—Mama...—Balbuceo con voz temblorosa.
No me gusta verla así, está llorando, está llorando mucho.
—Azul...—Habló con suma delicadeza.—Necesito tu ayuda, tu hermanito o hermanita va a nacer dentro de poco y no puedo hacerlo sola.
—A-Azul-San, tengo miedo.—Dijo Akari con lágrimas en los ojos.
Rayos Azul, concéntrate.
—No tienes que tener miedo.—Sonrío tratando de tranquilizarla.—Vas a tener un bebé, serás madre.—Veo de reojo a Kagome y a Shippo, que se habían quedado conmigo y Akari dentro de la casa de campaña que montaron los chicos.—Shippo, necesito que traigas un poco de agua, Kagome, ¿Podrías traer unas mantas, por favor?
—Enseguida.— Salió de la casa de campaña.
—Dime Akari, ¿Cuantos años tienes?— Comencé a hacer una conversación.
—18 A-Azul-San— Articuló con dificultad.
—Eres un año mayor que yo, sólo llámame Azul.— Sonrío.—Bien, por lo que veo, las contracciones se están haciendo cada vez más frecuentes, cuando las sientas tienes que pujar con todas tus fuerzas, ¿Entendido?
**
—¡Mamá!—Grité asustada al ver que sangraba.
—To... Todo está... Bien...
—¡¡Aaaahhhh!—Los gritos de Akari eran lo único que escuchaba.
—Falta poco Akari, no te rindas.—La animaba.
El pequeño Shippo salió una vez que trajo agua del río, Kagome se quedó conmigo y Akari, sosteniendo su mano dando ánimo.
—N... No puedo.—Rompió en llanto.—Yo...
—No lo digas.—La corté.—Tu puedes hacerlo.
——¡Y-ya está saliendo! ¡Tu puedes mamá!
—Veo su cabeza, falta poco.
—¡¡Aaaahhhhh!!
—¡¡Aaaahhhhh!!!
Tomo al pequeño bulto entre mis manos y se lo doy a mi mamá.
—Lo... Lo logré.—Dijo Akari con voz cansada.
—Felicidades... Es un niño...
—Mamá... Tengo un hermano...
Lo único que pude hacer fue ponerme a llorar.
—¿Cual será su nombre?
—¿Azul?—La voz de Kagome me saca de mis pensamiento.
—Hay que limpiarlos.—Fue lo único que dije, sonreí hacía Akari.
Una vez que limpiamos cualquier rastro de sangre del cuerpo de pequeño y que Akari (con ayuda de Kagome) se limpiara ella misma, los dejamos en la casa de campaña para que descansara.
Al salir me encontré a un Inuyasha en el suelo con remolinos en los ojos y a un Kaoren caminando de un lado a otro. Se detuvo al notar mi presencia.
—Es un niño, Akari está exhausta, tiene que descansar.—El asiente y entra a la casa.—Inuyasha, ¿Estas bien?
—Sangre...
Pude notar que ya se había hecho de noche, suspiré.
—Chicos, ahora volvemos.—Tomé a Inuyasha de los brazos y lo arrastre hacia el rio. Mojé un poco su cara y minutos después volvió en sí.
—¿Mejor?—El asiente sin decir una palabra.
Silencio.
—Yo... Perdón por lo que dije, estaba enojada... De verdad...
—Tienes razón.—Espera... ¿Qué?—Soy un tonto, prometí cuidar a Kagome... Pero soy yo mismo quien la lastima mas... Porque pensé... Que le debía mi vida a Kikyo.
—O-oe.
—Miroku me dijo que las mikos pueden usar sus poderes para curarse... Ella no lo hizo... Prefirió morir.
—Haz estado pensando mucho en eso, ¿No es así?—Lo escucho gruñir.
—No entiendo por qué ella se porta así conmigo.—Me doy cuenta que ahora de quien habla es de Kagome.—Soy un Hanyou, no soy humano o Youkai, doy asco, ¿Cómo es que siquiera ella puede hablarme?
—A ella no le importa lo que seas. A ninguno de nosotros nos importa.
—No merezco ni siquiera decir su nombre, la he lastimado tan...—Dejó de hablar ya que le di un puñetazo en la cara—¡¿Y eso por qué?!
—¡¿Es que acaso no entiendes?! Ni a Kagome ni a nosotros nos importa que seas un Hanyou, eres nuestro amigo, eres Inuyasha. Así que deja de auto lamentarte y dile a Kagome lo que tengas que decirle.
—¿Y si ella no siente lo mismo que yo?—Kami, que terco.
Gruño antes de volver a golpearlo, esta vez me devuelve el golpe dándome un coscorrón, y terminé devolviéndole el golpe, y el a mí... Y cuando menos nos dimos cuenta ya estábamos peleando cuerpo a cuerpo.
De repente el se detiene.
—¿Qué pasa?
—¿Por qué estamos peleando?
—Eh... Una pelea... ¿Ayuda a uno a desahogarse?—Ambos caemos en el pasto y miramos al cielo nocturno.
—Le confesaré mis sentimientos... Algún día.—O en Luna nueva... Supongo.
—Eres igual de tierno que un niño.—Digo entre risas, haciendo que se sonrojara.
—Estas loca.
—Lo que tú digas.
—Pareces un chico.
—No me importa.
—Eres muy infantil.
—Así soy feliz.
—Pareces... Eres...—Gruñó al no saber que mas decir.—Hueles a sangre... Y a Hanyou.
—Ayude a Akari con el parto, supongo que es normal.—Me encojo de hombros.
—Dijiste que ya habías ayudado con un parto...—Frunzo el ceño.
—Si... Con el de mi madre hace 5 años... Me recuerdas a mi hermano, es igual de terco y tierno que tú.
Volteo a verme enojado, pero con un sonrojo en sus mejillas y un movimiento tierno de sus orejitas que no pude tomar en serio.
—No te enojes Inu-nii-chan.—Dije haciéndolo sonrojar mas.
—S-sabes... siempre quise saber como se sentiría tener una hermana.—Baja la mirada.
—Pues ahora la tienes Inu-nii-chan.—Sonreí mas.
—N-no me digas así...
—Azul, deja de llamarme así, no me llamo Nii-chan.
—Tonto, eso significa hermano en japonés.
—¿Y como se dice hermana?
—Se dice Nee-chan.
—¡Azul-nee-chan!—Grito con una sonrisa, haciéndome reír.

ESTÁS LEYENDO
Esa chica extraña
FanfictionNadie sabia de donde venia, ni siquiera por que los miraba a todos así. Nunca les tuvo miedo mientras ellos cuidaban sus heridas. Nunca se enteraron de donde provenía. Ella lo oculto, pero tarde o temprano, todos los secretos son revelados... -Yo...