— ¡¿Q-qué...?!— Balbuceó el inu hanyou al escuchar aquellas palabras y desvió la mirada.
La perla de shikon comenzó a brillar aun más, cubriendo poco a poco el cuerpo del ojirojo.
— ¡No, yo no lo deseo!— Gritó la castaña sin titubeos y lanzó la daga, incrustándola en el centro de la perla y provocando una onda expansivo que los derribo a todos.
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Sintió su sangre helarse al escuchar el deseo que aquel maldito hanyou.
No, no podía dejar que ella se vaya, que no vuelva nunca. Tenía que actuar rápido y hacer algo. Pero su compañera actuó primero lanzando la daga con la que se había cortado hacia la perla y perforarla.
Una onda expansiva lo hizo retroceder. Reaccionó a tiempo al ver a su compañera salir volando hacía atras por la onda, la tomó de la cintura y ella se apoyo en él... Cuando todo se calmó, Naraku ya no estaba...
— ¡¿A donde se fue?!— Preguntó el hanyou mirando a todos lados.— No puedo olerlo, kuzo.
—La perla lo absorbió.— Dijo la castaña al separarse del inu youkai y acercándose a Byakuya. Sonrió hacia él. Estaba estático, y sorprendido. —Te lo dije, ¿No? Esto te pertenece ahora.— Alzó su mano, entregándole aquel corazón que había arrancado del pecho de Naraku.
Tomó el corazón... Al contacto con sus manos este desapareció y Byakuya llevó su mano a su pecho. Podía sentirlo latir dentro de él.
— Azul-san. — Dijo su nombre, arrodillándose en el proceso y sosteniendo su mano.— A partir de este momento y hasta mi muerte seré su humilde sirviente. Felizmente acataré sus ordenes.
Ambos hermanos fruncieron el ceño al ver como la ojigris se sonrojaba en el momento en que Byakuya besó su mano, sellando su juramento.
— Si, si, Naraku esta muerto y todos seguimos vivos.— Habló Inuyasha de mal humor.— Pero la perla sigue contaminada y a punto de volverse piezas nuevamente, ¿Alguien tiene idea de lo que vamos a hacer?
— La perla solo desaparecerá cuando alguien pida "El deseo correcto"— Frunció el ceño hacia la peliazabache.
Pareció dudarlo unos segundos hasta que se acercó con lentitud a la perla. Esta brilló con mas intensidad y tanto ella como la castaña cayeron de rodillas con la mirada pérdida.
— ¡Kagome! ¡Nee-san!
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Poco a poco abrió los ojos. Dándose cuenta que su cuerpo flotaba en la nada junto con la miko del futuro.
— Bueno... No pensé que esto llegar a pasar.— Admitió viendo a su alrededor.— Kagome, ¿Estas bien?
— Si, ¿Donde estamos?—Preguntó asustada.
— Dentro de la Shikon no Tama.— Respondió suspirando.— No saldremos de qui hasta que pidamos "El deseo", pero no te preocupes saldremos pronto de aquí. Inuyasha, Sesshomaru y los demás deben estar preocupados... Acabemos pronto con esto.
— ¡E-espera!— Gritó de repente la azabache.— ¿Qué...?— Suspiró— ¿Qué pasará cuando todo terminé? Mi deber aquí terminará, lo sé... Pero...
— Kagome... Tú puedes viajar a través del pozo, no por los fragmentos, sino por tus sentimientos. Tus sentimientos y los de Inuyasha son tan fuertes que rompes las barreras del tiempo... — Sonrió hacia ella, tranquilizándola.— El pozo continuará funcionando, aún después de que la perla sea purificada, no te preocupes... Aunque... Omitamos ese comentario y después de esto pasa unos días en tu época... Eso le servirá a Inuyasha ha reunir el suficiente valor como para decirte lo que siente por ti.— La miko se sonrojó.— Ahora... Tenemos una perla que purificar.
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Esa chica extraña
Hayran KurguNadie sabia de donde venia, ni siquiera por que los miraba a todos así. Nunca les tuvo miedo mientras ellos cuidaban sus heridas. Nunca se enteraron de donde provenía. Ella lo oculto, pero tarde o temprano, todos los secretos son revelados... -Yo...