en abundancia

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En el campamento se encontraba una niña de cabello azabache contemplando las estrellas, Kohaku junto con Jacken hacían guardia, por lo qué aún estaban despiertos.

—¡Señorita Azul!—Grito al verla junto al youkai. Limpió el polvo de su kimono al levantarse y corrió a abrazarla.

—Hola Rin.—Saludo la chica en voz baja con una débil sonrisa en su rostro.

—Ella se quedará aquí.—Dicto Sesshomaru antes de alejarse, pero no lo suficiente para poder escucharlos.

—Azul-San, ¿Esta bien mi hermana?—Preguntó Kohaku casi de inmediato. Ella solamente asintió.

El pequeño youkai de piel verde se acercó a ella con la miraba baja... Ante la mirada de todos hizo una reverencia.

—Azul-Sama, arigato por salvarme. Rin me contó lo que pasó.—La castaña parpadeó confundida, no por el hecho de que le había agradecido sino por agregarle a su nombre el "Sama"

—No tienes que agregar el "Sama" Jacken, solo dime Azul... Lo mismo va para tí Kohaku.

"Si supiera que lo digo por otros motivos además de salvar mi vida." Pensó Jacken con una gotita de sudor en su frente al sentir la mirada de su amo sobre él.

Pasaron pocos minutos antes de que los niños se quedarán dormidos... La ojigris se alejó hasta llegar a un pequeño río donde se reflejaba la noche y la luna llena.

Suspiró levantando un poco sus ropas y quitando las vendas en su estómago para limpiarlas.

Para su sorpresa la herida ya estaba cerrada, aún tenía una gran cicatrizar y la piel alrededor estaba un poco roja, pero ya no sangraba y el dolor era menos.

**

Despertó sobresaltada sintiendo su sangre hervir en sus venas. Había un aura alrededor de ella, sentía su cuerpo arder, tenía que permanecer quieta y calmarse. No podía perder el control. Su estómago y brazos ardían más que nada y no entendía por qué.

—Señorita Azul.—Escuchó la voz de la pequeña azabache y se calmó un poco.

Tomo una bocanada de aire y observó a la pequeña que traía una tela blanca entre sus manos. Parpadeó un par de veces observando a su alrededor... Aún no había amanecido, quizás en una hora el sol apenas y se vería en el horizonte.

—¿Qué haces despierta a estas horas? Aún no amanece.—Quiso saber la hanyou, y como reflejo involuntario sus orejas dieron un tierno tirón que no pasó desapercibido por la pequeña, quién no aguantó la tentación y tocó sus orejas.

—Todos los días tomo un baño antes de irnos... Y para no molestar al señor Sesshomaru ni a Kohaku lo hago antes de que amanezca... ¿Le gustaría bañarse conmigo?

—Oh, claro.—Un baño no estaba tan mal y eso la distraería un poco.

Esa chica extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora