Nuevo amanecer, nuevo día, nueva aventura. Tal vez mi vida no era exactamente una aventura, pero para mí el mero hecho de tener que sobrevivir en una ciudad semejante a una jungla me parecía una verdadera expedición. Tal vez el nacimiento de esa extraña comparación se debía a mi gusto por la naturaleza y mis ansias por visitar una real, no de asfalto. Cada día aquella jungla urbana llamada Salt Lake City me daba nuevas sorpresas, tanto gratas como horrendas. La última de ellas no sabía cómo calificarla, pues aún no sabía si era real. Tal vez había sido fruto de mi neurótica imaginación, fruto de mi aguda desesperación. Tal vez ni siquiera estaba en mi habitación, sino tumbada sobre una de las mesas del mugriento bar donde estuve ayer.
Por suerte, desperté en mi habitación. Eran las nueve de la mañana. Lo primero que hice tras desperezarme fue buscar la tarjeta de contacto que recibí ayer. Estaba en mi mesa de noche, justo donde la puse al irme a dormir. Por unos momentos llegué a pensar que aquel encuentro en el Gateway fue un mero producto de mi imaginación y desesperación, pero no, era real. Tomé la tarjeta, la oficina abría a las diez, justo en una hora. Evan no me dijo a qué hora debía ir, por lo que iría temprano. Me levanté de mi cama aún somnolienta y fui al comedor, no muy segura de lo que haría después.
Sarah no estaba, por lo que no podía ayudarme con la ropa. ¿Qué clase de ropa se lleva para ir a una empresa que ni siquiera sabes a lo que se dedica? Tal vez debía ir vestida con ropa formal para dar una buena impresión desde el principio. Con una idea en mente sobre la ropa que debía llevar, volví a mi habitación. Tenía un traje, compuesto por una chaqueta negra y una falda de tubo del mismo color. Me lo había puesto sólo un par de veces, ni siquiera sé cuándo fue la última vez que me lo puse. Lo bueno que tenía es que no estaba arrugado, al menos iría decentemente a la empresa.
Media hora después ya había desayunado, me había vestido y estaba lista para salir. La empresa llamada "Finanzas Peterson" quedaba justo en el barrio más rico de la ciudad, a unas cuántas manzanas de mi modesto barrio, por lo que podía ir andando. Tomé mi bolso y examiné mi atuendo en el espejo una última vez antes de salir de casa. El traje no estaba arrugado, estaba limpio y no dejaba nada a la vista. Al fin y al cabo, no era tan horrible. Hubiera sido peor si me tuviera que haber puesto un vestido de gala. Ahora, lo único que me faltaba era conseguir ese trabajo.
Una caminata de veinte minutos separaba mi modesto barrio residencial del floreciente centro financiero de la ciudad. Cada vez había más corporaciones y empresas en la zona, haciendo que lo que fuera una zona tranquila fuera una de las partes más bulliciosas de la ciudad. Incluso ahora, a las diez y diez de la mañana, había gente que iba y venía en todas direcciones. Me quedé parada en un banco mirando a todas direcciones, pues tenía que encontrar la empresa. Con tantos edificios parecidos me era muy complicado encontrar la empresa.
Mi vista se paró en un imponente edificio azul que estaba situado al otro lado de la calle. Tenía muchos pisos, más de diez, y en cada uno había varias ventanas relucientes. Sin duda era un edificio realmente bello, tal vez uno de los más bellos que he visto por la ciudad. Mientras admiraba aquel edificio, no podía dejar de sonreír. Era como una niña pequeña que se deja sorprender por las pequeñas cosas que va conociendo día a día. Sonreí como una tonta al ver que ese edificio que tantísimo me había gustado era la empresa que buscaba, "Finanzas Truman". Caminé hacia el edificio y entré en él, sin saber muy bien a dónde ir. En la planta baja estaba la recepción, donde una mujer de mediana edad ordenaba algunos papeles. Al verme, sonrió y me saludó.
—Buenos días señorita, ¿le puedo ayudar en algo?
—Sí, vengo de parte del señor Evan Peterson. Me contó que están buscando personal y creo que podría encajar con vuestras expectativas —respondí de forma educada, tratando de no sonar pedante.
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It's So Izzy |Guns N' Roses|
Fanfiction¿Qué pasaría si te tuvieras que marchar a un país totalmente distinto al tuyo sin tus padres? Esta es la historia de Amanda Pérez, una chica española de catorce años que vive en la España de los años 70. Su vida cambia por completo el día en el que...