Amanecí en aquella ciudad aún desconocida para mí gracias a unos pobres rayos de luz que se colaron por las rendijas de la persiana a medio subir. Miré el despertador, el cual tenía colocado en mi mesilla de noche. Aún eran las nueve de la mañana, seguramente Evan ya se había marchado al trabajo. Yo no me tendría que incorporar a la oficina hasta el lunes por lo que aún tenía unos cuantos días para familiarizarme con la ciudad, mi nueva ciudad. Para ello me levanté de la cama y fui a prepararme el desayuno, tenía mucho que hacer aquel primer día en Baltimore.
Mientras tomaba mi desayuno hice un esquema mental de mis planes. Lo primero que iba a hacer era ir hasta la oficina, donde tenía que firmar algunos documentos para formalizar mi traslado a la oficina de Baltimore. Así también podría conocer el sitio donde trabajaría desde el lunes. Después iría a pasear por el centro de la ciudad donde he quedado con Evan a las dos para comer juntos. Aprovechando que tiene la tarde libre, dejaré que haga de mi guía y me lleve a algún sitio idílico de la ciudad. Se presentaba una jornada muy ajetreada y tan sólo eran las nueve y media de la mañana.
Cuando acabé mi desayuno y me terminé de arreglar salí a la calle. Pese a ser aún temprano hacía calor, se notaba que era verano. Aunque caminaba por la sombra el sol pegaba fuerte aquella mañana y aún me quedaban al menos diez minutos de caminata. Evan me mostró ayer el camino en coche por lo que no debería tener ningún problema para dar con la empresa. Debería, pues tras cinco minutos de caminata me encontré en una larga avenida comercial, incluso más larga que aquella que frecuentaba en Salt Lake City, donde no había ni rastro de la sucursal de "Finanzas Peterson". Allí había todo tipo de tiendas, desde un supermercado normal y corriente hasta una boutique multimarca donde supuse que no iría mucho. Pero lo que allí no estaba era la citada empresa.
—Qué raro, juraría que Evan me trajo por esta calle —pensé mientras recorría ambos lados de la calle con la mirada.
Bufé y seguí caminando por la avenida, sin rumbo fijo. Bueno sí, tenía muy claro adónde tenía que ir, pero lo que no tenía tan claro era cómo ir. Mi pesadilla se había cumplido: me había perdido en aquella ciudad, en Baltimore, en un lugar completamente desconocido para mí. Aunque intentaba mantener la calma no aguanté ni dos minutos, me acabé agobiando. Me senté en la caliente acera, justo al lado de un pequeño callejón a la sombra. Me sentía como una niña pequeña que se había despistado y se había perdido en un centro comercial. Solo me faltaba llorar, algo que, conociéndome, no tardaría en hacer. Tal vez suene totalmente estúpido pero en el fondo soy así, frágil, asustadiza.
Solo fui capaz de recuperar la calma cuando noté una mano en mi hombro. Giré el cuello y mi vello se erizó al sentir aquella familiar fragancia. En ese instante me giré completamente y abracé a aquel hombre que tan bien conocía, sin importarme que algunos transeúntes se girasen a vernos. Evan me abrazó, hundí mi cara en su pecho, aún asustada. Él acariciaba mi pelo, jugueteando con algunos mechones mientras me susurraba al oído algunas palabras de calma, las cuales poco a poco lograron apaciguar mi ansiedad. Un par de minutos después solté a Evan, ya mucho más calmada. Fue entonces cuando Evan habló para saber por qué estaba así y en un lugar como aquel.
—Venga, tranquila, respira. Cuéntame lo que haces aquí —preguntó con la voz calmada.
—Estaba tratando de encontrar la empresa cuando me he perdido.
—¿Sólo eso?
—Sí, solo eso. Sabes que cuando me pierdo me pongo muy nerviosa. Y todo por haberme equivocado de calle, y el calor, y... —no me dejó terminar.
—Eh, ya vale, tranquila —me agarró las manos, agachado junto a mí—. Tengo que volver a la oficina pero voy a intentar salir antes, ¿sí? Así te podré enseñar la ciudad tranquilamente, sin que te vuelvas a perder. No quiero verte así de mal, con toda esta angustia —sonrió al acabar la frase.
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It's So Izzy |Guns N' Roses|
Fanfic¿Qué pasaría si te tuvieras que marchar a un país totalmente distinto al tuyo sin tus padres? Esta es la historia de Amanda Pérez, una chica española de catorce años que vive en la España de los años 70. Su vida cambia por completo el día en el que...