''They don't know about us''

Capítulo 15.

> NARRA JEREMY <

Salia a paso ligero del edificio, a lo que me parecia escuchar a Dylan detrás de mi llamandome, pero estaba demasiado sordo y ciego por toda la ira que corria por mi cuerpo. Ira y satisfacción de haberle pegado esa paliza a Jesse, maldito traidor, ¿cómo una persona puede ser así de falsa?. Notaba como las miradas de la gente clavandose en mi mientras abría la puerta de mi coche. 

-¿¡Qué coño estais mirando!?- Dejaron de hacerlo. 

Me monté en el coche y arranqué dirigiendome a mi casa, "vaya porro me voy a fumar ahora en mi cama" pensé. Intenté no pensar en lo ocurrido con Jesse, ni en... Inna. Estaba escuchando uno de mis discos de Simple Plan, la cosa iba bien hasta que sonó "Your love is a lie". Noté como se me cogía un nudo en el pecho, parecia que me estaban estrangulando el corazon, mi mente se perdio en el recuerdo del baile cuando vi esas imagenes, las palabras de Luke, a Dylan a su lado andando como un cervatillo con su sonrisa de satisfacción al ver que ya me lo creía todo, a la chica que iba con ellos que parecia una zorra, los puñetazos que le di Jesse, como éste sangraba, todo estaba invadiendo mi mente a la misma vez... 

PIIIIIIIIIPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

- ¡Niño!, ¿¡ eres gilipollas o que !?

Reaccióne como si me despertaran de repente. Al parecer me salte un ceda el paso y casi colisiono con el coche de ese hombre. El Jeremy feliz, hubiera pedido perdon mil veces si hubiera sido necesario, pero el Jeremy que era ahora simplemente saco el brazo por la ventanilla y levanto el dedo corazón haciendole un corte de mangas a ese señor sin siquiera mirarle a la cara. 

Continue mi rumbo hasta llegar a mi casa, aparqué y entré a mi casa. Al parecer mi madre se iba a comer con la madre de Dylan, por la nota que dejo en la nevera..  "que pesadas" pensé. Mire los mensajes del telefono y me alegro escuchar la voz de mi padre que decía que en unas semanas volvería a casa. Mi padre tiene que viajar mucho, por cuestiones de trabajo. Fue la primera vez que sonreí un poco desde hacía dias. 

Fui a la cocina, abri la nevera y... Nada. Mi cuerpo no era capaz de coger ni un miserable alimento. En los últimos días mi alimentacion constaba de Coca-Cola, cerveza y porros. FIN. 

Salí de la cocina y subí las escaleras hasta mi habitación. Me quité los tenis, luego la camiseta seguido de el pantalón, dejándolos tirados en el suelo. Busqué mi pantalón de chandal gris, mi favorito, y me lo puse pasando de camisetas. Al parecer la ira me daba muchisima calor. 

Me tumbé en mi cama soltando un gran suspiro al hacerlo. Empecé a recordar todo, cual masoquista, de nuevo las punzadas en el pecho. 

Decidí hacerme un porro a ver si me calmaba y dejaba de dolerme. Cogí las cosas y cuando empecé a migarlo... -¡¡ DIOS !!- grité. Me dolían muchísimo los dedos. Me los miré y pude ver como se estaban formando pequeños moratones en algunos de ellos. -¡¡JODER!!- Seguiría pegando a Jesse aún más, solo por el dolor que me habia causado. ¿Una semana? Que me expulsaran el año entero si quisieran. Me salió una media sonrisa maligna al pensar en la satisfacción de ver a Jesse debajo de mi recibiendo mis golpes. Y a Inna no le pegaba porque mis padres me han enseñado a ser un caballero, aunque ella no sea una dama.. Pero ganas de hacerlo no me faltaban. 

Termine de hacerme el porro entre quejidos mios al mover los dedos. Lo encendí y empecé a fumar colocándome en la ventana. Miré hacia la habitación de Dylan y empecé a pensar en cuando nos conocimos, era adorable, a veces hasta me parecía que era un osito de peluche con mucho pelo en la cabeza y con pestañas postizas. Empece a reirme un poco extrañandome a mi mismo por ello. Dylan me hacia gracia, era tan bebé con sus mofletitos... Pero ya no era el mismo Dylan que conocí aquel dia en clase. Faltaba mucho a clase, suspendía todo aún habiendole ofrecido mi ayuda para dibujar o estudiar, él pasaba y mira que viviamos cerca. Estaba raro.. cambiado, pero bueno yo también, así que no podía juzgarle. Terminé de fumar y apagué el porro en uno de mis ceniceros rastas, me eché en la cama y empecé a pensar de nuevo en lo ocurrido. Noté como se me aguaban los ojos, parecía que algo me apretaba en el pecho, se me entrecortaba la respiración. Genial. Asi que empecé a concentrarme solo en la respiración, calmandome un poco. Bueno un poco... Tanto que me quedé dormido al par de minutos.